A la altura del 2020 —pandemia de coronavirus mediante— es imposible imaginar un mundo sin Internet, y casi por ende, sin teléfonos celulares. Desde sus inicios, las llamadas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) han sido más que una herramienta de diálogo para convertirse en otra vía para el desarrollo.
Tal es así, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), desde el año 2010 reconoció que estas tienen el potencial de brindar nuevas soluciones a los problemas del desarrollo, en particular en el contexto de la globalización. Además , pueden promover el crecimiento económico, la competitividad, el acceso a la información y los conocimientos, la erradicación de la pobreza y la inclusión social; factores que contribuyen a acelerar la integración de todos los países, especialmente, la de los países en desarrollo y, en particular, la de los países menos adelantados en la economía global. Por ello, la organización las reconoce como un eje transversal en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- Consulte además: Cuba y la implementación de la agenda 2030 en tiempos de COVID-19
Es por ello que en el año 1972 la ONU estableció el Día Mundial de la Información sobre el Desarrollo con el objetivo de llamar la atención de la opinión pública mundial (fundamentalmente de los jóvenes) para lograr un mejor conocimiento de los problemas generales del desarrollo y así tomar conciencia de cómo las nuevas tecnologías de la información y la comunicación pueden contribuir a hacerlo sostenible.
Sin embargo, una de las mayores preocupaciones en este sentido se relaciona con la brecha digital en el acceso a las herramientas de las TIC y a la conectividad a las redes de banda ancha entre los países que se encuentran en distintos niveles de desarrollo. Esta situación afecta a numerosas aplicaciones electrónicas de interés económico y social en esferas como la administración, la actividad empresarial, la salud y la educación.
Como hemos comentado anteriormente en Cubahora, ante este escenario se generan nuevos retos, pues se ha abierto una puerta grande al mundo del conocimiento, de la libertad y la participación. Un mundo nuevo, donde las reglas y directrices del viejo han comenzado a quedar obsoletas.
EL CASO CUBA
Cuba no queda exenta del panorama descrito anteriormente. Mas, cuando la informatización de la sociedad constituye uno de los programas priorizados en la agenda de gobierno. Aun cuando las restricciones del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos restringe el uso y acceso de disímiles herramientas, en el país se han incrementado los niveles de conectividad tanto en centros institucionales, educacionales (3950) y de salud (2065) como en hogares (111 mil), y a través del servicio de datos móviles (4 millones). Las tarifas, aunque continúan siendo punto de debate, se han reducido al 60%.
Por ello, no resulta extraño que en el Informe Digital 2020 sobre tendencias digitales y de redes sociales en el mundo, presentado anualmente por We are social y Hootsuite, Cuba ocupe los primeros lugares si de conectividad y acceso se trata. Según el documento, que recoge los datos del año 2019, ya están conectados a Internet 7.1 millones de cubanos, el 63% de la población del país. En el mundo, tienen conexión, al día de hoy, el 59% de los habitantes del planeta.
EFECTO COVID Y DESARROLLO
La COVID-19 y su correspondiente aislamiento, han provocado un alza significativa en las estadísticas de uso y acceso a Internet, fundamentalmente a los sitios de redes sociales. Durante todo este tiempo, y ante la circulación de fake news, los portales institucionales han constituido la vía principal de comunicación entre los gobiernos y la población.
Asimismo, muchos emprendimientos y negocios locales han recurrido —ahora más que antes— a estas herramientas para conversar directamente con sus clientes, e incluso reinventar su objeto social, para sobrevivir a la crisis.
Actualmente los límites entre la vida real y la digital pueden verse quebrantados, con las diferencias propias de las estratificaciones sociales, económicas, niveles de acceso y las implicaciones que esto tiene. Así, hemos conocido y desarrollado —de forma paralela— el comercio electrónico, como alternativa al comercio tradicional que conocemos. La situación generada con el nuevo coronavirus y las medidas de distanciamiento social fueron los detonantes de la utilización en mayor escala de estos servicios. El 22 de enero de 2020, la Corporación CIMEX anunciaba que, a las tiendas virtuales de La Habana, se le sumaban otras nuevas habilitadas en las provincias de Pinar del Río, Camagüey y Las Tunas.
Otros sectores se han abierto paso en esta aventura de los servicios digitales. Tal es el caso de la aplicación Viajando, única de su tipo en la Mayor de las Antillas, diseñada por la empresa de Servicios de Información del Transporte (Sitrans). En sus inicios, el funcionamiento de esta apk para dispositivos móviles con sistema operativo Android, se limitaba a facilitar información sobre las diferentes agencias de la Empresa Viajero. En el escenario de la nueva normalidad es uno de los servicios que de conjunto con las agencias tradicionales, se implementan en todo el territorio para la comercialización de pasajes.
A su vez, la Sociedad Cubana de Psicología en conjunto con varias instituciones educacionales, profesionales y científicas del país, tuvo la iniciativa de abrir espacios online centrados en cuidar de la salud emocional de las personas a través de grupos de WhatsApp, dirigidos a segmentos poblacionales identificados como más vulnerables.
Igualmente, y desde 2019, instituciones gubernamentales y ministerios han incursado en el uso de aplicaciones móviles para el intercambio directo con los usuarios, tal es el caso de la aplicación QueDebate, perteneciente al Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL). Por la importancia de este tema, abundaremos próximamente en nuestro espacio Mirar la Web.
Aun cuando nos queda mucho por lograr en términos de inmediatez, participación, calidad y buenas prácticas, podemos afirmar que Cuba potencia la utilización de las TIC en pos del desarrollo en todos los sectores sociales. Las experiencias adquiridas todo este tiempo pueden contribuir al resultado que aspiramos.
Pablo
24/10/20 11:19
Muy buen trabajo, ilustrativo
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