Reyes de Europa

El Real Madrid es campeón de Europa por oncena vez. Así es, uno lo dice y no lo cree pero el club de mis amores ya tiene 11 EUFA Champions League.

No se imaginan cuán difícil es escribir este comentario post partido. Cómo ser racional cuándo se ha estado toda la tarde sufriendo, gritando y aplaudiendo sin cesar a un televisor. Además de tener como compañía a un novio que no le gusta el fútbol y que, en este juego en particular, simpatizaba con el Atlético de Madrid por ser un equipo más modesto, más de pueblo como dice él. Al final la fortuna fue buena conmigo y el Madrid ganó porque al fútbol no le van las lástimas y dentro del campo todos aparentan ser iguales.

Mis primeras palabras no pueden ser para otro que Zinedine Zidane. Aquella mañana maravillosa en que lo nombraron como técnico interino, el francés dijo que venía a tratar de ganar algún título y salvar la temporada y así lo hizo: el más trofeo más importante para los clubes en el viejo continente ya es suyo, nuestro, del Madrid.

El “mago” logró aglutinar alrededor de su figura de futbolista estrella a un conjunto de hombres dispersos y enojados por la forma abrupta de dirigir de Rafa Benítez.

Zidane que llegó a mitad de curso como técnico interino logró que lo muy pocos creían posible y se unió al selecto de grupos de hombres que han ganado Champions como jugadores y entrenadores.

Su llegada a la Casa Blanca y la consecución de la oncena no fueron hechos fortuitos, como tampoco lo fue su gol de volea cuando se luchaba por la novena. Zizou está bendecido y eso lo saben todos.

Dos años después de lograr la Décima, el Real Madrid vuelve a alzar un trofeo de Champions, aunque esta vez la historia fue muy distinta. En Milán jugaba un Atleti superior, uno que también pudo ganar.

Hay partidos que se ganan con la camiseta y eso fue lo que hizo el Madrid en San Siro. A no ser por los primeros 30 minutos de juego, los bancos no hicieron más que los rojiblancos por la victoria, de hecho hicieron menos.

Ojalá hubiera dos orejonas para repartir, ojalá el segundo no fuera un lugar tan feo, porque el Atleti estuvo enorme y se merecía más, mucho más.

Casemiro y Cristiano Ronaldo fueron los dos mejores del choque. El primero porque lo dio todo durante el partido, lució enorme y fue el salvador de un equipo que por momentos traicionó su estiló. Y el segundo por aguantar, con dolor, hasta ejecutar el quinto penal que le dio al Madrid la Undécima Champions League.

CR7, sin embargo, volvió quedarse por debajo de las expectativas y no ser el jugador explosivo y desequilibrante que necesitan sus compañeros en las finales. El portugués pagó la prepotencia de querer jugar todos los partidos del año y llegó al más importante entre algodones. Aun así festejó, mostró músculo y ganó su tercera orejona.

Estreno brillante de Sergio Ramos como capitán que volvió a aparecer, aunque fuera de juego, como si de una cuestión personal con el Atleti se tratara.

Uno que vino al Madrid para ganar Champions y ya va por dos es Gareth Bale. El galés tuvo un buen desempeño pero todavía no acaba de rendir a tono con la cantidad de dinero que pagaron por él. Los madridistas aún esperan por esa temporada en que cualquiera puede decir que 100 millones no son nada, que eso es lo que vale Bale.

La nota totalmente negativa la dieron Pepe, bien portado futbolísticamente pero sobrado en teatro, y Danilo, quien nuevamente demostró que la banda derecha del Madrid le queda extremadamente grande.

La Undécima llega a 16 días del 60º aniversario de la Primera. Una competición hecha para el Madrid que en finales no perdona: 11 de 14 y que ya le saca seis títulos al Barca (1992, 2006, 2009, 2011, 2015) “dominador absoluto del siglo XXI”, pero ganador de apenas una orejona más que el Madrid (1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1966, 1998, 2000, 2002, 2014, 2016) desde 2001.

Termina así lo que parecía ser una temporada para el olvido  y que se ha convertido en otro año mítico, el de la Undécima dirán a partir de ahora.