La tarde del 17 de julio de 2008 permanece fresca en mi memoria como si hubiera sido ayer. Me atrevo a asegurar que esa jornada fue gloriosa para las artes escénicas cubanas. Con la reapertura del capitalino Centro Cultural Bertolt Brecht daba inicio un proyecto que luego se consolidó como el Circuito teatral de la calle Línea.
El Brecht, como todos lo conocemos, a partir de ese momento tuvo a su disposición las más modernas tecnologías para acometer una puesta en escena: varios telones así como un sistema de luces y audio de última generación. Por suerte, actualmente se mantienen esas condiciones pero el sistema hidrosanitario del edificio requiere que se le preste algún tipo de atención para evitar males mayores en un futuro cercano.
AZAR CONCURRENTE
Una serie de coincidencias confluyeron aquel 17 de julio. La sala principal del Brecht era bautizada como Tito Junto, en homenaje al gran actor y director con el cual había iniciado su carrera como diseñador Tony Díaz.
Faltaba menos de un mes para que el director de Mefisto Teatro, compañía fundada en 2006 con el objetivo de darle nuevos aires al musical cubano, estrenara en la sala Tito Junco la pieza Cabaret.
REFUGIO, REMANSO, ESCUELA
Como un acontecimiento sin precedentes para Cuba y América Latina califiqué hace una década la inauguración de la galería Raúl Oliva y del Centro de Estudios del Diseño Escénico (CEDE), –en la segunda planta del Brecht–, por iniciativa de Jesús Ruiz con el propósito de “mostrar el valioso y casi siempre oculto patrimonio inmaterial del teatro”.
Esa tarde debutaba también la galería con una exposición titulada La aventura visual, en homenaje a la prolífica vida creativa de Raúl Oliva (1935-2003), en ámbitos como el teatro, el cine y la arquitectura.
En su primera década la sala expositiva ha sido lugar propicio para la organización de cursos, talleres, conferencias y desfiles de moda que han contribuido a la formación estética de teatristas y públicos interesados en ampliar sus conocimientos acerca de la visualidad de un espectáculo para las tablas.
Allí conocí a hombres y mujeres imprescindibles como los Premios Nacionales de Teatro María Elena Molinet y Eduado Arrocha, al maestro Otto Chaviano, –creador de diseños para la ópera, el ballet y el cabaret Tropicana–, a creativos más vinculados al mundo cinematográfico como Derubín Jácome y Diana Fernández y a la diseñadora Nieves Laferté, actual directora de la galería.
Ante mis ojos asombrados han desfilado centenares de fotografías, bocetos, vestuarios, escenografías, impresionantes maquetas, programas de mano, títeres, carteles, sin los cuales no podría escribirse la historia del diseño escénico en la Mayor de las Antillas.
De igual manera fui testigo del nacimiento de la revista digital DE, dedicada al diseño escénico, que fuera gestada por Nieves y el fundador del CEDE, poco antes de su deceso en 2014. Hoy la directora trata de retomar y sacar a flote esa publicación en medio de carencias y limitaciones materiales.
Hace apenas tres años asistí con nostalgia a la apertura de la exposición Del azafrán al lirio, en homenaje a la partida física de Jesús Ruiz. El curador Geanny García seleccionó piezas antológicas como los bocetos de Peer Gynt, del Grupo de los Doce, y una maqueta que él reprodujo para una exposición del año 2009, algunos de los títeres de obras como Pluf el Fantasmita, El Ratón Poeta, El Flautista de Hamelin y originales que se encontraban en el Museo de Títeres El Arca.
PASADO Y PRESENTE. LA CONTINUIDAD
Con motivo del décimo aniversario de la galería, el CEDE convoca a la Beca de Creación Rubén Vigón 2019 para fomentar y promover el diseño escénico en Cuba. Los dos proyectos seleccionados se expondrán allí el próximo año.
Por otra parte, hasta el 10 de junio la institución le rinde tributo a un hombre que nos dijo adiós en 2014. Seguirá tocando tres veces. La obra de Tony Díaz, recuerda el legado de un artista polifacético a través de instantáneas que marcan su paso por el mundo escénico.
Gracias a la curaduría de Ángel Bárzaga y Darlene Martínez también se pueden apreciar bocetos de escenografía, utilería, luces y vestuario realizados por el diseñador para obras inolvidables como Escándalo en la Trapa, Jesús, Contradanza, Chicago, Remolino en las aguas y Remembranza.
En la simbología teatral dos máscaras inmortalizan los dos primeros géneros literarios llevados a escena: comedia y tragedia son las dos caras de una misma moneda. De igual manera, cualquier obra humana se va construyendo, día a día, con la sucesión de momentos felices e infaustos.
Lamentablemente, ya Tony y Jesús no nos acompañan pero la obra que ambos trazaron por senderos paralelos está viva para las presentes y futuras generaciones. Así lo demuestran con su accionar los trabajadores de la galería Raúl Oliva y los integrantes de Mefisto Teatro que, comandados por la actriz Heidy Villegas, acaban de reestrenar Cabaret, en la sala Tito Junco donde presenciamos ese musical una década atrás.
Geanny
27/4/18 9:53
Muchas gracias Maya, por mantener encendida la llama de la Galería. Gracias por el artículo que grabamos antes de despedirme, gracias por apoyarnos (y digo "nos" porque todavía, de alguna manera, me siento allí). Gracias por este artículo y por todo tu trabajo. Mucha fuerza!!!
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.