El litoral norte de Cuba en el que se encuentra enclavada la capital, nuestra Habana y sus vecinas Mayabeque y Artemisa, por sus características geomorfológicas y por la hidrología e hidrogeología que tributa a la estrecha plataforma insular de esta zona, debió ser vecino de unos maravillosos fondos marinos por allá por aquellos tiempos en los que se fundó La Habana: las aguas terrestres, superficiales y subterráneas, debieron ser de las más limpias que llegaban hasta la plataforma insular, por lo que los fondos marinos en toda esta zona debieron ser espectaculares.
Algunas muestras de aquellos, seguramente espectaculares, fondos marinos se aprecian aún en Bacuranao, Boca de Caldera, Rincón de Guanabo y por el oeste, frente a Santa Fé y Playa Baracoa, pero más bien en forma de siluetas de las estructuras generadas por los corales y otros componentes de la fauna arrecifal, sin embargo, la vida se aferra en ellos, a pesar de todas las suciedades y de todos los desechos que les estamos enviando, como se ha mostrado en estos días en las acciones de limpiezas convocadas por la Fundación La Naturaleza y el Hombre Antonio Núñez Jiménez.
En las fotos que les mostramos y que fueron tomadas a finales del pasado año 2022 podemos ver como hay en esos fondos diversas formas de vida que, si les diésemos la oportunidad de un ambiente más limpio, más sano, reconstruirían el paraíso que debió ser este ambiente tan cercano y del que pudiésemos disfrutar cada día de nuestro largo verano.
No podría decirse quien necesita más de quién, si ellos de nosotros o nosotros de ellos: creo que nos necesitamos mutuamente y en magnitudes semejantes: ellos sin nuestra ayuda desaparecerán, pues les hemos hecho su ambiente insoportable y a nosotros, para no desaparecer, si nos faltan ellos, nos puede salvar mudarnos de planeta, si apareciera otro que pueda sustentarnos y al que pudiésemos llegar y, bueno, de los vehículos y el combustible para el viaje, mejor ni hablar.
Ellos son todo lo que nos rodea, que es el ambiente en el que vivimos. Así, pues, la tarea está clara y vemos a los biólogos trabajando en ella: hacer lo necesario para recuperar el medioambiente: salvarnos todos, salvar nuestro planeta.
Y esa tarea empieza en nosotros, nuestra casa, en el barrio: un medioambiente sano es nuestra tabla de salvación y tiene un bajo costo: ser ordenados
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