El virus Sars-CoV-2 y su enfermedad asociada, la COVID-19, han provocado que cientos de millones de personas se encuentren con restricciones de movimiento, sin embargo, se ha mantenido la vitalidad de muchos procesos productivos y de servicios, como pueden ser la docencia, procesos industriales y muchos de los llamados trabajos de oficina. Esto ha sido posible gracias al uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (telefonía, radio y televisión) pero, sobre todo, de Internet: esa entelequia que para muchas personas son las computadoras y los cables que las conectan. Es de destacar que la red de redes se ha visto sometida a una altísima presión en estos meses, pero ha sido capaz de responder adecuadamente debido a su diseño descentralizado.
En estos meses Internet ha mostrado sus bondades y también sus sombras. Ha sido fuente de conocimientos, entretenimientos, noticias y también de ataques. Han aparecido opciones para todos los gustos y edades, desde pasatiempos y colecciones para colorear (ya sean banderas de países o cuadros de Picasso) hasta grupos de observadores de aves, pasando por los omnipresentes videojuegos.
Los niños y jóvenes de muchísimos países han podido continuar sus estudios o encontrar materiales de apoyo en la Red; muchos museos han colocado en Internet visitas virtuales de sus instalaciones y la posibilidad de visualizar sus colecciones; las bibliotecas y editoriales han puesto libre de costo sus catálogos de libros o parte de estos. Se pueden destacar, entre otras, bibliotecas de Francia, Rusia, China, Estados Unidos, España, Canadá y el Reino Unido, así como Casa de las Américas y la Biblioteca Digital Europea. Las productoras de cine y televisión han permitido que se visualicen de manera gratuita películas, documentales y series televisivas; se han promovido visitas virtuales a exposiciones de plástica y los recorridos del mismo tipo a lugares turísticos, históricos o citadinos se han hecho populares.
El comercio electrónico ha tenido crecimientos espectaculares en estos días, demostrando que no es una solución, sino que es la solución y hacia él hay que dirigir todos los esfuerzos posibles. Por ejemplo, en China, el número de transacciones en mercados minoristas de alimentos declinó en 30 % durante la pandemia, mientras el valor promedio por transacción se incrementó un 69 %.
Pero quien se ha llevado las palmas en estos tiempos son las redes sociales digitales y las plataformas de mensajería, al facilitar que las personas no pierdan el contacto con familiares y amigos, y puedan comunicarse mediante texto, audio, video e, incluso, videollamadas grupales, haciendo que el distanciamiento sea físico, pero no social.
Otro hito importante ha sido el despegue del teletrabajo, amén de que estaba demostrada su viabilidad e impacto económico y social, las administraciones en todo el mundo se resistían a no tener a los empleados “a su lado”. Esta pandemia demostró que se podía y que es una muy buena solución; una vez que llegue la normalidad esto es algo que se quedará y, digo más, muchas personas que por diversos motivos se habían alejado del trabajo, volverán a emplearse.
La automatización y la robotización de los procesos industriales han dado un importante paso adelante. Se ha logrado mantener la vitalidad de las industrias con menos personal, gracias a la introducción de sensores, dispositivos automáticos de control y robots, Internet de las Cosas y la 5G (quinta generación de dispositivos móviles) han recibido un gran espaldarazo, lo que debe provocar que se acelere su introducción en estos ambientes.
Por último, y no menos importante, es de destacar que en tiempos de pandemia el mal no descansa; se han producido un sinnúmero de ataques computacionales a diversas instituciones demostrando que en cuestiones de ciberseguridad no debe haber descuido; estos se pagan caro, hay que mantener las inversiones en equipamientos, aplicaciones de monitoreo de redes y en personal. Debe intensificarse la preparación en las mejores prácticas a los usuarios de estos dispositivos, que al final somos todos.
La COVID-19 logró desmantelar una forma de vida, dentro de unas semanas nada será igual, lo que todos debemos proponernos es que la transformación digital de nuestros espacios de trabajo, de ocio y de vida se haga efectiva, no sólo es incorporar equipamiento de cómputo y de comunicaciones, y conectarlos adecuadamente. Lo más importante son los cambios que se deben producir en los procesos productivos, de servicios y en el marco legal. Al final los equipos informatizan, automatizan o robotizan una forma de hacer; esa es la que hay que cambiar.
Ah, y recuerde, si me ve en algún lugar, me saluda.
Lilia Isabel Garrido lena
24/5/20 17:38
El artículo es muy interesante,Cuba ha vividos varias epidemias de envergadúra,pero considero que esta es la que ha movido más iniciativas y ha puesto de manifiesto la importancia de las distintas aplicaciones de las TIC en nuestra sociedad y sobre todo su aplicación en las Ciencias Médicas, creo que va a marcar un antes y un después,incluso en el tema del teletrabajo que inconscientemente lo hacíamos sobre todo "después del trabajo ", creo que nos ha hecho reflexionar en todo lo que nos falta para aplicar esto en el día a dia,habrá que seguir trabajando y mantener todo lo ganado,cuando el confinamiento pase ,de verdad que sí mantenemos la variedad del uso y la calidad de su empleo ,podemos decir que avanzaremos,cambiar los modos de actúacion, de pensar y los estilos de vida, es lo más difícil, para que sea creíble los resultados de la gestión de las TIC,deben perfeccionarse y hacer más palpables y mantenidos los cambios en los procesos productivos,hay que mantener después del Covid lis modos de hacer. Ah,no me olvido ,si lo veo algún día por ahí, lo saludo.
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