No me duelen prendas al admitirlo: la casa Éditions Larousse –ya más que centenaria, fundada en 1905– me ha sido muy útil con sus volúmenes referenciales, cada vez que he andado perdí’o en el marabú con respecto a algunos datos.
Pero, como también dice mi pueblo, hasta ahí las clases. O sea: no hay por qué exagerar.
En cuanto a LO NUESTRO –¡ah!, el eurocentrismo– andan desorientados, perdidos, despistados.
¿Me pedían ustedes –querida lectora, estimado amigo que me siguen– un ejemplo ilustrativo? Pues allá va.
Definición de “guasasa” en el Pequeño Larousse Ilustrado:
“GUASASA f. Mosca peligrosa de Cuba”.
O sea, si usted tiene las agallas suficientes como para adentrarse en nuestros campos, nunca se le ocurra incursionar solo y desarmado. Vaya en grupo, y con un fusil ametrallador de alta potencia. (Lo mejor, una AK, el arma del milenio). Sí, porque en un trillo o una guardarraya puede salirle al paso una guasasa –para mí, hasta ahora, una inofensiva mosquilla–, ferocísimo monstruo antillano, capaz de rebanarle un brazo, o de decapitarlo inmisericordemente.
¿Otro botón de muestra?
Pues a la palabra majá la definen como cubanismo, que designa a una culebra grande, no venenosa. Y hasta ahí… hasta ahí todo santo y bueno.
Pero, al lado, recogen maja –así, palabra llana, maja– como un modo nuestro de nombrar al holgazán. O sea que, según parece, Goya pintó dos veces a uno de nuestros haraganes, desnudo y vestido.
La casa editorial Larousse tiene un lema: “Nos esparcimos hacia todos los vientos”.
Pero, según parece, por lo que aquí sopla, andan desnortados a más no poder, como decían los viejos marinos.
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