jueves, 28 de marzo de 2024

Algo huele mal en el Barça

Lo altibajos de la temporada y el fútbol poco vistoso del conjunto culé pudiera explicarse en la degradación de una filosofía que de manera irremediable necesita la complicidad de directivos y jugadores…

Haroldo Miguel Luis Castro
en Exclusivo 07/07/2020
1 comentarios
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El conjunto catalán genera dudas de cara a las próximas temporadas por la veteranía de su columna vertebral. (Marca)

Otra vez los rumores. Mientras el F.C Barcelona hace aguas y sede terreno en la disputa de uno de los campeonatos domésticos más vilipendiados de los últimos años, las informaciones sobre la llegada al banquillo del Camp Nou del ya legendario Xavi Hernández Creus atiborran las páginas de los diarios entregados al amarillismo deportivo. Si bien tales portadas se antojan por ahora poco probable, se puede intuir cierta nostalgia en lo divulgado.

Un deseo latente que pasa, quizás, por el afán de revivir los años en los que el mundo atestiguó la práctica de un estilo exquisito y refinado, con el buen gusto por la posesión y la clarividencia de los centrocampistas como estandarte. Un anhelo de la prensa y los aficionados entendible si tenemos en cuenta que con el abandono de Josep Guardiola jamás se ha vuelto a disfrutar y ganar tanto.

Ningún otro seleccionador— numerosos títulos de liga mediante— ha conseguido dar con la tecla de aquel fútbol capaz de exprimir las estrecheces del rival a base de la tenencia del esférico y la superioridad numérica en la medular del campo, donde poetas, arquitectos y auténticos directores de orquesta se las ingeniaban para conectar con la omnipresencia de Lionel Messi.

Desde entonces, supuestos herederos de “Pep” desfilaron con la promesa de nutrir y desentrañar las interioridades de un guion fácil en apariencia, aunque, en el mejor de los casos, terminaron por materializar burdas copias sustentadas en la genialidad de la plantilla.    

Puede que en todo ello tenga parte de responsabilidad La Masía, orgullosa incubadora del “Cruyffismo” reinventado en ADN Barça. Con la llamada generación del 87´ de los Piqué, Fábregas, Messi y demás a punto de expirar; y salvo muy honrosas excepciones, la cantera se ha quedado corta en la graduación de cromos con la predisposición necesaria para nutrir al primer equipo.

La zona noble blaugrana también ha ido perdiendo fuerzas. De considerarse entre los mejores para forjar proyectos sobrios y ganadores han caído en el precipicio de lo vergonzoso y burlesco. Las multimillonarias compras de figuras de la talla de Coutinho o Dembélé devenidos en fiascos, las reiteradas extravagancias en el intento de refichar a Neymar Jr, la contratación de entrenadores con poco para aportar tácticamente hablando y los discursos desentendidos de la opinión de los futbolistas, empañan la imagen de una directiva sin rumbo.

Aderezos que de manera irremediable se reflejan en las anémicas actuaciones del conjunto blaugrana. Sin el mínimo indicio de poder jugar a otra cosa, el dominio del cuero se antoja a día de hoy más fetiche que arma. El planteamiento posicional ha sucumbido en la apatía con transiciones lentas y sin intención de causar daño. Messi, antigua pieza distintiva de un engranaje movido al compás de la exactitud, se ve forzado a la abusiva polivalencia y la zaga resulta un mal chiste de sus mejores temporadas.

Cuando la campaña amenaza con cerrar el telón sin que se haya conseguido título alguno, se intuye la necesidad de cambios con la fortaleza requerida para sacar del letargo a un club todavía embriagado por las conquistas de la década recién vencida. De momento, algo huele mal en Can Barça y viene de la propia esencia. Se pudre la tan procurada filosofía culé.


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Haroldo Miguel Luis Castro

Periodista y podcaster

Se han publicado 1 comentarios


Alex Abadía
 7/7/20 16:55

Lástima que el mismo club que ganó aquel sextete sufra tanto ahora, no digamos para ganar la Liga, para manejar el balón como antaño lo hacían Xavi, Iniesta y compañía

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