El éxito de las redes sociales en Internet —actualmente en Facebook comparten 900 millones de internautas- constituye un fenómeno comunicativo y social que atraviesa muchas de las esferas de la vida cotidiana. Su impacto en las interacciones humanas, la educación y los espacios informativos es innegable, y ha motivado serias transformaciones en los programas que rigen muchos de estos aspectos a nivel internacional.
Sin embargo, la aplicación de la enseñanza de seguridad básica dentro de la red aún constituye un reto por cumplir. Estas acciones deben estar encaminadas a minimizar los conflictos sobre privacidad a los que se enfrentan millones de usuarios y usuarias que utilizan las redes sociales, ya que podrían afectar el aprovechamiento que de estas aplicaciones se hace.
Recientemente varios lectores de este espacio manifestaban su preocupación en torno a este tema, por lo que hoy comparto una entrevista realizada al bloguero y profesor de la Universidad de Nueva York, Jeff Jarvis. La periodista española Rosa Jiménez indagó principalmente en torno al poder que tenemos sobre nuestros datos personales y el contenido publicado en espacios de socialización digital.
¿Tenemos derecho a borrar nuestro pasado?
Depende. Hay contenido que sí y contenido que no, pero sí considero que hay una norma básica. Si algo se comparte, ya sea una foto, un enlace o una recomendación, con que una sola persona interactúe con ello, se debe dejar. Antes de compartir algo se debe hacer una reflexión previa. La comisión europea habla del derecho al olvido, un concepto que no me parece mal, pero tiene mucho que pulir. Si se siguiera al pie de la letra tendríamos que cerrar Flickr y Twitter al momento y tendría un efecto devastador en el periodismo online.
¿Los jóvenes tienen esto claro?
Quizá más que nosotros. Lo que tenemos que hacer es educar a los estudiantes en el nuevo entorno, que sepan que todo lo que publican va más rápido y más lejos. Tienen que ser cuidadosos con lo que publican para que nos les perjudique profesionalmente.
Pero, ¿de quién son los datos que se comparten en Internet?
Es difícil de definir. La autoría es de quien lo envía, pero lo almacenan servicios a los que hemos dado cierto margen de confianza.
¿Dónde está la frontera entre datos públicos y privados?
En el acceso. En si es necesario dar un permiso explícito, como una contraseña, o no para consultar algo. (…) Con respecto a los gobiernos, considero que deben ser abiertos por definición y cerrados solo por necesidad.
El FBI ha pedido a las empresas que les hagan propuestas para monitorizar las redes sociales. ¿Tenemos motivos para tener miedo?
No solo el FBI lo hace, también los gobiernos. Puede ser bueno para estar al tanto de alertas ciudadanas, terrorismo y situaciones de riesgo, pero eso no les exime de informar a la ciudadanía. Hace falta una normativa común en este aspecto.
También se da el caso de los que hacen un uso impulsivo de redes sociales, ¿cuándo se considera que algo ‘sobrecomparte’?
Hubo una persona que me acusó de hacerlo una vez, que me callara ya. Es posible que así sea, pero quizá esa persona tuviera un problema de ‘sobreescucha’. En este entorno nada es obligatorio. Lo que podría haber hecho es dejar de seguirme. También es cierto que hay quien comparte algo demasiado íntimo y después se arrepiente; ha ‘sobrecompartido’. Hay que pensárselo bien antes de publicar algo muy personal.
Hace poco se descubrió que algunas aplicaciones para iPhone se quedaban con los datos de los contactos del teléfono, ¿tenemos motivos para desconfiar?
Depende de cómo se mire, si no los guardaban, ¿para qué pedían permiso para acceder al instalar la aplicación? No entiendo la sorpresa, pero sí creo que es una cuestión de transparencia. Tendrían que especificar mejor qué datos toman, para qué y durante cuánto tiempo. Cuanto más sepan de nuestros amigos, más conocimiento y control tendrán sobre nosotros. Facebook ha entendido cómo funcionan los permisos y permiten ajustarlo mejor. Apple, a través de las aplicaciones, tiene ante sí el reto de sentar las bases y hacer normas comunes. De todos modos, Internet es algo muy nuevo, todavía en creación, no sabemos el impacto real de nuestras acciones.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.