Hace unas décadas no podía ni imaginarse que surgiría un dispositivo que unificara la funcionalidad del teléfono, el correo, los ordenadores. Menos aún podía pensarse que este dispositivo cabría en un bolsillo y estaría al alcance de la mayoría. Y llegó el teléfono móvil.
Posteriormente, este dispositivo se volvió un aliado y una de las mejores herramientas de trabajo. En nuestra pantalla de inicio podemos encontrar aplicaciones que van desde las redes sociales hasta herramientas de productividad, juegos, acceso a servicios, entre tantas otras funcionalidades.
En la era digital en la que vivimos, las aplicaciones móviles se han convertido en una parte esencial de nuestras vidas. Sin embargo, una nueva tendencia ha surgido en los últimos años: las superapps. Estas aplicaciones móviles ofrecen múltiples servicios y funciones en un solo lugar. Brindan conveniencia y beneficios adicionales a los usuarios. Aunque han ganado popularidad en países como China y el sudeste asiático, es importante analizar si esta tecnología realmente puede ser considerada una solución revolucionaria o simplemente una moda pasajera.
Las superapps han sido aclamadas por su capacidad para simplificar la vida de los usuarios, al permitirles acceder a múltiples servicios sin tener que descargar varias aplicaciones. Pero esta conveniencia puede tener un costo. Al agrupar tantos servicios en una sola aplicación, existe el riesgo de que la calidad y la atención al detalle se vean comprometidas. Además, el hecho de depender de una sola plataforma para todas nuestras necesidades puede generar vulnerabilidades y riesgos de seguridad.
En este artículo te ampliamos un tema crucial, el de la ciberseguridad
Imagina por un momento Facebook, Instagram, Youtube, transfermóvil, la calculadora, el calendario: todos tus datos, información y tiempo de consumo móvil en un único sitio. Las ventajas de las superapps se hacen evidentes. Para comenzar nos quitaríamos de en medio los tediosos registros en cada una de las aplicaciones, nombres de usuario y contraseñas. Una única vez es suficiente para acceder a todo. Además, se ahorra espacio en la memoria del teléfono ya que este se ahorra una gran cantidad de instalaciones.
Por otro lado, solo es necesario aprender a utilizar esa aplicación y con esa experiencia de usuario ya podrías desenvolverte en todas. Esta característica es especialmente útil para aquellas personas que no hayan tenido contacto constante con la tecnología. Y por último, no deberás invertir tu tiempo de Internet o datos móviles descargando y actualizando múltiples aplicaciones.
Sin duda, las superapps forman parte importante de la agenda tecnológica de este año. También te traemos otras tendencias que van a la vanguardia en materia de tecnología.
Si bien es cierto que las superapps ofrecen beneficios adicionales, como promociones exclusivas y programas de fidelidad, también es importante considerar si estos incentivos realmente valen la pena. Muchas veces, están diseñados para mantener a los usuarios dentro de la plataforma y fomentar un mayor gasto, lo que puede llevar a una dependencia poco saludable.
En Asia, esta tecnología está revolucionando la operatividad y ya en América Latina hay iniciativas que intentan igualar dicho modelo. Sin embargo, el continente europeo y la región de América del Norte han quedado más rezagadas debido, en parte, a la gran competencia en el mercado y a la legislación existente.
Por supuesto, el hecho de que todos tus datos se encuentren en un mismo sitio y poseer una única contraseña resulta extremadamente cómodo, pero también multiplica los peligros. Si la seguridad de esta aplicación es quebrantada, la información personal puede ser vulnerada desde múltiples ámbitos. Además, al estar todo el tiempo en línea en una misma aplicación se genera un registro minucioso de tu actividad diaria.
Es por ello que muchas veces son vistas como monopolios que afectan el mercado de las aplicaciones y tienen sustanciales ventajas sobre el usuario. Por tanto, muchas legislaciones aún no las permiten.
En China, por ejemplo, cuentan con una superapp llamada WeChat. Sus funciones son similares a las de una aplicación de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram, pero incluye otras prestaciones. Entre ellas se encuentran hacer compras, pedir comida a domicilio. Incluso permite descargar miniaplicaciones con versiones de algunas apps que utilizamos regularmente y otras que surgen de las necesidades particulares de una localidad específica.
En nuestro continente tenemos el ejemplo de Baz, una propuesta mexicana registrada en el año 2021, que cuenta con millones de descargas. Esta app permite a los usuarios realizar pagos basados en códigos QR o por chat con un simple acercamiento. También permite el acceso desde ella a música, podcast, juegos y muchas otras opciones de ocio.
Las superapps se convierten en el centro de operación de otras aplicaciones y reducen el esfuerzo de los usuarios, lo que las convierte en opciones sumamente atractivas, ahorran tiempo y facilitan el acceso a los servicios financieros. Sin embargo, presentan riesgos que no deben ignorarse: la centralización de la data y de la privacidad de usuario.
Habría que analizar, igualmente, cómo se adaptarían a un contexto como el cubano y qué ventajas y desventajas particulares podría traer su implementación en el territorio nacional, actualmente sumergido en un proceso de informatización. En cualquier caso, se opte o no por esta alternativa, resulta necesario continuar alfabetizando digitalmente a la población para que sea capaz de administrar y hacer uso responsable de su tiempo en línea y, a la par, proteger sus datos e información personal.
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