Estrés, trabajo y hogar

Muchas personas andan buscando una relación saludable entre su hogar y su trabajo. A veces parece difícil de alcanzar.

Con frecuencia es necesario afrontar una pesada carga laboral y al mismo tiempo dar la cara a los disímiles retos de un hogar repleto de responsabilidades materiales o afectivas.

Por eso existen tantas personas “super estresadas”. Eso no favorece ni tampoco permite una destacada actuación en ambos frentes.

QUIERO HACERLO TODO

Quienes desean “hacerlo todo” en su vida laboral y en sus casas, elevan los niveles de estrés disminuyendo al mismo tiempo productividad y eficiencia.

Se perturba la concentración y el comportamiento se desvía hacia actitudes depresivas o de irritación.
Y eso afecta en grado variable las relaciones familiares, personales o profesionales.

El estrés crónico también perjudica la salud. Debilita el sistema inmunológico y aumenta la susceptibilidad de padecer una variedad de enfermedades.

SOLUCIÓN IDEAL

La clave para mantener el estrés a raya está en una palabra clave: equilibrio.

Alcanzar un adecuado y feliz equilibrio entre los deberes laborales y domésticos es una meta ideal y al alcance de la mano.

Cuando los seres humanos, cualquiera sea su trabajo, mantienen una relación armoniosa entre estos dos aspectos serán más productivos y felices, faltarán menos al trabajo por razones de enfermedad y tienen más probabilidades de ascender en jerarquía y en el cariño familiar.

EQUILIBRIO LABORAL

Se deben programar metas razonables, incluso en el caso de ser ambiciosas. Cuando hay capacidad emocional para cumplir con ellas se experimente una cálida sensación de logro y realización.

Y por supuesto, mientras más control se tiene sobre el trabajo, el estrés también disminuye. Para ello se debe ser muy realista y confeccionar una lista de prioridades colocando en los primeros lugares las tareas importantes.
Nada esencial debe posponerse pues al pasar el tiempo esa faena va creciendo en nuestra mente hasta parecer insuperable.

EQUILIBRIO DOMÉSTICO

Las responsabilidades hogareñas deben ser equitativamente distribuidas y perfectamente delineadas. Se evitarán confusiones, recriminaciones o problemas más tarde.

Cuando se hace necesario enfrentarse a un gran proyecto como es la organización de un sonado cumpleaños o la reparación de un baño, se debe comenzar dividiéndolo en tareas más pequeñas.

Y debe finalizarse la primera antes de avanzar a la siguiente.

Cada cierto tiempo es necesario tomar pequeños descansos pues ayudan a clarificar la mente, mejoran la capacidad para manejar el estrés y se toman buenas decisiones cuando se vuelve a la carga.

EVITANDO EL ESTRÉS

En situaciones de tensión donde quiera se presenten, siempre mantener la ecuanimidad, tomar otras opiniones en consideración y hacer concesiones cuando el caso lo requiera.

Incluso es mejor retroceder a tiempo antes de perder el control y de paso sirve para dar el espacio necesario a fin de lograr la calma entre todos los involucrados.

Y nunca confiarse en los cigarrillos, las drogas o el alcohol. Serán los principales culpables de incrementar los problemas.

Se debe mantener un buen estado físico. Esto aumenta la tolerancia al estrés. Porque cuidar el equilibrio de uno mismo es una señal de fortaleza. . . y de inteligencia.