Mad Max fue una exitosa trilogía de George Miller que lanzó a Mel Gibson al estrellato. Treinta años más tarde, Miller realiza una cuarta entrega que no es ni una continuación, ni un remake, sino más bien la síntesis de toda la mitología de Miller.
Mad Max: Furia en la carretera, que es como se titula la nueva obra de Miller, hace eco a su trilogía original, pero es mucho más distópica.* Tanto… que revalida el cine de género: La banda sonora compuesta por el nunca decepcionante DJ holandés Junkie XL; la atípica melodía de pop psicodélico al estilo Pink Floyd; la persecución constante propia de una road movie post apocalíptica; la lírica audiovisual matizada con pinceladas de horror…; todo creado para aumentar la espectacularidad.
En esta entrega nos encontramos con un nuevo Max, interpretado por Tom Hardy, en un mundo mucho más roto, más lleno de polvo y óxido que el mostrado en las partes anteriores de la saga.
Miller crea una película poética, poesía de la violencia y la destrucción, poesía de la furia. Obra de guión minimalista, se apoya en el montaje, impecable y preciso, para narrarnos una historia mucho más madura y compleja de lo que pudiera parecer a primera vista. Una obra de personajes profundos, cuya relación evoluciona durante toda la película. Y con un nuevo y fundamental personaje, Furiosa, que interpreta la reconocida actriz de origen sudafricano Charlize Theron.
Pero Mad Max: Furia en la carretera es mucho más que quien lo interpreta. Mucho más que las diferencias que amparan a sus predecesoras, tan solo para superar a cualquier otra entrega de la saga. Mucho más que un conjunto de persecuciones apenas hiladas por diálogos despojados de cualquier elemento sobrante.
Mad Max: Furia en la carreteraes homérica. La Ilíada y el Rapto de las Sabinas. Helena de Troya y Antígona. La mujer de Lot en Sodoma. La guerra del agua y la lucha por el petróleo. Tribus nómadas del desierto contemplando el incendio de los pozos de Kuwait. Wagner y James Marshall “Jimi” Hendrix. Mitología y barbarie. Amazonas y mercenarios. Vikingos, valquirias y El Paraíso. Todos los tiempos y todas las culturas, concentradas y expandidas en 120 minutos.
De todos los dioses a ninguno. Del agua a la gasolina. Mitad sangre mitad ácido. Charlize Theron es Penélope y Tom Hardy es Odiseo. Y las ninfas, diosas de la belleza en medio de la masacre y la cochambre.
Pese al acelerado ritmo de la película, el espectador no solamente no se pierde, sino que consigue involucrarse en el relato. Auténtica obra de arte, tiene una grandilocuencia tal, que osa compararse con la historia más grande jamás contada, la más abrumadora y gloriosa, esa que comenzaba:
“Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves; cumplíase la voluntad de Zeus desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquiles”(Ilíada, canto I).
vangelys
7/1/16 0:39
Que buen articulo Diana...felicidades como siempre....muy bueno.... gracias...te cuento que pasaron por la tele el fime Focus, tal como tu critica en dias anteriores una pifia....es una pena.....saludos y como siempre esperando tus nuevos trabajos....
Rachel
6/1/16 19:19
Diany, veo que sigues pegadita al mundo del cine, bien ineresante, un abrazo para ti y muchos éxitos en este nuevo año!!!!
Amry
5/1/16 19:12
Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles
Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles
Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles
Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles
Canta, oh musa, la cólera del pelida Aquiles
CANTAAAAAA
raul
5/1/16 18:50
eta irreconocible charlize theron. no sabia que ella era sudafricana. saludos.
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