viernes, 20 de septiembre de 2024

Cuando la estructura se recompone

La incorporación a un centro de trabajo no depende solo del individuo, sino también de la estructura en que se desenvuelve...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 09/04/2021
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Incorporación-trabajo
No han sido pocos quienes han vivido con mucha holgura del dinero ganado en escasas horas de trabajo por un salario mínimo. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Hasta hace poco había una situación que no se podía resolver con una simple ley ni tampoco por la fuerza del ejemplo de quienes trabajan, pues todo facilitaba vivir espléndidamente sin estar incorporado a un centro laboral.

Esa desvinculación tuvo su caldo de cultivo apenas comenzada la década de los 70 del siglo XX, cuando no solamente dejaban de aportar a la sociedad los emplantillados en alguna entidad de la producción o de los servicios.

También se incrementaba por esos años lo que jocosamente llamaban el presente-ausente, que era alguien que cobraba por estar en un puesto de trabajo, hacía como que realizaba la actividad, cuando en realidad no hacía nada.

Hubo inescrupulosos dedicados al hurto, al robo, a la corrupción, pero también quienes aprovecharon los resquicios de una estructura endeble y vivían “honradamente” de revender lo que les daban mensualmente por la cuota y que no usaban: los cigarros, el café u otros productos.

Otros se ganaban el dinero con el sudor de andar de aquí para allá, comprando barato en lugares donde había cierta abundancia para revender en sitios donde escaseaba, y hasta había que agradecerles el servir de redistribuidores.

Y como el asunto era estructural, también fue creciendo el número de integrantes de un núcleo familiar donde, con uno que trabajara, ya podían mantenerse dos o tres. Esto era posible por el exceso de subsidios y gratuidades mal aplicadas.

No han sido pocos quienes han vivido con mucha holgura del dinero ganado en escasas horas de trabajo por un salario mínimo en otro país, pero que cuando era recibido en Cuba sufragaba gastos equivalentes al sueldo de varios meses.

Al resolver problemas de la estructura de la sociedad, no ha sido preciso hacer llamados a seguir ejemplos de laboriosidad ni promulgar leyes, sino que, al aplicar procedimientos universales, de acuerdo con las características nacionales, fue fácil darse cuenta de la necesidad de incorporarse a un centro de trabajo.

No hay que calificar injustamente de vagancia a quienes han logrado vivir sin estar en una plantilla, pues las deformaciones les invitaban prácticamente a seguir tales caminos que no aportaban al país.

Tampoco se debe tildar a los que mantienen o se incorporan el estatus de presentes-ausentes porque, como mismo se ordenó el ambiente para que el salario sea cada vez más la fuente de satisfacción de las necesidades, es posible reordenar los mecanismos de estimulación para incrementar la productividad.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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