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sábado, 23 de noviembre de 2024

Así hablamos (LVIII)

Carlos Marx no existe. Y nuestra mezcolanza racial...

Argelio Roberto Santiesteban Pupo
en Exclusivo 17/08/2019
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Hablando en Cubiche
Mi gente tiene una lengua... (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

I

Con demasiada frecuencia, escucho cómo anuncian cierto espectáculo, o no sé qué recital, que se efectuará en el Teatro Carlos Marx.

Pues no, muy señores míos. Esa institución cultural, sencillamente, no existe. Vaya usted hasta Miramar y observe el frontispicio de la edificación. Allí, con toda la razón del mundo, un cartel nos informa que se trata del Teatro Karl Marx, no Carlos Marx.

El asunto es simple, queridos amigos: baste con decir que los nombres propios no se traducen.

Existen poquísimas excepciones, canonizadas por el uso a través del tiempo, santificadas por el paso de los siglos. Tal es el caso del llamado Gran Almirante de la Mar Océana, a quien, según el idioma, se le nombra Christophoro Colombus, o Christopher Colombus, o Cristóbal Colón. Pero insisto que sólo se trata de asuntos muy puntuales, realmente excepcionales. En efecto, nadie debe venir, con la cara muy fresca, a hablarnos, por ejemplo, de Guillermo Shakespeare, pues esa cima de las letras inglesas se llamaba William. Por esa vía, en cualquier momento le dicen Guillermito.

Y sépase que no hay majadera pedantería en lo aquí declarado. Porque… díganme ustedes… ¿les gustaría que alguien nombrara a nuestros próceres como Joseph Martí o Anthony Maceo?

II

Es bien sabido que, durante siglos, fuimos la Llave del Nuevo Mundo, el Antemural de Indias, la Margarita de los Mares, la Encrucijada de las Flotas.  

Por aquí no sólo circulaban mercaderías de todo tipo, sino gentes de variopintos pelajes.

Por tanto, no ha de extrañarnos que el habla del cubano, en materia racial, sea copiosísima.

Así, por sólo citar algunos ejemplos, tenemos desde la mulata color cartucho hasta el morito, pasando por las pielcanelas, los jabaos y los capirros.

A los blancos llamamos macris, masaecocos o múcaros.

Los chinos son narras,  mientras que al negro se le han dedicado despectivos múltiples, generalmente derivados de niche.

Al final,  aquí el que no tiene de congo, tiene de carabalí, y todo se formó gracias a los gallegos, con razón calificados de piolos o petroleros.


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Argelio Roberto Santiesteban Pupo

Escritor, periodista y profesor. Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1983 con su libro El habla popular cubana de hoy (una tonga de cubichismos que le oí a mi pueblo).


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