domingo, 30 de junio de 2024

Redes sociales, adicción a golpe de teclas

Con el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se ha tejido una conducta dependiente no solo hacia los dispositivos electrónicos, sino también hacia los programas o aplicaciones incluidos en ellos...

Alejandro Abadía Torres en Enfoque Cubano 25/11/2018
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Con tan solo un clic, la falta de compañía suele suplirse en estos espacios (Foto: Jueventud Rebelde).

En un mundo globalizado, en el que el uso de la tecnología adquiere un papel esencial dentro del desarrollo de la sociedad, resulta innegable los beneficios de la Internet.Sin embargo, el empleo abusivo de los contenidos generados en ella, como las llamadas redes sociales, puede ocasionar reacciones negativas y provocar adicción.

El doctor Francisco Méndez, catedrático de Tratamiento Psicológico Infantil de la Universidad de Murcia, España, considera que “cualquier inclinación desmedida hacia alguna actividad puede repercutir en una adicción”, de ahí que no resulte erróneo hablar de un apego exagerado a las redes sociales. Dichas plataformas de socialización online nacieron como herramienta de comunicación idónea, entendida para el intercambio de información entre las personas a escala planetaria.

No obstante, su uso actualmente ha logrado superar las barreras de envío/recepción y para algunos pudiera implicar un soporte emocional. Con el desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Tics) se ha tejido una conducta dependiente no solo hacia los dispositivos electrónicos, sino también hacia los programas o aplicaciones incluidos en ellos.

Así lo confirma la psicóloga ecuatoriana Gardenia Gavilanes en la disertación de su tesis doctoral, quien explicó que “desde la aparición de las redes sociales los individuos comenzaron a experimentar una conducta relacionada a adicciones tecnológicas, implicando así la interacción hombre-máquina”

PELIGRO ONLINE

Más allá de su acepción en inglés, online -por su traducción al español, en línea-, para muchos toma un significado especial. Referirse a esta alegoría en el ciberespacio indica estar listo para chatear y abrir camino al mundo de las conexiones.

Pero… ¿Cómo saber cuándo se abusa de la conexión? Un excesivo tiempo de máquina tiende a provocar un descuido de las responsabilidades tanto laborales como educativas, perturbaciones al ser interrumpidos o la reducción de su acceso. Incluso, la recurrencia de estas plataformas para suplir necesidades afectivas. Al mencionar esas consecuencias, tal parece que se alude a los síntomas de padecer adicción a una sustancia química, pues su semejanza es abrumadora.

Estudios docentes y de salud a nivel internacional indican que si existen adicciones químicas, igualmente puede hacerse referencia a las “adicciones psicológicas”, por ejemplo, a los juegos de video o a las redes sociales, que de igual forma desestabilizan la salud mental. En este tipo de dependencia psicológica los más propensos a sufrirla son los jóvenes. Los adolescentes se encuentran en pleno proceso de construcción de la personalidad y con baja autoestima, por lo que buscan interacción con personas afines desde la tranquilidad de su hogar.

Por ello, la adhesión a las plataformas sociales, cada vez más frecuente, ocurre, en mayor medida, en los países desarrollados; aunque en naciones como México y Brasil existen casos registrados por especialistas de individuos conectados durante casi 18 horas. Es común ver a muchos, dispositivo en mano, en plazas, parques, escuelas, centros recreativos y hasta en las reuniones familiares.

Con tan solo un clic, la falta de compañía suele suplirse en estos espacios. Así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad Autónoma de México (Unam), al aplicar una encuesta a poco más de mil personas, con edades comprendidas entre los 14 y 25 años. La investigación arrojó que el 98 por ciento de la muestra utiliza las redes sociales y de ellos, el 70 por ciento reconoció la necesidad imperiosa de verificar sus notificaciones varias veces al día.

No obstante, lo esencial en estos casos pasa por saber detectar cuándo su uso transita del mero gusto a una adicción. Privarse de horas de sueño, sentir inquietud por no estar conectado, descuidar el contacto con la familia o las relaciones presenciales, resultan los primeros indicios de este tipo de conductas. Los sumergidos en la web encuentran, a golpe de teclas, una vía para mantenerse alejados de la realidad. Erradicar tal problemática no parece sencillo, sobre todo, porque formar parte de una red social en pleno siglo XXI indica, por su gran popularidad, estar a la moda y acorde con los tiempos actuales.

Mantener la tecnología en función de la humanidad, utilizarla para el intercambio, la información y la superación, demanda responsabilidad social y personal. La situación ha sido detectada, sin embargo, debido a que son estudios recientes, la solución dista todavía. La prevención familiar y la alfabetización informacional de las personas se acercan como salidas inmediatas.

No se trata de negar los beneficios de la tecnología o de la gran red de redes, por el contrario, el uso consciente del tiempo, en función de este tipo de invenciones, impedirá a los seres humanos caer en conductas adictivas y deteriorar las áreas de actividad global del individuo.


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Alejandro Abadía Torres

Estudiante de periodismo


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