Frente a nuestros ojos, en las afuera de centros comerciales de moneda nacional preferiblemente, pero también en divisas, un grupo de ancianos y ancianas revenden productos para aumentar su entrada económica.
Su pensión o retiro no alcanza para suplir todas sus necesidades y estas los llevan a ofertar desde periódicos a pesos, café de la cuota, leche en polvo, cuchillas de afeitar, interruptores eléctricos, papel para forrar libretas, jabas de nylon (o CUBALSE) a peso, caramelos y cigarros al menudeo, pasta de diente, jabón de lavar, etc.
Es otra de las tantas relaciones comerciales ilegales que habitan con nosotros.
De esta se comenta poco, puede ser, para no “echarle a perder” las escasas entradas que tienen nuestros abuelos, o por el cariño y respeto que le tenemos.
Su reloj biológico los hace levantarse bien temprano. Ya las 6 de la mañana para ellos es tarde y desde bien entrada la madrugada o están marcando para comprar el periódico o están vendiendo café. Sus años de trabajo son reciprocados con el pago de su chequera, la cual cobran después de una larga cola lo mismo en el banco que en una casa de cambio (CADECA).
No todos buscan la solución a su escaso retiro con la reventa de productos. Los veo bien mayores barriendo calles o chapeando jardines. Luchan hasta que las fuerzas se lo permiten y son un ejemplo de laboriosidad que va a ser difícil de imitar por otras generaciones.
La alta tasa de ancianidad que se espera vaya apareciendo a medida que nos acercamos al 2020 es preocupante. La inquietud no va solo relacionada con los retiros, sino con algo fundamental: su ocupación.
Muchos de nuestros abuelos se aburren y deprimen por la inactividad. Por eso algunos esperan con emoción la cola de la chequera en el banco, pues es el momento ideal para charlar y recordar ocurrencias de la infancia y juventud junto a interlocutores que sí les interesa el tema, pues fueron testigos de muchas de las picardías o momentos especiales que ahora se comentan.
Las Casas de Abuelos tendrán que crecer en capacidad y calidad, los Joven Club de Computación tendrán que cambiar sus nombres, pero aprovechar la experiencia de los de la tercera edad será el reto mayor de la realidad que se nos avecina.
Mirar hacia el lado contrario donde nuestros abuelos revenden lo que pueden no es la solución.
adan
12/9/14 0:06
Creo q el reto está en darles ocupación en su tiempo de jubilación!
Gracias por los comentarios, debe ser q ya me acerco a la media rueda!
eddyscu
11/9/14 16:15
Buen artículo y creo que necesario por lo humano que es, a veces necesitamos como sociedad mirarnos por dentro y valorar lo que hacemos con los ancianos y enfermos mentales, la situación de ellos no es buena, cada vez hay mas deambulantes pidiendo limosna o vendiendo cosas y la mayoría de ellos es por pura necesidad, las pensiones son bajas, muy bajas comparadas con los precios y ellos fundamentalmente necesitan una mejor alimentación que por supuesto no es la que dan los productos normados, conozco una anciana que vende maní con una pamela para tratar de proteger algo su piel ya que le diagnosticaron cancer de piel ¿quisiera ella estar soportando ese castigo a su piel por hacer dos quilos vendiendo maní? evidentemente no, no le queda mas remedio que hacerlo para poder vivir, hay ancianos abandonados por sus familias, de lo mas bajo que pueda hacerle un ser humano a otro, abandonarlo en el ocaso de su vida; en cuanto a las personas con problemas mentales, creo que una campaña (como lo fué "Somos gente como tu") no logra mucho si no logramos mantenerlos en hospitales decorosos, vestidos, alimentados, tratados como seres humanos y no como los vemos en las calles hoy en dia, ac´ña en Santiago los recogen hoy y a los dos o tres dias están en las calles.
¿Donde está la responsabilidad familiar con los ancianos deambulantes y personas con problemas mentales abandonados? ¿quien y de que modo vela porque sean atendidos por su familia o el estado? ¿donde quedan los derechos de una persona al envejecer o perder sus facultades mentales?
Muchos de esos ancianos trabajaron aportando a la sociedad en su momento y hoy la sociedad hace bastante poco por ellos.
Gracias Adan por tocar este tema tan sensible...
Viviana Fernandez desde FB
11/9/14 15:08
Alguna ves tiene que terminar.. pobres abuelos
Silvya Rodrguez desde FB
11/9/14 15:07
Aquí los ponen en un asilo y la mayoría la familia no los ve unos porque de verdad el trabajo no les da tiempo y otros porque no quieren a nadie
Rosemary Da Silva Solano desde FB
11/9/14 15:07
En Brasil no es distinto.
Hortensia Santana Ayon desde FB
11/9/14 15:03
Me gusta tu comentario, es la realidad.
Nofretete Hernandez
11/9/14 11:46
Para ese problema que mencionas realmente no hay solución, excepto que se aumente la edad de retiro. De 60 años llevarla a 70.
Tú mismo expresaste que los ancianos necesitan sentirse útiles y tener participación social.
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