Un recorrido casual por varios municipios de la capital de todos los cubanos me hizo reparar en una agradable coincidencia: las escuelas secundarias básicas cuentan con equipo de amplificación musical de calidad.
Esta complicada etapa de enseñanza exige recreación y me pareció excelente el comprobar la existencia de estos medios para edades tan complejas en su preparación para la vida.
Hace años el Ministerio de Educación emitió la doble sesión para estos alumnos con variedad de actividades docentes y extradocentes con la idea de aprovechar mucho mejor su ocupación en labores realmente útiles.
Se prohibió la salida de la escuela en horario de clases y el reglamento se hizo férreo cosa que agradecieron la mayoría de los padres.
Los que tenemos hijos en estas edades conocemos lo importante y difícil que es la instrucción en esta etapa de la vida.
Los que hemos tenido una formación artística también conocemos de cerca lo importante de la Enseñanza Artística para moldear un gusto estético no parejo, pero acorde a reconocer lo mejor, por ejemplo de un repertorio musical de calidad sea cual sea el género. Con tanto esfuerzo en cursos, formación artística, teleclases, etc, entonces por qué se promueve en la mayoría de estas escuelas por sus bocinas y altoparlantes el mismo repertorio que usted encuentra en la mayoría de los taxis llamados almendrones.
No solo es el reguetón, el pop, la balada dominicana y el “angél” de Los Angeles, quedará en la memoria de estos jóvenes como si en este país no existiera por ejemplo una fuerte tradición trovadoresca.
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