Cómo quitarse un pirsin sin lastimarse

Piercing, ​ adaptada al español como pirsin, ​ es la práctica de perforar la piel y/o mucosas para insertar aretes u otras piezas de joyería con fines estéticos.

Las modificaciones corporales han sido parte de la humanidad a lo largo de la historia. Actualmente, una de estas manifestaciones más populares son los pirsin. La oreja, el ombligo, la ceja, la lengua, e incluso los genitales, son algunos de los sitios en los que se colocan estos llamativos aretes, cuyo material puede ser de titanio o acero.
Por lo general, no quitamos el pirsin con frecuencia, pero en ocasiones es necesario, ya sea para cambiar de modelo o solo limpiarlo el que tienes.

Lo primero es lavarnos las manos con jabón y agua, y luego secarlas antes de manipular el arete.

Debemos conocer la forma de nuestro pirsin para así poderlo manipular, como por ejemplo, los aros de presión. Para sacarlo debemos flexionar el aro ligeramente de modo que se separe y luego quitarlo deslizándolo. Los aros con bisagra están diseñados con un pedazo separado que sale del aro, debes jalarse para quitarte el aro y luego volver a colocarlo en su lugar para cerrarlo.

Los pirsin de prendedor o barra son los más usados. Consiste en un palo recto que sujeta una cuenta o joya que permanece visible. Normalmente, la otra punta es otra cuenta que ayuda a evitar que se caiga. Para quitar una de estas joyas agarra ambas puntas y sepáralas.

El pirsin curvo consiste en un palo corto que tiene un gancho o una barra en “L” en la otra punta para mantenerlo en su lugar. Al igual que un arete en forma de bolita o un prendedor, para quitarlo tienes que agarrar ambas puntas y jalarlas, algunos tipos podrían requerir que los gires ligeramente para ayudar a que las piezas se separen.

Si decidiste quitarlo de manera definitiva debes asegurarte de que el agujero se encoja sin infecciones u otros problemas. Cuando te lo hayas quitado sigue limpiando el área herida dos veces al día utilizando agua hervida. En la mayoría de los casos, el agujero de la perforación sanará por su cuenta y se encogerá de modo que casi no se notará, claro, siempre dependiendo del tipo de piel, la cicatrización en cada persona y el tamaño del pirsin.

Si decides volver a perforarte cerciórate de que el agujero sane por completo antes. Si el área no sana puedes crear un tejido cicatricial por el trauma adicional.

Se debe tener especial atención y cuidado con los pirsin en las zonas genitales. Es aconsejable no manipularlo y, por supuesto, siempre que se toque ha de hacerse con las manos limpias. Los cambios de las piezas nunca se harán antes del tiempo marcado, dependiendo de cada zona.