“Bobby es un regalo para cualquier actor”

El Bobby de la telenovela cubana La otra esquina desaparecerá de las pantallas cubanas esta semana, cuando la propuesta de Ernesto Fiallo llegue a su fin. Sin embargo, no se esfumará del aplauso popular, ese que se entrega incluso mucho tiempo después de la proyección de una película, una novela, una obra…, si el actor o la actriz así lo merece.

Y es que con Bobby sucederá igual que con otros personajes que ha interpretado Roque Moreno, quien simultaneó la Medicina y la actuación en una etapa de su vida, hasta que decidió que a partir de los 37 años solo se dedicaría a una, “para poder hacerlo como el público lo demanda, para poder hacerlo bien”.

El Mauricio del Bajo el mismo sol atrapó a muchos con sus ausencias familiares y ganó abrazos por las calles… El esquizofrénico de U.N.O. que devino violador de mujeres debido al trauma no superado con su esposa provocó pánico, miedo, pero también lástima… Este Bobby que sumerge en su alcoholismo a su mujer, su hija, sus padres, sus amigos… y que irradia una convivencia intolerable y violenta ha sido creíble, y por ello también ha sorprendido.

“Es que yo soy un tipo obsesivo en todos los ámbitos de mi vida y en la actuación, cuando estudio un personaje, lo soy mucho más. No quiero apegarme a los clichés, como podía haberme pasado al asumir a Bobby como el clásico alcohólico. No tenemos nada que ver, y ya eso es un problema, pero tenía que conectarme con él y ningún detalle se me podía escapar para que la gente viera en su historia de vida la de un amigo, un vecino, un familiar.

”Yo no comulgo con la violencia ni con el alcohol, y para lograr el personaje pensé que lo mejor era ir a las causas que provocaban ese comportamiento suyo. Tiene en su alma tantas frustraciones, y aunque ellas no justifiquen el haberse dejado llevar por el alcohol, en ellas encontré la manera de enamorarme del personaje.

”Te digo la verdad… Bobby es un regalo para cualquier actor, sobre todo cuando está tan bien escrito por alguien como Camila y cuando tiene en el elenco que lo acompaña a gente tan grande. Amarilys Núñez (esposa) es una mujer pasional y ahí la ves, como una Julia sumisa; Paula Alí y Rogelio Blaín (padres) son dos estrellas, Fernando Echevarría (hermano) es el hombro donde apoyarse siempre y Angélica María (hija) demostró que puede hacer escenas fuertes a pesar de su corta experiencia. Estar rodeado de todos ellos me cubrió las espaldas porque hay que compartir tan mala energía en las escenas y luego con el ¡Corten! disiparlas que solo podía suceder si ellos estaban. Fue una familia verdadera.

”Ahí está el resultado. Un Bobby que muchos detestan y me lo hacen saber en la calle, con malas caras, comentarios y rechazos. Es la prueba de que lo que hice estuvo bien”.

—Sucede así con todos tus personajes. ¿Cuánta preparación y estudio te lleva cada uno?

—Ya te dije que soy obsesivo. En cada escena trato de que ni el más mínimo detalle afecte mi concentración. Así sean las 12:00 del día, si en la escena son las 6:00 de la tarde, pongo mi reloj en esa hora y me creo todo. Para concentrarme en el decir, en el sentir, nada puede estar fuera de mi alcance y eso me sirve, sobre todo porque las filmaciones no se hacen en orden cronológico. De pronto puedes estar filmando la última escena y luego la primera.

—De Bobby, ¿con qué te quedas?

—Me quedo con toda la experiencia vivida en el rodaje y con las reacciones del público. Bobby me deja también con la cuenta pendiente con la sociedad de tener más en cuenta los caminos que está tomando el alcohol, el expendio desmedido de este tipo de bebidas y las consecuencias que trae.

“Bobby me dejó también la vivencia de la cercanía con Raúl Pomares, a quien le rendimos un sentido homenaje que no necesitó de discursos en el Teatro Kart Marx el fin de semana pasado cuando Raúl Paz ofreció el concierto para presentar el disco con los temas de la novela. Él es uno de esos ángeles que bajan a tocar la tierra y luego, cuando han hecho tantas maravillas, se marchan”.

—En mayo será el estreno de la primera producción de Hollywood en Cuba, de la que formaste parte…

—Papá Hemingway es una película que estaba filmando justo cuando me proponen el personaje de Bobby. Lo rechacé por falta de tiempo, se lo propusieron a otro actor que también tuvo complicaciones para terminarlo y por eso es que me dio tiempo, aunque fue apenas un mes, para asumirlo.

“El filme cuenta los últimos 14 años en la vida del escritor norteamericano y yo interpreto el personaje de uno de sus dos amigos vascos, conocidos durante la Guerra Civil Española, que vienen a Cuba con él. Hay otros cubanos en el elenco, como Alexis Díaz de Villegas. Fue una experiencia enriquecedora por la historia, por el intercambio con los actores que vinieron, por los diálogos en inglés todo el tiempo… Ya la verán”.

—¿Por qué el pelo rubio? ¿Un nuevo personaje?

—El tinte me traicionó o, más bien, yo me excedí. En un personaje anterior, en Tras la huella, era un colora’o, ya sabes, un pelirrojo y me pinté el pelo de ese color. Luego, para asumir ahora el personaje de Osvaldo, un cincuentón en la novela La sal del Paraíso, de Yoel Infante, me costó mucho aparentar ser canoso y el resultado es este pelo rubio claro.

“Osvaldo es un personaje positivo, no tiene nada que ver con Bobby, pero no quiero adelantar nada más de la historia. Somos todos vecinos de un edificio que se llama Paraíso y las historias se van mezclando unas con otras. La disfrutarán mucho y en el elenco están Beatriz Viñas, Ofelia Blanco, Rogelio Blaín, Jorge Ferdecaz y muchos otros”.