lunes, 23 de septiembre de 2024

Ir a Martí: homenaje desde el arte

Una muestra compuesta por 18 obras, con predominio de la pintura y del mediano formato y fechadas en el 2019, rinde tributo al Apóstol en la Casa del Alba Cultural...

José Ángel Téllez Villalón en Exclusivo 31/01/2019
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Exposición
Un soplo de contemporaneidad se respira en varias obras (José Ángel Téllez Villalón / Cubahora)

Ir a Martí, “ese misterio que siempre nos acompaña” es siempre enriquecedor. Ya se vaya desde la autocrítica o desde la admiración. En especial, si se va montado en el arte y la poesía, ese camino directo a las esencias, a la verdad.

Eso lo saben los 16 artistas que respondieron al llamado del reconocido fotógrafo y promotor cultural Roberto Chile, para la exposición homenaje “Vengo del Sol y al Sol Voy”, que ocupa por estos días la galería del segundo piso de la capitalina Casa del Alba Cultural.

Inaugurada la tarde del pasado 22 como parte de la Jornada Homenaje al Triunfo de la Revolución y por el natalicio de Nuestro Héroe Nacional José Martí, la muestra se integra por 18 obras, con predominio de la pintura y del mediano formato y fechadas en el 2019.

Las obras en su conjunto aluden al bosque de signos y sentidos que es la obra y el pensamiento martiano. De ahí lo feliz de acercársele en colectivo, con disímiles códigos y estilos. Con piezas que trascienden la representación de su rostro. Firmas que son más reconocidas por su acercamiento a su figura y otras que no lo son tanto. Todos desde el respeto y la admiración.

Martí como elemento inspirador, para aludir las impresiones de su luz en la sensibilidad de los artistas y como expresión de la particular resignificación de su legado. Unas quedan en lo primario, otras consiguen provocar emociones y reflexiones equiparables con la obra misma del gran poeta de “Versos Sencillos”.

Una floreada figuración de Kamyl Bullaudy nos recibe en la sala, esta de la Serie “Es mi verso” es la de mayor tamaño. Bullaudy también presenta “Libre en su laberinto” otra mixta con su peculiar estilo.

No por pequeño deja de ser esplendido el poema visual de Ernesto Rancaño, “Hijo, espantado de todo me refugio en ti”. Entonces recordé ideas como estas: “El amor al arte aquilata el alma y la enaltece: un bello cuadro, una límpida estatua, un juguete artístico, una modesta flor, un lindo vaso, pone sonrisa en los labios donde morían tal vez, momentos ha, las lágrimas”.

De Dausell Valdés, disfrutamos de uno de sus alegóricos paisajes, “Verso… nos salvamos los dos”. Un árbol-pluma que relaciona simbólicamente a Martí con el más consecuente de los martianos cubanos, Fidel.

“La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la amistad al hombre”, decía Martí. En armonía con esta máxima, la metáfora más recurrente en la muestra es la del Poeta como parte del paisaje o de la naturaleza. Es la que desarrolla Gerlys Álvarez con su “Paisaje martiano”, José Miguel Pérez con su lienzo “El maestro” y Juan Moreira con su placa/cartulina “El Apóstol”. La que descubrimos en el “El milagro de la lluvia”, acrílico sobre lienzo de Oniel Rodríguez, la pequeñita pintura “El de la suerte” de R10 y la de José Fuster “Yo soy un hombre sincero”.

Un soplo de contemporaneidad se respira en varias obras. Es el caso de la interactiva pieza “Mi reflejo en ti” de Roberto Chile, un espejo verde con la silueta del organizador de la guerra necesaria; “Sagrado Corazón”, un ensamblaje de madera pintada de Eduardo Abela; la mixta sobre madera “Identificado”, de Jorge César Sáenz, y la “Ofrenda de hermano”, de Eduardo Méndez.

Vi un mosaico de azulejo y pensé en Fuster, pero no, para sorpresa mía “El alma universal” lo trajo Emilio Valdés.

El paisaje se completa con las simbólicas propuestas de Alicia Leal, Maykel Herrera y Abel Morejón, “Morir por la Patria es vivir”, “Movimiento de traslación” y “Luz de rosa blanca”.

“Homenajear a Martí, es homenajear a la Patria, al arte y a la virtud humana”, expresó el curador de la muestra, Roberto Chile, en la inauguración. “Es definitivamente brindar, un poquito más de nosotros mismos al recuerdo de ese hombre profeta del futuro, preconizador de situaciones, quien nos trazó caminos y quien también nos alertó a que cuando nos hemos equivocado es porque no hemos seguido su huella y, cuando lo hemos hecho, hemos logrado tomar el camino victoriosamente. Un hombre capaz de ver lo que otros no pudieron”.


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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