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viernes, 22 de noviembre de 2024

La manzana de Adán

un blog de Adán Iglesias Toledo

Arte para Papá

Ahora que se realiza una de las mayores ferias artesanales en nuestro país con el nombre de Arte para Mamá, les traigo varias reflexiones y recuerdos...

Adán Iglesias Toledo
en Exclusivo 01/05/2014
2 comentarios
Arte para papá- caricatura
Parir es un acto de coraje que ni imaginamos los varones. (Adán Iglesias Toledo / Cubahora)

Llevamos las de perder, parir es un acto de coraje que ni imaginamos los varones. En el tema de la maternidad estamos bastante relegados.

Pude acompañar los dolores de parto de mi esposa en la sala de preparto toda una noche. Ya para nuestro segundo hijo tuve que esperar en los pasillos del Hospital Materno y preguntarle a cuanta enfermera salía, cómo iba el proceso.

Como no fumo, no hice la tradicional escena en la que el padre consume como seis cajas de cigarros, prohibidos en los hospitales. Pero sí creo haber recorrido varios kilómetros en aquel corto pasillo.

El estrés que provoca esa espera no se compara con los dolores que conlleva pujar y parir, pero como el estrés está reconocido como una enfermedad moderna, considero que alguna ayuda asistencial debíamos llevar los varones  en tal situación.

Traigo a la mente estos recuerdos ahora que se realiza una de las mayores ferias artesanales en nuestro país con el nombre de Arte para Mamá.

No dudo que muchos de los artículos que allí se exhiben luego se destinen a nuestras madres, pero, precios aparte, el nombre de la feria nunca fue de mi agrado.

La calidad artística de nuestra artesanía permite mantener una feria de esta envergadura todo el año y así complacer a madres, padres, tías y abuelas, sin la necesidad de justificar estas ventas con el pretexto del tradicional regalo del Día de las Madres.

Ya expresé mi desacuerdo con el asiento para embarazadas en los medios de transporte. Tampoco me gustan las postales destinadas a ellas, las madres, aunque debo reconocer que su diseño ha mejorado con los años.

El sentido comercial que le damos a un ser tan sagrado es lo que nunca me gustó.

Aunque se celebra en mayo, muchos hacen su agosto este día. Salga a la calle y “disfrute” del mercado subterráneo que ofrece flores plásticas y naturales, cestas llenas de ositos de peluche, lucecitas de colores... El poder de convencimiento de las y los vendedores ha mejorado, son el producto del mercadeo y los tantos cursos de Universidad para Todos.

Volviendo a la feria y su nombre, quizás mucho de mis amigos artesanos se molesten con este comentario, pero no puedo dejar de cuestionarme el nombre ¿Tienen otra propuesta ustedes para llamarle a este espacio?

 


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Adán Iglesias Toledo

Amo contar mi realidad en imágenes. Soy caricaturista y director del Dedeté, suplemento de humor de Juventud Rebelde.

Se han publicado 2 comentarios


RAfael
 2/5/14 8:29

Siempre he pensado que a los artesanos deberian arrendarle los espacios de algunas de las otroras grandes tiendas de La Habana (Flogar, Fin de Siglo) todo el año. En cuanto a la feria Arte para Mama, yo no le pondria ni nombre ni fecha y estimularia mas en los medios masivos y en las escuelas el amor filial y el apego por la familia que tanto ha retrocedido. Al final, muchos se "limpian" con un regalo una vez al año. En cuanto al padre no opinare ya que no tengo la experiencia de serlo,pero bien merece una reflexión. Gracias Adan!

Arístides
 1/5/14 10:53

¡Concho Adán! Falta tan solo un tin para estar completamente de acuerdo contigo. Y es mucho en lo de la “comercialización” de fecha tan significativa para todos los que tenemos madre (unos en casa y otros en el “campo santo”), no es nada nuevo. Ya eso ocurre desde tiempos pretéritos anteriores, cuando todavía con culero, era chiquitico “y del mamey y del mango me chupaba la semilla”. Los comerciantes (y similares modernos como cuentapropistas y merolicos), hacían y hacen, como bien nos dices, su agosto, ofreciendo artículos que pueden o no ser propios para regalar a “las puras” en este señalado día. Los precios son altos (para qué comentar), y no todos tenemos lo suficiente para adquirir lo que quisiéramos para mamá (que tampoco hay que comentar), y nos exprimimos el bolsillo y la vida para complacer más el capricho de nosotros mismos que los deseos de nuestras progenitoras. No dudo que ellas, tan comprensivas, y si es que lo merecemos, nos agradezcan más un rato de compañía, un abrazo y un beso, que la más bella postal o el más caro de los presentes. “Madre hay una sola”, dicen y no falta razón para afirmarlo, tal y como se oye “que padre es cualquiera”, tan injusto y discriminatorio, que hiere hasta al más despreocupado de los varones. Cierto que nuestros sacrificios como padres no llegan ni a poderse comparar con los de las madres, ¿pero qué hay de los que siempre hemos estado ahí, y no solo como proveedores? ¿Se nos puede considerar tan poca cosa? Tampoco los padres en lo general, al menos es mi percepción, somos interesados. Me conformo con una llamadaaunque fuera “de Pascuas a San Juan”, para que ni tengan que molestarse en darse el viajecito hasta donde estoy, para que no pierdan ni un minuto de su tan preciado tiempo. ¡Ojalá que ningún otro padre no tenga lo que no tengo! ¡Mis hijos y nietos son las criaturas más ocupadas del mundo!

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