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martes, 5 de noviembre de 2024

Cuidadito con Ñico saquito

Un 13 de febrero de 1901 nació Ñico Saquito, el máximo exponente de la guaracha cubana...

Laura Mercedes Giraldez Collera en Exclusivo 13/02/2021
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Ñico Saquito
Ñico Saquito

(…) Que vamos pa᾽ la playa, allá voy / Que coge la maleta y la cojo / Que tírate en la arena y me tiro / Que súbete en el puente, y me subo / Que tírate en el agua, ¿En el agua? / ¡No, no, no, no, María Cristina, que / no, que no, que no, ¡que no! ¡Ay! ¿Por qué? / María Cristina me quiere gobernar, oyeee / Me quiere gobernar, que no, que noo / Me quiere gobernar. / María Cristina me quiere gobernar y / Yo le sigo, le sigo la corriente / Porque no quiero que diga la gente / Que María Cristina me quiere gobernar (…), dice la guaracha María Cristina, un tema que en Cuba es bien recurrente en las conversaciones cuando queremos decirle, de forma jocosa, a otra persona, que su pareja es de carácter imponente.

El autor del tema, Benito Antonio Fernández Ortiz, es considerado el máximo exponente de la guaracha en Cuba, aunque también a su inspiración debemos boleros, chachachás, guaguancós, guajiras, sones, sones-montunos, rumbas e incursiones en otros géneros que demuestran su maestría y talento.

Ñico Saquito, como cariñosamente lo llamaba y lo recuerda el público, debe ese sobrenombre a los tiempos en los que jugaba béisbol, ocupando la posición de jardinero central. Por sus habilidades en el terreno se decía que era un saco cogiendo pelotas. Con su pequeña estatura capturaba un sinnúmero de bolas.

De ahí en lo adelante, los aficionados lo reconocían por ese peculiar apodo, el cual adoptó como nombre artístico una vez que se posicionó en el panorama musical cubano.

Los acordes, las notas musicales, el ritmo… estuvieron siempre presentes en la vida de Ñico Saquito. Le corrían por las venas. Allá, en su natal Santiago de Cuba, su mamá y su tía formaron un dúo musical que alcanzó cierta popularidad en el barrio de Tivolí. De ahí que, además de las clases que recibió a partir de los 15 años con el maestro Félix Premión, la familia fue su primera escuela.

Tal es su trascendencia, que su obra influyó notablemente en la salsa y la timba cubanas, y sus temas han sido interpretados por músicos de nuestro patio y foráneos a lo largo de los años, como es el caso de Cuidadito compay gallo, canción que, me atrevería a decir, no existe cubano que no sepa de ella.

Cuidadito compay gallo, cuidadito / Aquí donde usted me ve / Yo tengo mi periquita / Búsquese una gallinita / Que esas sí son para usted. / Cuidadito compay gallo, cuidadito

Ese excepcional compositor, guitarrista y cantante, fue un ejemplo preciso de cubano carismático, pícaro y burlón, cualidades que sobresalen en la letra de sus temas. Lo cotidiano, lo identitario, la cubanía, un humor inteligente y perspicaz quedan como legado de una de las figuras cimeras de la música de esta isla antillana.

“Mis canciones nacen de un dicharacho, de un cuento que oigo en cualquier lugar, de un chiste y, por supuesto, de las alegrías y sinsabores que me han sobrevenido en algún momento de la vida. Pero todas, completamente todas, tienen raíz popular”, manifestó Ñico Saquito.

Componen su herencia musical unas 500 canciones típicas de lo popular cubano, que han cruzado las fronteras geográficas e idiomáticas en no pocas ocasiones, para arrancarle aplausos y risas a los más variados públicos: Camina como Chencha la Gambá, Mi cinturita, Me voy para la luna


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Laura Mercedes Giraldez Collera

Periodista


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