Es utilizado en muchas regiones y países, tales como el norte de Europa, India, Norteamérica, y otros países de Asia y de parte de África.
Uno de sus tipos es el tabaco para mascar, disponible como hojas sueltas, prensado en bloques o en trenzas. Sus consumidores lo mascan o chupan y esputan los jugos cuando se acumulan, aunque ya se produce tabaco sin humo que no se escupe. Igualmente dañino para la salud, su nicotina es absorbida por las mucosas de la boca.
Su otra variante, el rapé o snus, es tabaco picado o en polvo, envasado húmedo o seco, y presentado con diferentes aromas y sabores ante el consumidor.
Se distribuye suelto, en pastillas solubles o en tiras y en saquitos semejantes a las bolsitas de té. Algunos consumidores colocan una pizca o una bolsita de rapé húmedo entre las mejillas y las encías o detrás del labio superior o del inferior. Otros inhalan el rapé seco por la nariz.
QUÍMICA ASESINA
Por lo menos han sido halladas 28 sustancias químicas tóxicas presentes en el tabaco sin humo y causantes de cáncer.
Las más perjudiciales son las nitrosaminas específicas al tabaco, que se forman durante el cultivo, curación, fermentación y añejamiento de este, y cuya concentración varía según el tipo de producto. Su acumulación está directamente relacionada con el cáncer.
Otra sustancia cancerígena en el tabaco sin humo es el polonio-210, elemento radiactivo presente en el fertilizante.
Según se conoce hasta ahora, el tabaco sin humo puede provocar cáncer oral, de esófago y de páncreas; también enfermedades cardiacas y de las encías, y lesiones orales como la leucoplasia (zonas blanquecinas precancerosos en la boca).
TABACO SIN HUMO Y ADICCIÓN
Todos los productos de tabaco, incluido el tabaco sin humo, contienen nicotina, sustancia fuertemente adictiva.
Los consumidores de tabaco sin humo presentan concentraciones de nicotina en la sangre similares a las que se encuentran en los fumadores de cigarrillos.
En los adictos al tabaco sin humo, la nicotina es absorbida por los tejidos de la boca y pasa directamente a la sangre, mediante la cual es conducida al cerebro. Aun cuando se deseche el tabaco de la boca, la nicotina sigue siendo absorbida hacia el torrente sanguíneo.
Además, la nicotina permanece en la sangre por un período más largo, en los consumidores de tabaco sin humo, que en los fumadores.
TODO TABACO ES PERJUDICIAL
Todos los productos de tabaco son perjudiciales y causan cáncer.
A partir de 1986, el comité asesor del director general de Sanidad de Estados Unidos concluyó que el consumo de tabaco sin humo “no es un sustituto seguro de fumar cigarrillos, puede causar cáncer y varias enfermedades orales no cancerosas, y resultar en adicción y dependencia de la nicotina”.
Por lo tanto, el tabaco sin humo no puede ayudar a ninguna persona a dejar de fumar y no hay una cantidad segura de consumo de tabaco, en cualquiera de sus variantes, que no sea marcadamente perjudicial.
No hay alternativa posible. Luchemos por eliminar de nuestras vidas y de la de nuestros familiares y amigos tan peligroso enemigo.
* Master en Ciencias y Profesor Consultante, Jefe del Servicio de Endocrinología, Hospital Docente Dr. Salvador Allende,La Habana, Cuba. E. mail: alberto.quirantes@infomed.sld.cu
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