Quien quiera mantener la salud de sus ojos e incluso conservar su visión, debe dejar de fumar definitivamente. No hay vuelta que darle, pues esta adicción puede causar daños irreparables en la salud de esos dos preciados órganos. La mayoría de las personas no lo sabe y esta es una de las razones por la que fumar puede transformar a una persona útil en algo inútil que inspira lástima y crea molestias a quienes lo rodea.
Cuando se habla de daños serios a la salud, cuya causa es el cigarrillo, la mayoría de la gente tiene claro que los pulmones son afectados a tal punto que se puede desarrollar un cáncer capaz de provocar la muerte o sufrir un infarto. Sin embargo, fumar también puede provocar ceguera y no vale la pena el riesgo. Al fumar las personas están arriesgando la vista y no son pocas, pues en el mundo millones de personas son tristemente adictas tabaco. Afortunadamente las cifras hablan de una progresiva reducción de quienes fuman sobre todo en los países desarrollados.
RIESGO AUMENTADO EN LOS FUMADORES
Los fumadores tienen el doble de probabilidades de perder la visión cuando son comparados con los no fumadores; se debe a que el humo del cigarrillo puede causar o empeorar varias afecciones oculares. El tabaco contiene sustancias químicas tóxicas y estas, a través del humo, pueden irritar y dañar seriamente los ojos.
Por eso la adicción al tabaco aumenta el riesgo de afecciones que amenazan la vista, y eso es una razón importante por la que los fumadores, sin más dilación o excusas, deben dejar de fumar para siempre.
LAS COMPLICACIONES OCULARES
La Academia Americana de Oftalmología informa que son varias las afecciones que puede causar el cigarrillo a los ojos, y entre ellas se encuentra el llamado ojo seco, que es cuando los ojos no producen suficientes lágrimas y el cigarrillo aumenta las probabilidades de que, de manera prácticamente constante, ellos se sientan ásperos, piquen, ardan o estén enrojecidos; también los fumadores, sin importar la edad, pueden presentar cataratas, pues tienen un mayor riesgo de desarrollarlas. Son opacidades del cristalino del ojo capaces de provocar visión borrosa, hacer que los colores se vean apagados o descoloridos hasta llegar a perder del todo la visión, y habitualmente se eliminan con cirugía; los fumadores pueden padecer de degeneración macular; ocurre cuando se daña una parte de la retina llamada mácula y causa pérdida de la visión central donde no se pueden ver los detalles cuando se enfoca la vista sobre algo.
El diabético fumador, aparte de otras complicaciones, puede padecer o agravar la retinopatía diabética donde los vasos sanguíneos de la retina del ojo se dañen y la visión puede alterarse hasta el punto de llegar a la ceguera. También pueden surgir problemas del nervio óptico, cuya función es conectar el ojo con el cerebro y, si se daña, es posible perder el sentido de la vista. Fumar puede aumentar los factores de riesgo de padecer glaucoma, una enfermedad que afecta a dicho nervio, así como provocar uveítis, enfermedad que afecta una parte del ojo llamada úvea, donde el ojo se vuelve rojo, duele y se presentan problemas de la visión.
La enfermedad de Graves-Basedow es una de las formas del hipertiroidismo, una afección de la glándula tiroides; uno de sus síntomas más comunes es la protrusión de los ojos. Los fumadores que la padecen corren el riesgo de que empeore y llegue a desencadenar ceguera.
SE PUEDEN PREVENIR LOS DAÑOS
Especialistas de varios países coinciden en que la forma más efectiva de preservar la salud de los ojos es dejando de fumar. Los Institutos Nacionales de la Salud de los Estados Unidos orientan además que se tomen ciertas medidas relacionadas a hábitos saludables para subsanar los daños dejados por el cigarro, como son las visitas periódicas al oftalmólogo hasta que haya pasado el peligro, llevar una dieta saludable con alimentos de alto contenido de vitaminas C, E y betacaroteno, como son las frutas y los vegetales de hojas verdes, mantenerse activo y controlar la presión arterial y el colesterol con regularidad.
Es mejor precaver con tiempo que tener que lamentar, y en este caso de los fumadores no ha sido por falta de advertencias.
Recomendamos a los los fumadores que han leído este artículo tan impactante que lo guarden y lo vuelvan a leer otra vez cada cierto tiempo para reforzar su satisfacción de haber abandonado tan funesta y costosa adicción; y a quienes no son fumadores que se lo envíen a sus amistades que sí fuman, tanto por vía digital como impreso. Y, de paso, a todo el que pueda, que lo coloque en sus redes sociales.
Gilbero
16/9/20 21:46
Los fumadores inverterados no se inmutan cualquiera sea el efecto nocivo que cause esta adicción.Dicen que el que por su gusto muere la muerte le sabe a gloria. Lo triste es para los que no fumamos,no existe una legislación que haga que se respete nuestro derecho a no respirar el humo del cigarro que se sabe es cancerígeno.Hay que tomar ejemplo de lo que se hace al respecto en otros países y tener en cuenta lo que le cuesta a nuestra sociedad en tratamientos y horas de trabajo perdidas.
Lena
14/9/20 9:02
Mira que se aprenden cosas. Mi marido fuma y parece que por eso siempre tiene los ojos irritados. Todo lo que dice este arículo es tabién oltra poderosa razón para dejar de fumar.
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