jueves, 18 de abril de 2024

Las bebidas alcohólicas y sus daños a la salud (+Video)

El uso inmoderado de alcohol a largo plazo ha sido vinculado con un mayor riesgo para muchos tipos de cáncer…

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 06/06/2022
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Los reportes sobre los daños al organismo producidos por las bebidas alcohólicas son concluyentes y no hay ninguna cantidad, por pequeña que sea, capaz de considerarse como segura. El alcohol es causa de más de 200 enfermedades y es un significativo motivo de muerte.

Es una sustancia psicoactiva depresora que afecta, en cualquier cantidad, a la estabilidad neuroquímica del cerebro. Se afectan los neurotransmisores del cerebro, los cuales normalmente contribuyen al buen juicio de las personas.

Un efecto engañoso

Es un poderoso desinhibidor y eso se comprueba porque después de tomar determinada cantidad, aunque no sea mucha, la personas que la ha ingerido se siente inmediatamente más confiada, menos ansiosos y más relajada.

Pero cuando estos efectos desaparecen, también se sienten otros negativos, totalmente opuestos a ese consumo hecho con el fin de divertirse; dichos efectos negativos suelen manifestarse como una mayor irascibilidad, desazón o abatimiento. Del mismo modo que el alcohol es causante de contento y desinhibición, lo es también de la posterior congoja y disgusto.

El alcohol enferma

El uso excesivo y sistemático del alcohol es un factor de riesgo conocido para la enfermedad hepática, los problemas cardiacos y digestivos, las complicaciones relacionadas con la diabetes, daño al cerebro y debilita al sistema inmunológico. El uso inmoderado de alcohol a largo plazo ha sido vinculado con un mayor riesgo para muchos tipos de , incluyendo el cáncer de la boca, la garganta, el hígado, el colon y el seno.

Su consumo habitual, numerosos estudios han mostrado que también se relaciona con la posibilidad de producir estados ansiosos, y hasta con psicosis en estos casos y también se vincula con muchos problemas de salud mental, como por ejemplo la depresión. El alcohol es muy tóxico para el cuerpo incluyendo el cerebro y los nervios periféricos. El beber compulsivamente puede aumentar significativamente la presión sanguínea de una persona, factor de riesgo principal para los infartos cerebrales según plantea un especialista del corazón del Miami Cardiac & Vascular Institute.

De la misma forma, se ha evidenciado una patente relación con el incremento en el riesgo de suicidio y mayor deterioro cognitivo en los consumidores incluso hasta de cantidades moderadas.

Alcohol y medicamentos

Otro lado negativo debido al consumo de alcohol es la interrelación tan perjudicial que tiene con medicamentos, disminuyendo su eficacia farmacológica y empeorando todos los cuadros psicológicos necesitados de un tratamiento mantenido. Estos pacientes tienden a atribuir la causa de la falta de mejoría en su estado o a su empeoramiento, a la inutilidad de los medicamentos más que al consumo abusivo de alcohol que están haciendo. Quienes consumen anfetaminas, opioides o alguna droga ilegal, también deben evitar el uso de alcohol. La interacción entre el alcohol y las drogas, sean legales o no, puede cambiar o agravar los efectos de ambos e incluso puede llevar a la muerte.

Ayuda que no llega

Un último aspecto importante es el empleo que hacen muchas personas del alcohol como instrumento para la solución de sus cuadros ansioso/depresivos; se considera por ellos una forma de tratamiento, obteniendo de momento un aparente efecto favorable muy a corto plazo; pero a largo plazo se va creando una total dependencia de dicha terapia, es decir, una adicción, incluso aunque la persona nunca llegue a estados de embriaguez crónica.

Además de esa indeseada y maligna dependencia, con este equivocado enfoque la persona también se busca una cronificación y hasta una agudización del cuadro psicológico que pretende aliviar. Una depresión o ansiedad tratada de manera tan incorrecta y peligrosa, con el trascurrir del tiempo se mantiene y sobre todo puede empeorar.

Con este artículo no solo queda deshecho el mito del “beneficio o efecto protector” del consumo moderado de alcohol, sino que es evidente que cualquier consumo de bebidas alcohólicas está vinculado siempre a cambios perjudiciales en el cerebro y otras partes del cuerpo. La cantidad del alcohol consumido solo determina la gravedad de los problemas, pues cuanto más alcohol, más y mayores problemas, pero siempre es perjudicial cualquiera sea su cantidad.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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