La cuarentena por la COVID-19 —a pesar de todas las consecuencias físicas y psicológicas que conlleva— no ha detenido el trabajo de creadores como la artista visual Cristina Fonollosa. Los meses de claustro, primero en la ciudad de Holguín, en Cuba, donde radica hace más de dos décadas, y ahora en su natal Barcelona, en España, han sido para ella motivo para la creación artística y también para el crecimiento espiritual.
Ante la imposibilidad de las calles, plazas y espacios abiertos, Cristina Fonollosa ha poblado sus lienzos de mujeres, que ocupan el centro de su mirada lírica, gatos, mar, lunas, islas, flores, vírgenes, elementos que distinguen la obra de esta reconocida creadora del naif.
Recientemente —nos cuenta— varios de sus cuadros fueron elegidos para integrar el Museo Internacional de Arte Naif de Sofía, en Bulgaria; y la pieza Mi madre en Cuba fue incluida en la exposición internacional online que organiza esta institución. Mientras la Biennale NAIV Bulgaria 2021 “La Nueva Realidad” incluyó una de sus vírgenes en su muestra. Creado en 2019, se encuentra en la Galería de Arte de la Ciudad Valcho Valchet, con una muestra de más de 200 obras búlgaras y de varios países.
Además, dos obras suyas integrarán la colección de la casa del cantautor y poeta español Carlos Cano (1946-2000), reconocido por recuperar y contemporaneidad la copla, ubicada en Granada, a petición de la hija del artista. “Ha sido muy emocionante porque las acuarelas de mis gatos van a estar en la casa de Carlos Cano”, confiesa Cristina.
Hasta la Fundación Antonio Machado en Colliure, Francia, llegará también la obra de Fonollosa. En Colliure murió el poeta, el más joven representante de la Generación del 98, a finales de la Segunda República Española. Y allí reposan sus restos y los de su madre.
La artista donará los originales de su trabajo sobre Antonio Machado a la Fundación y “una bandera cubana como homenaje a los republicanos españoles que fueron acogidos en Cuba y a los cubanos fallecidos en España como Brigadas Internacionales en la Guerra Civil Española”, cuenta. La donación sería este 22 de febrero, en memoria al aniversario de fallecimiento de Machado, pero ha quedado pospuesta hasta el próximo año por la situación epidemiológica que atraviesa el mundo por la COVID-19.
Las piezas son el resultado de las aleluyas —serie de estampas acompañadas de versos o textos al pie, surgidas en Francia en el siglo XVI y mayormente de temática religiosa— sobre Machado, publicadas por la Fundación homónima de Sevilla, con textos de la escritora e investigadora Antonina Rodrigo y sus dibujos como ilustradora. Fueron encargadas por la Junta de Andalucía como homenaje al autor del poemario Campos de Castilla.
Cuatro acuarelas recientes integrarán también la colección del Museo del Arte Naif Latinoamericano (MANLA) en Quito, Ecuador, dirigido por Wilson Salas Valdivieso, espacio que apuesta por legitimar la creación naif y sus valores patrimoniales en la región.
En estos meses ha participado también en exposiciones online como “Una Navidad diferente”, con su pieza El árbol de la esperanza, en Italia, y en este mismo país “La mujer en la pintura” y la muestra del II Encuentro Mujeres Artistas Visuales, organizada por Mua Internacional, así como su participación en la Galería virtual “El sueño del arte”.
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