Tuve que “luchar” encontrarme con Gerardo. Ya había aparecido en algunos escenarios públicos pero siempre me enteraba luego de que eso ocurriera.
Le caí en la Mesa Redonda del pasado viernes y fue como imaginaba. Luego de un abrazo que interrumpió su sesión de maquillaje me soltó en el rostro:
-¿Cómo esta tu esposa y tus hijos?
Su pregunta me sorprendió, no debía ser viniendo de un tipo muy bien educado, pero la familiaridad de esta, luego de tantos años sin verlo, me demostraba la actualización que Adriana se había encargado de proporcionarle en todos estos años.
Está más serio y más fuerte, hace bromas inteligentes, pero se distingue su timidez que ahora deberá manejar ante tantos escenarios públicos.
La Mesa de dos horas tuvo raiting: conocer los puntos de vista de los protagonistas de la hazaña de sobrevivir a 16 años y más de injusticia fue muy interesante.
Gerardo debe estar viviendo un sueño, no dudo que despierte en ocasiones pensándose aún en su celda.
De las tantas alegrías ahora vividas, creo que la de ser padre debe ser la de mayor satisfacción. Aunque la concepción fue, como él dijo, “por control remoto”, debe estar gozando de lo lindo con los llantos, orines, leches por calentar y todo lo que trae consigo una nueva criatura en casa.
Al terminar la Mesa Redonda y en medio de las sesiones de fotografías con el equipo técnico y otros asistentes lo llamó su esposa al celular.
Por lo que pude apreciar ya domina bien este aparato, quise bromearle con la llamada, por mi mente enseguida apareció el chiste, pero no me atreví a soltárselo. Si hubiéramos estado solo entre humoristas, más de alguno le hubiera dicho: ¡Ahora estás más controlado que en la cárcel!
Me autocensuré, no todo el mundo puede comprender que los héroes son de carne y hueso y los nuestros también bromean.
Como mi comparecencia en La Mesa no estaba en el guión, apenas se visualizaron caricaturas de las tantas que hice esa tarde, preferí que Gerardo se las llevara a su casa.
Queda pendiente el encuentro con los colegas, deberá ser en Palante, pues bastante produjeron obras y acciones por el regreso de los Cinco los amigos de este periódico, e incluso, en más de una ocasión Gerardo habló con ellos por teléfono.
Todo a su tiempo, por ahora hay que darles tiempo a disfrutar de su libertad y su nueva condición de personalidades públicas, a pesar de la timidez del amigo.
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