viernes, 3 de mayo de 2024

Previa de otro Clásico español

Una vez más se enfrentan Barcelona y Real Madrid en lo que muchos califican el partido del año...

Javier Montenegro
en Exclusivo 23/03/2014
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Barca Real Madrid
En unas horas arrancará un nuevo Clásico del fútbol español.

En unas horas arrancará un nuevo Clásico del fútbol español, otro duelo Real Madrid – Barcelona, otra pulseada entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, un enfrentamiento entre las nuevas caras de cada equipo, Bale – Neymar Jr., par de jugadores comprados por cerca de 100 millones cada uno en un país que, en teoría, se hunde en una crisis financiera. Este clásico podría ser único por muchos motivos: Ancelotti se enfrenta por primera vez a los culés en el Santiago Bernabeu, Martino hace lo propio con su equipo en Chamartín.

Esta vez, el llamado partido del siglo, del año o como prefiera la prensa sensacionalista, ha quedado relegado a un segundo plano debido a partidos de Champions y posterior sorteo; incluso la Europa League ha contribuido a restarle importancia al Clásico, entre otros motivos, por el duelo de infarto disputado entre Sevilla y Betis.

Los enfrentamientos entre merengues y azulgranas siempre han estado acompañados de todo el sensacionalismo posible, pero quienes en verdad pusieron bien alto la definición de Clásicos del fútbol español fueron José Mourinho y Pep Guardiola. Incluso, la Copa del Rey era un torneo menor hasta que el portugués llegó al banquillo. El Barça le hizo tragar fango a su rival cuando ganaron todos los títulos posibles en una temporada. Entonces, al Todopoderoso Florentino Pérez se le ocurrió una idea: traer al técnico que logró detener a la maquinaria del tiki-taka (odiados cuando representan a la Ciudad Condal y venerados cuando les hacen ganar títulos a España) en semifinales de Champions con más suerte que fútbol, un método que les funcionaría de maravilla a clubes inferiores pero no la madridistas: poner el autobús delante de la portería.

Llegó The Special One y recibió cinco goles en su primer enfrentamiento ante Guardiola, perdió la semifinal ante los Messi e Iniesta, quienes a la postre se llevaron la orejona, pero obtuvo una Copa del Rey. Después de esa semifinal, donde según él le robaron el partido, comenzaron los verdaderos Clásicos, que como es lógico, ocurrían fuera del terreno.

Los dardos envenenados de Mou, las evasivas de Pep, los “a mí me daría vergüenza”, “los meadores de colonia”, los “putos amos”, las listas con errores arbitrales y muchas otras maravillas solo posibles en el universo que duró dos años, convirtieron los Clásicos en verdaderos Clásicos: odio, golpes, simulaciones, y algún que otro gol, porque cuando existe una verdadera rivalidad, cuando se siente un odio visceral hacia el contrario, la victoria debe obtenerse a cualquier precio.

Hoy  también es un clásico único, pero el hecho de que el Barça esté a cuatro puntos del Real Madrid y que su victoria solo significaría recortar unos tres puntos no significan nada, ni siquiera si le permiten al Atlético de Simeone colocarse líderes si aprovechan la oportunidad.

Como siempre, las comparaciones giran alrededor de los dos jugadores más mediáticos del mundo: Messi y Cristiano. El argentino es blanco de numerosas críticas sobre su falta de motivación. Que si ya no juega con las mismas ganas, que si él es como una bujía que mueve al resto de los jugadores, que si está apático; marca un hat trick en Liga, decide la eliminatoria en Champions, pero no convence. El fútbol es ingrato.

Cristiano llega en estado de gracia; su rendimiento va en ascenso y quizás este año podría culminar con la ansiada Décima e incluso un buen mundial. Su Balón de Oro, merecido o no, podría ser solo la punta del iceberg de una temporada maravillosa, o todo podría convertirse en cristal y hacerse pedazos. De cualquier manera, este partido no es tan trascendental para el Madrid, pues no es ilógico pensar en algún resbalón del Atlético de Madrid que les permitiese retomar el liderato. Si los del Cholo fallan en solo una de las diez jornadas restantes, a los merengues le sería indiferente el resultado de este domingo.

En otras palabras, para el Barça podría ser el empujón que tanto necesitan para salir de la irregularidad que vienen presentando en los últimos encuentros. Para el Madrid, una oportunidad de humillar a sus rivales y ampliar distancias, nada más. Como siempre, la última palabra la tiene el terreno, aunque tratándose de estas dos instituciones, no debería extrañarnos si las portadas se las llevan las declaraciones en la sala de prensa y no el marcador final.


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Javier Montenegro

Amante del fútbol desde el 4 de julio de 1998 y escribidor del más universal hasta el último día...


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