Terminando con los torneos menores.

Tras la definición de la Supercopa de España solo queda uno de los títulos de inicio de temporada por decidir: la Supercopa de la UEFA, donde se enfrentarán el Bayern de Guardiola y el Chelsea de Mourinho, un nuevo duelo entre dos viejos conocidos que intercambiaron palabras en más de una ocasión cuando coincidieron en el Barcelona y Real Madrid, respectivamente.

El partido entre Atlético y Barça, a pesar de quedar en resultado gafas, nos deja algunas claves sobre ambos equipos y su posible comportamiento en la ya iniciada temporada. Los rojiblancos pusieron el carácter, la voluntad, la defensa férrea; hoy, sin un tigre en la delantera, dependen del mazo asesino de Diego Costa y la maña de un veterano despreciado por los culés, un jugador acabado para muchos y con pocos títulos en su haber: David Villa. Otros nombres como Courtois, Ardua Turan, y quién sabe qué otra estrella emergente del Atleti, serán engullidos en el mercado por precios ridículos, y digo ridículo porque ciertos futbolistas no se venden ni en sesenta millones, mucho  menos cuando vas a encarar una Champions con posibilidades reales de avanzar. Esa es la historia sin fin de Gil Marín, vende caro y compra barato. Si Diego Costa termina de explotar esta temporada y Luiz Felipe Scolari lo convoca para la selección (nada descabellado pues Brasil no cuenta hoy con un buen centro delantero), este matador del área será la primera pieza a vender en vísperas de amortiguar una deuda eterna del club colchonero de la cual uno duda más cada día.

No obstante, ojalá el Cholo tenga la oportunidad de levantar algún título esta temporada, quizás así Grondona no busque más técnicos de segunda para dirigir la albiceleste y la delantera monstruosa de Argentina forme un bloque sólido a su alrededor gracias a Diego Pablo Simeone.

Del Barça, o bien no se han acoplado aún, o esta temporada no será muy prometedora. La tan esperada dupla Messi-Neymar no lució como todos esperaban. “La pulga” falló un penal en los últimos minutos del encuentro y el brasileiro no demostró sus principales armas, verdadero motivo por el cual aterrizó en Camp Nou esta campaña. El equipo del Tata ha incorporado a su repertorio una presión asfixiante no vista desde el año de los seis títulos, eso debería ayudar al club ha finiquitar partidos antes de la media hora, pero por ahora la realidad ha sido diferente. Otra de las novedades en el club de la ciudad Condal es la rotación de jugadores que pretende establecer Martino; si tenemos en cuenta cómo en momentos de pasadas temporadas los azulgranas se han fundido y han encadenado una serie de resultados adversos en momentos claves (como enero y febrero), el intento de mantener las piernas frescas puede ser clave, pero hasta ahora son solo especulaciones.

GUARDIOLA VS MOURINHO

Este viernes se disputará la Supercopa de la UEFA, duelo entre el campeón de la Champions y el de la Europa League; a priori uno pensaría en cierto favoritismo para los alemanes, pero a los de José Mourinho le sobran armas para derrotar al conjunto bávaro. Ambos equipos adelantaron la jornada correspondiente a este fin de semana y el saldo fue un punto arañado por ambos.

El Chelsea se enfrentó al Manchester United en el estreno de David Moyes en Old Trafford. El marcador no se movió, y el resultado quizás convenga a ambos conjuntos, conseguir un punto de los rivales directos en la búsqueda del título puede ser conveniente. De cualquier forma, si analizamos la plantilla de “les blues”, vemos un intento de mejora y perfección, una búsqueda de levantar la orejona una vez más; la llegada de Mou, la incorporación de Williams, y los posibles fichajes de Rooney y Eto’o, además de mantener a muchas de las principales figuras del bloque campeón hace dos años, dejan en claro las grandes posibilidades del Chelsea en esta nueva edición del máximo torneo de Europa a nivel de clubes. El primer paso será derrotar a los actuales campeones en un duelo simbólico pero no exento de tensiones: reencuentro de Guardiola y “The special one” y reiteración de la final de hace dos años de la Champions.

El Bayern de Múnich también viene de pinchar este fin de semana ante el débil Friburgo, segundo traspiés de la era Guardiola. Y no es tan descabellado, porque cuando uno comienza a quitarle engranajes a una maquinaria perfecta (triplete es sinónimo de perfección), el sistema falla. Aunque se mantengan piezas claves, la salida del entrenador, la llegada de un peso pesado del equipo con quien mantiene la principal lucha en su liga, la inclusión de otro español sin chances de ser titular por encima de ninguno de los actuales nombres de la plantilla y el cambio de mentalidad de juego tras ganarlo todo, no puede traer buenos resultados. Usted no le cambia piezas a su reloj cuando este funciona a la perfección, puede tener preparado algunos recambios de piezas sensibles, pero no lo modifica. Sí, las personas no son fragmentos de metal pulidos que rozan la perfección, es la única forma de explicar la descabellada salida de Heynckes anunciada desde mediados de temporada. Tal vez sea un método de presión descubierto por los alemanes, Fiorentino debería ponerlo en práctica y Arsene Wenger experimentarlo en carne propia para saber si en verdad funciona.