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lunes, 25 de noviembre de 2024

Tribulaciones de bilingüe en barrio chino habanero

Además de que la mayoría se sorprende cuando se enteran de que alguien no entiende lo que dice otro chino, tampoco admiten fácilmente que soy analfabeto...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 16/03/2023
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¡Que tú eres analfabeto! Ahora sí que me la pusiste en China… (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Por lo general, se asombran cuando cuento lo sucedido en la década de los 60 al intentar comunicarme con varios asiáticos de los comercios existentes en el barrio chino habanero, por la zona de las calles San Nicolás, Cuchillo, Zanja…Resultó que no entendí nada de lo que decían personas que como mi padre y mi madre, eran emigrantes, sin embargo siempre noté que comprendían todo lo que yo preguntaba en cuanto a precios y características de algún producto que inmediatamente ofertaban.

Esos días no eran como los de hoy, pues en aquel entonces por cada cubano que transitaba por el área, había decenas de nacidos en China, lo cual daba la impresión de que los extranjeros eran los nacionales.

De regreso hacia San Nicolás 517, iba asustadizo escuchando sin lograr entender, hasta que otro Arturo Chang, mi tío, explicó que allí nadie renunciaba a hablar su dialecto, pero que la convivencia había facilitado que cada uno aprendiera el habla del otro.

A partir de ese momento, la mayoría de las veces establecía comunicación en español, y solo usaba el cantonés cuando descubría que también el interlocutor lo hablaba.

Un amigo interpretó: Entonces eso es como si un alemán, un árabe y un cubano de tantos tiempo estarse relacionando entendiera el idioma de los otros dos, pero les contestara en su lengua materna.

Sin clases ni lecciones aprendí español, pero lo mismo sucedió con el dialecto cantonés que seguramente fue lo primero escuchado al nacer, pues tanto mi madre como mi padre hacían un matrimonio de emigrantes que en casa hablaban cantonés.

Dedicados al comercio minorista de víveres y licores, tenían en la bodega un mostrador que limitaba la frontera del hogar con el mundo exterior donde se hablaba español y el interior donde crearon un diminuto rincón similar al país de origen.

Aquella especie de muralla marcaba las zonas donde uno se comunicaba en chino o en español, y esta es la razón por la cual resulta que en casos como este alguien pueda desconcertarse cuando le pregunten cuál es su lengua materna.

Más claro están los motivos de mi analfabetismo, pues enseñar miles de caracteres que componen la escritura china no resultaba muy probable para emigrantes que debían abrirse paso económicamente y poder enviar remesas a sus familiares.

Estos detalles de la vida de un hijo de emigrantes radicados en otro país vienen a los recuerdos en estos tiempos en que hay abundante cantidad de nacidos en Cuba que viajan para establecerse en otra nación, fenómeno que es una práctica ancestral de la humanidad.

Dentro de esos emigrados van aumentando los que son como este redactor, descendientes, y entre ellos conozco quienes muestran interés en conocer del país natal de sus padres, hacen muchas preguntas y en no pocas ocasiones expresan admiración y asombro.

Sin embargo, también hay quienes “De tal palo, tal astilla” pues sus padres les han inoculado las explicaciones que se dan ellos mismos para justificar por qué están donde viven, y no encuentran otro remedio que denostar del terruño natal, y mientras mayor sea la cantidad de cosas malas, mejor lo son donde están.

También esos matrimonios pudieran informar la verdad de las dificultades y penurias por las cuales emigraron, pero de forma tal que como este redactor, fue sintiendo alegría al conocer cada éxito del país de sus progenitores.

El tema no ha terminado. Continuará.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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