//

viernes, 22 de noviembre de 2024

La rebelión de los calderos

De como una charla sobre el sufrimiento perdió su trascendencia televisiva...

Mileyda Menéndez Dávila
en Exclusivo 22/04/2021
11 comentarios
COCINAR CALDEROS
Hace tres meses Jorge tuvo que hacer una gestión en Palante y como no comió nada en la calle regresó “bolaísimo”, directo para el fogón. (Jorge Sánchez Armas / Cubahora)

Este martes volvimos a De tarde en casa, como pareja más que como estudiosos de la sexualidad humana. Yo suelo ir a ese popular espacio televisivo con regularidad, pero Jorge llevaba más de un año perdido de la pantalla y su retorno generó expectativas en amistades y familiares a lo largo del país.

Nos llevó Oscar Ojeda: siquiatra prestigioso, gran amigo, colega de Oasis de Domingo (mi burbuja feliz en Radio Taíno) y nuestro mentor en terapias holísticas para sanar alma, mente y cuerpo por métodos naturales. antiguos y modernos.

¿Se puede amar sin sufrir? De eso iba el guion, y como Ojeda disfruta nuestra pareja poco convencional en tantos aspectos, no dudó en invitarnos para “adornar” el asunto, como dice el simpático Arnaldo, guionista, asistente y comunicador de ese espacio, que ya lleva 16 años en el Canal Educativo 2.

Antes de grabar decidimos que yo hablaría de la bioquímica del amor (tema de este mes en Sexo sentido) y Jorge insistiría en el papel del arte para deconstruir los mitos que perpetúan el sufrimiento como sinónimo de pasión.

Ya en el diálogo desenfadado que propicia frente a las cámaras Rakelita, la conductora de De tarde… (una mujer llena de entusiasmo, humildad, y una insaciable vocación de saber), las preguntas derivaron desde lo teórico hacia la práctica: ¿qué hacemos para evitar sufrir cuando algo no funciona bien?

Respondimos entonces que como todas las parejas también teníamos nuestras diferencias, pero las discusiones acababan en cuanto uno de los dos soltaba una de esas frases picuísimas que se suele decir para ganar, más que por tener la razón. A partir de ahí el chiste se convertía en alerta para cuando las situaciones se encaminaran hacia conflictos parecido.

Con genuina curiosidad, Rake quiso saber una de esas historias, pero ¿cómo caeríamos en la tentación de contar algo así? Yo, siempre pudorosa con mi intimidad, y Jorge que se toma tan en serio su imagen pública…

En rápida consulta de miradas elegí contar la más reciente, confesión precedida del franco reconocimiento sobre lo mala que soy en la cocina y cómo él se encarga de esos menesteres en beneficio de su propia salud y de mi tiempo de trabajo.

Resulta que hace tres meses tuvo que hacer una gestión en Palante y como no comió nada en la calle regresó “bolaísimo”, directo para el fogón. ¡Casi desmaya al verlo idéntico a como lo dejara tras el desayuno (que sí es tarea mía)!

Parece que el hambre destapó la veta machista que a todos nos inoculan desde el nacimiento y le dio por subir hacia mi estudio protestando porque a esa hora del día —no llegaba a la una— yo estaba en mi “majomía” frente a la pantalla ¡y los calderos estaban todavía bocabajo!

Juro que me eché a reír (aún lo hago cada vez que me acuerdo), pero me contuve cuando él se asomó a mi puerta segundos después, ya consciente de lo fuera de lugar que había sonado aquella barbaridad, que probablemente escuchó hace años en su casa materna o en boca de alguna ex tradicionalista.

Si mi cocinero andaba para la calle, ¿cómo esperaba él que estuvieran los infelices calderos?, le dije suavecito. Pudo llamar para advertir que llegaría “herido” y yo lo hubiera esperado con algún adelanto, dije también, conciliadora, y esa lógica fue como un bálsamo para su noble corazón.

Claro, al estómago era preciso calmarlo con medidas más concretas (y masticables), así que bajamos juntos, volteamos en simbólico gesto todas las ollas de casa y preparamos algo rápido entre besos y risas.

Desde entonces, cuando ambos estamos muy pegados a la pincha en nuestros respectivos rincones y alguno de los dos tiene un reclamo de tripas, llama al celular del otro preguntando cómo están los calderos y qué se puede hacer para quitarles el aburrimiento.

A Rake la anécdota le encantó… y a la familia, el vecindario y muchos amigos también, a juzgar por las llamadas y mensajes para embromar al cocinero y preguntar si los susodichos seguían llenos o vacíos a esa hora. El resto de los conceptos del programa tal vez se olvidaron, pero las caricaturas y mi confesión deben estar aun gastando megas en algunas neuronas…  

También escribió una oyente-lectora que lleva 14 años de feliz matrimonio usando la misma técnica de las frases humorísticas, así que tal vez podamos validarla científicamente y participar en un taller online sobre terapia de parejas.

Cuando salimos del canal pasamos por un puestecito de artesanía de la calle 23 y le regalé un juego de espumaderas de madera preciosa. Fue un gesto de agradecimiento por estos cuatro años de divertida y amorosa convivencia… y una estrategia para evitarnos otra “negociación” por la única paleta que hasta entonces teníamos, utensilio que yo necesito para hacer dulces cuando estoy inspirada y él prefería secuestrado con el único fin de remover el arroz.


Compartir

Mileyda Menéndez Dávila

Fiel defensora del sexo con sentido...

Se han publicado 11 comentarios


Alejandra Rodríguez Rodríguez
 25/5/23 20:49

Genial y muy salomónica la travesía de los dos en ese encuentro hambriologico, j+j+j+j

Nubes
 20/5/21 11:04

Holaaa me encantó el escrito. Lo disfruté y me reí muchísimo. Quisiera participar en el grupo de whatsapp. Soy una lectora asidua de este espacio, pero muy pocas veces me da por comentar aunque los leo todos gggg. Tambien me gustaría participar en el foro online para terapia de parejas empleando frases humorísticas. Saludos a todos.

Lisy
 29/4/21 18:23

Hola,anoche me pasó algo muy cómico con mi kike,se puso bravo por algo y recordando esta anécdota de Milo le dije.....sigue berreado que te vas a volver chivo beeee y al poco rato ya andabamos en la melcocha como nos dicen en en grupo jjjj.La vida es muy corta para andar molestos por cualquier cosa,hablando de cocina,me encanta que kike cocine,no soporto la cocina jjjj.Mis saludos y abrazos para todos

cleopatra
 29/4/21 9:16

Atrazado pero seguro. Que buena crónica como me he reido se que a milo no le gusta la cocina. Pero encontró la orma de su zapato. Que bueno seria que algunos hombres cambiaran su mentalidad machista. aunque en el grupo sent2  casi todos los hombres que participan son buenos cocineros y ayudan a sus esposas en especial el bombardero que algunos no sabran quien es. Pero asi lo llamamos Romy y yo,  a todos les agradesco sus llamadas y msj de afecto se que me estrañan aunque algunos digan que no. Yari te considero ya que estamos en las mismas.

aurora
 23/4/21 17:18

Buenas tardes, sigo este espacio hace algunas semanas porque me lo comentó una amiga que es fanática a ustedes. Este de hoy me resulta gracioso porque mi esposo adora meterse en la cocina, pero a mí no me gusta porque gasta mucho y luego no friega nada, él dice que es el artista y no se va a ensuciar. Un día hace muchos años me puse muy brava con él porque quiso lucirse en una comida con todos los hermanos y lo que me dejó parecía que había pasado la guerra. Le dije un montón de cosas bajito en la cocina mientras yo fregaba y él vino a buscar hielo, y como no me respondía le grité !porque tú te crees que eres Nitzo Villapolo! y los hermanos me escucharon, figurense. Ahora a cada rato dicen que van a casa de Villapolo a comer, pero al menos ya traen parejas y las meten en la cocina a fregar después. Son cinco varones, figúrense, y los otros ninguno quiere saber nada de los calderos, a menos que estén llenos.

 

curioso
 22/4/21 12:43

¿Y si la pelea es por cosas de principios, también la terminan así con un chiste? Yo creo que no podría. No me veo riédome de una falta derespeto, por ejemplo, delante de mis amigos o vecinos. Hay que tener en cuenta también los límites para que las discusiones no se vuelvan un relajo. Me parece a mí, con todo respeto.

puntualita91
 22/4/21 12:41

Pues yo llevo casi seis años con el jevito y al principio las broncas eran de la gran escena, pero ya leí a milo otras veces contar esto de las frases picúas y decidí probar. Las primeras veces él me miraba raro y se callaba, y ya le cogió la vuelta y el él qu8ie vigila las frases porque resulta que la más picúa soy yo una pila de veces 8=O

 

 

Yari
 22/4/21 11:49

He reído mucho con la anécdota, a la vez que recordaba algunos amigos machistas que jamás tolerarían que su mujer estuviera en casa y no cocinara. Excelente crónica.

Quiero aprovechar el espacio para decirles a la gente del grupo de whatsapp que me quedé sin teléfono móvil y estaré incomunicada unos meses. Los extraño mucho y les mando besos y abrazos a todos, en especial a mi @Rey,@Lily,@Ale,@Amaury y el resto del piquete. Saludos.

milo
 28/4/21 8:18

yari, también te extrañamos!!! ya mandé un comentario diciendote pero no salió. sobre el tema, créeme que si tus amigos probaran mi sazón habitual me sacarian corriendo de la cocina, como hizo jorge inteligentemente... fíjate que cuando empezamos a conversar por correo le advertí que en mi casa jamás se moriría de aburrimiento, pero de hambre sí :)

35
AD86
 28/4/21 11:39

te extrañamos muchoooooo

28
Nena89
 22/4/21 9:31

Por favor de realizarse el foro online para terapia de parejas basada en el uso de frases humorísticas y otros recursos para equilibrar la relación, avisenme.Me cuesta mucho recordarle a mi pareja, en buena forma sus responsabilidades, más allá del género. Llevamos 9 años de relación y tenemos dos niños, nos amamos, pero todavía nos falta pulir algunas cosas como las que cuenta Milo.

Deja tu comentario

Condición de protección de datos