Ivette Cepeda: intimismo y energía (+Fotos)

Ivette Cepeda conquistó muchos corazones reunidos este fin de semana en el Teatro Karl Marx. La cantante tenía motivos más que suficientes para celebrar junto a su público fiel, el mismo que la ha acompañado en estos 25 años de carrera artística.

Un diseño de luces muy atractivo que abrió el concierto con colores fríos, le dio la bienvenida a la intérprete de la voz cálida, por momentos melodiosa y suave, pero a la misma vez potente y grande.

En el concierto, Ivette interpretó temas icónicos de su disco Estaciones y otros que ha popularizado, en los últimos diez años, junto a su grupo Reflexión. De manera muy especial, ha hecho suyas piezas del pentagrama musical cubano como Si yo hubiera sabido, de la autoría de Orlando Vistel; Te perdono, de Noel Nicola; Para cuando me vaya, de Amaury Pérez; y Tú eres la música, de Tony Pinelli.

Es que Cepeda tiene la impronta de las grandes boleristas latinoamericanas y de los feelineros cubanos. Cada tema que canta le corre por sus venas y, como ella misma asegura, muchos de esos clásicos parece que hubieran sido escritos para ella. Así sucedió con Sin ir más lejos, de Martha Valdés, una autora a la que considera parte de su vida.

La acompañaron en escena 40 músicos, entre ellos jóvenes ejecutantes de instumentos de metal y madera, intérpretes de la Orquesta Sinfónica Nacional y la Camerata Son, los integrantes del grupo Reflexión, así como el trompetista Julito Padrón, William Rivero y Lino Lores, en calidad de invitados, todos bajo la dirección musical de José Luis Beltrán y Rafael Guedes.

Arreglos muy especiales a temas que formarán parte de su nuevo álbum La Rosa de Jericó hicieron vibrar al auditorio. En calidad de primicia escuchamos Si no fuera por ti, de Pedro Luis Ferrer y Regalo, de Augusto Blanca. A este último se refirió como una bendición, muy a tono con el espíritu de resurección para que lo bueno no muera jamás.

Unos 40 músicos acompañaron a Ivette Cepeda este fin de semana (Foto: Laura Alonso Hernández/ Cubahora).

Cosas del corazón, sin dudas una de sus cartas de presentación y triunfo, arrancó lágrimas y aplausos a los casi cinco mil espectadores presentes en el teatro de los grandes acontecimientos, quienes reciprocaron la interpretación de Ivette.

Casi a punto de un desborde total de lirismo, la baladista se paseó por el lunetario repartiendo besos y abrazos y terminó cantando ese clásico suyo en plena platea rodeada de muchos admiradores.

Casi cinco mil espectadores acompañaron a Ivette entre lágrimas y aplausos (Foto: Laura Alonso Hernández/ Cubahora).

No faltaron en los conciertos de dos horas de duración, otros de sus éxitos como Una ventana entre dos, de José Luis Beltrán; Tal vez, de Juan Formell; el guaguancó Alcé mi voz, de Roly Rivero; y País, de Adiané Perera y María Laura Rivas. A este tema se refiere como una invitación a amarnos todos los cubanos donde quiera que estemos.

Cerró la noche con broche de oro al regalar al auditorio una especialísima versión de Comienzo y final de una verde mañana, de Pablo Milanés, y Ángel para un final, de Silvio Rodríguez, donde transitó desde el intimismo hasta el derroche de energía total.

La cantante regaló grandes éxitos de su carrera durante los conciertos (Foto: Laura Alonso Hernández/ Cubahora).

Tanto el concierto del sábado como el del domingo, fueron registrados totalmente con vistas a la realización de un audiovisual, cuya dirección artística correrá a cargo de Yeandro Tamayo.

En esta década de trabajo junto al grupo Reflexión, Ivette se ha destacado por defender la canción de autor a ultranza, fusionada con géneros cubanos, ritmos latinoamericanos y la llamada Worl Music, desde una mirada bien contemporánea.

De formación autodidacta y conocida como resultado del movimiento de artistas aficionados, Ivette proviene del mundo del magisterio, algo que –confiesa– la enseñó a ser una mejor persona.

“Soy una mujer que se sienta a cantar porque es lo que hay que hacer. Hay que estudiar porque el público merece respeto”, dice quien todos los días escucha las sugerencias que le hacen cada una de personas que la quieren bien e integran su equipo de trabajo.

Canta de manera profesional desde 1993. Debutó como solista en el centro nocturno Gato Tuerto en el año 2008, gracias al maestro Hugo Oslé, quien por aquel entonces era el director artístico de ese centro nocturno. También tuvo el placer de acompañar durante algunos años al bajista Orestes López “Cachao”.

Su primer concierto con el grupo Reflexión tuvo lugar en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes hace una década atrás. Más tarde, fue seleccionada para presentarse en París, la capital de Francia, en ocasión del centenario del cantante cubano Ignacio Villa, Bola de Nieve.

Poco tiempo después, un médico que la escuchó cantar decidió patrocinar la grabación, edición e impresión de su disco País, un fonograma que todavía no ha sido asumido por ninguna disquera cubana. Hasta la fecha ese sueño de la cantante aún no ha logrado materializarse.

Desde hace diez años, Ivette Cepeda integra el catálogo del Centro Nacional de Música Popular, que la apoyado en todos sus logros artísticos y profesionales. Además, ha contado con el acompañamiento de la Empresa Musicalia, de ARTEX y con la colaboración de los Estudios Abdala, que ahora financiará la producción del DVD de este nuevo concierto.

Estos conciertos fueron grabados para realizar un DVD, cuya dirección artística correrá a cargo de Yeandro Tamayo (Foto: Laura Alonso Hernández/ Cubahora).