El verbo parir, en el habla popular cubana, toma un significado metafórico, superpoético.
Sí, porque dondequiera las plantas “fructifican”, mas aquí “paren”.
Vaya un ejemplo, que prueba lo añejo de tal uso entre nosotros. En el siglo XIX Juan Nápoles y Fajardo, El Cucalambé, le decía a su amada:
Tengo, Rufina, en mi estancia,
paridas matas de anones,
cuyos frutos ya pintones
esparcen dulce fragancia.
MUCHOS MODOS DE DECIR NO
En el habla popular del cubano existen innumerables formas para negar, y, quien lo dude, que se lo pregunte a Sandalio Heriberto Falopio, el personaje radial que encarnó ese actorazo llamado Mario Limonta.
Entre otras muchas variantes adverbiales de negación, encontramos ne, Nereida, Nela Sosa, naranja de China, y hasta Nicomedes, que es una forma disfrazada de cierta frase soez.
Pero también existen fantasiosas modos de afirmar, como Ciro, Cirilo, y hasta Ciro Moracén, boxeador santiaguero de los años ‘50.
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