Las emociones son reacciones donde participan los sentimientos acompañados con cambios psicofisiológicos y que generan determinado sentir cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Psicológicamente, alteran la atención, hacen subir de nivel ciertas conductas habituales y activan redes asociativas relevantes en la memoria.
Por su parte, los sentimientos son el resultado de las emociones, son más duraderos en el tiempo y pueden ser transformados en palabras y gestos. Los variados estados emocionales son producidos por la liberación de neurotransmisores u hormonas, que después transforman estas emociones en sentimientos y finalmente en el lenguaje. Desde el punto de vista fisiológico, ellas instauran rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, donde se incluyen las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del sistema nervioso autónomo y la del sistema endocrino, pudiendo tener como fin crear un medio interno óptimo para un comportamiento de más intensidad. En relación a la conducta, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones e ideas, pero pueden alejarnos de otros.
Emociones perturbadoras
Existen emociones perturbadoras, momentos delicados para la salud psicológica de muchas personas. Por eso se deben enseñar métodos para intentar de una forma o de otra eliminar esos trastornos derivados de la situación de que se trate.
La persona afectada debe disponer de un instante de reflexión que le permita retomar el control de su psique y, a la vez, le conlleve a aprender ciertas formas de gestión emocional que pudiera aplicar en cualquier otro momento.
Para controlar las emociones no convenientes
Entre las principales claves para controlar las emociones indeseables en tiempos de tensión o de dilema, se deben observar las propias emociones, identificarlas, darle nombre y finalmente aceptarlas como realidades, reconociendo que es normal sentirse preocupado y hasta poder experimentar angustia e incluso falta de fe en algún momento.
Se deben conoce las propias señales de estrés, enojo, tristeza o irritación, comprobándolas durante todo el día. En conveniente hacerse un autoanálisis para descubrir el estado en el que se encuentra la mente y las emociones que la controlan y preguntarse a cada rato cómo se siente en ese momento, si existe alguna emoción que le atormente y qué puede hacer para modificar ese indeseable estado de ánimo. Y, por supuesto, tratar de llevar un seguimiento para poder conocer los factores desencadenantes y poder neutralizar esa emoción perturbadora.
No ayudan
Se deben eliminar de raíz las fuentes de información alarmistas e insustanciales de las redes sociales que nada aportan a nuestro desarrollo social, familiar o económico y sustituirlas por medios confiables, serios, variados y breves.
Planificar acciones y pensamiento
Simultáneamente se debe proyectar toda la energía acumulada y crearse una nueva rutina planificando de antemano todas las acciones que se vayan a hacer en el día como una forma de organización. Es útil crearse un horario diario donde se incluyan las horas de trabajo, las tareas caseras, el tiempo con los demás familiares incluso los niños, los períodos frente a la computadora, cuándo hacer mandados y también el tiempo de ocio como sería dormir una buena y reparadora siesta. Se debe fabricar un día positivo e ideal lleno de acciones a realizar, desde el amanecer hasta la noche, intentando cumplirlo, pero siendo flexible consigo mismo y con los demás.
Los imprescindibles buenos estilos de vida
Se debe mantener a todo trance buenos estilos de vida como es una alimentación saludable, la práctica diaria de ejercicios físicos, mantener un peso normal, eliminar adicciones tóxicas como tabaco, alcohol o drogas, dormir lo suficiente y eliminar cualquier nuevo estrés. Muchas personas no cumplen algunos o muchos de estos hábitos saludables; pero si se desea alcanzar un adecuado equilibrio emocional ellos se deben adoptar con el firme propósito de cumplirlos y nunca olvidarse de su importancia.
Conversaciones con uno mismo
Hay que aprender saber hablarse a sí mismo, tratándose con afabilidad y cariño. Borrar de la mente el sentirse una calamidad, pero hallarse estimulado y bien consigo mismo para seguir mejorando cada día un poco más.
Hay que concentrarse en lo que sí se puede modificar y olvidarse de lo que es imposible cambiar, tratando de crear una nueva forma de ver la vida. Se deben seleccionar puntos de apoyo y mantener relaciones positivas pero muy bien escogidas, invirtiendo tiempo en esas amistades o familiares para desahogarse y pedir consejo, escuchando a los seres queridos y al mismo tiempo sentirse escuchado.
Un recuento necesario
Al final del día se debe hacer un recuento emocional positivo y preguntarse de que se ha disfrutado, las razones de sentirse agradecido y de cuáles cosas se está satisfecho al concluir el día. Se eliminan la incertidumbre y las angustias viviendo en el momento presente; una buena forma es iniciarse en las técnicas de la meditación, sobre todo la guiada, antes de quedarse dormido.
Pero quien tiene etapas demasiado prolongadas de incertidumbre y padece de intensas sensaciones negativas, como ansiedad, estrés o tristeza, es necesario que acuda a un profesional.
Rufo
15/2/21 13:28
¿A mï emociones violentas? Si yo con lo de la Covid y lo que se le pegue me paso el día entero temnbrlnado. Mi violencia emocional es constante. Vamos aver si aplicando estos consejos me mejoro porque ni sedantes hay en las farmacias.
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