El cáncer de ovario es un tipo de cáncer que comienza en los órganos reproductores femeninos que producen los óvulos. Puede afectar uno o ambos ovarios y es de diferentes tipos, siendo los más comunes el carcinoma epitelial de ovario, el carcinoma de células germinales y el carcinoma de células estromales. Es una enfermedad grave que a menudo se diagnostica en etapas avanzadas porque sus síntomas son inespecíficos y en ocasiones son confundidos con otras enfermedades ginecológicas.
DETECCIÓN
Detectar el cáncer de ovario en sus primeras etapas resulta difícil ya que los síntomas pueden ser vagos y similares a los de otras afecciones ginecológicas. Sin embargo, hay algunas medidas que ayudan a descubrirlo de manera temprana como son las revisiones ginecológicas regulares especialmente en quien tiene un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad debido a antecedentes familiares, mutaciones genéticas o síndrome de ovario poliquístico. Durante estas revisiones, el médico realiza una exploración manual de los ovarios para encontrar cualquier bulto o masa anormal.
Si se presentan síntomas que lo sugiere, el médico solicita pruebas de imagen, como una ecografía pélvica, una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM). Estas pruebas ayudarán a identificar masas u otras anomalías en los ovarios.
Por su parte los análisis de sangre pueden detectar ciertas proteínas, como el antígeno CA-125, que se liberan en la sangre cuando hay células cancerosas presentes en el cuerpo. Sin embargo, esta prueba no es específica para el cáncer de ovario y también podría ser elevada en otras condiciones, como la endometriosis.
Pero si se encuentra una masa sospechosa durante una exploración manual o una prueba de imagen, lo común es que se realice una biopsia para confirmar si se trata de este tipo de cáncer. Durante una biopsia, se extrae una muestra del tejido para ser examinada en el laboratorio.
Es importante acudir al ginecólogo si se presentan síntomas inusuales o si se tiene un mayor riesgo de desarrollar cáncer de ovario para tomar medidas de detección temprana y obtener un diagnóstico preciso.
- Consulte además: El cáncer sí puede prevenirse
TRATAMIENTO
El tratamiento del cáncer de ovario depende de muchos factores, incluyendo el tipo y la etapa del cáncer, sus preferencias personales y dependerá del estadío de la enfermedad y de la salud general de la paciente. La cirugía es el tratamiento principal e incluye la extirpación del ovario afectado, así como de otros tejidos cercanos, como el útero y las trompas de Falopio.
La quimioterapia, otro de los tratamientos, utiliza medicamentos para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. Se puede administrar antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor o después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que quede en el cuerpo.
La radioterapia utiliza radiación para destruir las células cancerosas. Se utiliza con menos frecuencia para tratar el cáncer de ovario que los otros tratamientos.
Las terapias dirigidas son un tipo de tratamiento que ataca específicamente las células cancerosas y minimiza el daño a las células sanas. Las terapias dirigidas son útiles para el tratamiento del cáncer de ovario recurrente.
La inmunoterapia es un tratamiento que ayuda al sistema inmunológico del cuerpo a reconocer y atacar las células cancerosas. Este tratamiento es relativamente nuevo y aún está en investigación para este cáncer.
Es importante hablar con el médico especialista acerca de las opciones de tratamiento y los posibles efectos secundarios para decidir el mejor procedimiento para cada caso individual.
- Consulte además: Algunas maneras de prevenir el cáncer
PREVENCIÓN
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer de ovario, hay algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Una de ellas es mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular que puede reducir el riesgo de este cáncer. El uso de anticonceptivos orales durante varios años puede reducir el riesgo en un 30-50%, así como el embarazo y el parto también reducen el riesgo de contraerlo. Sin embargo, esto no significa que se deba tener hijos solo como medida preventiva. En mujeres con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de ovario, como aquellas con una mutación genética BRCA, la extirpación de los ovarios y las trompas de Falopio podrían reducir significativamente el riesgo. Las revisiones ginecológicas regulares le ayudará a detectar cualquier problema en los ovarios en una etapa temprana.
Es importante hablar con el especialista acerca del riesgo individual de cáncer de ovario y las medidas preventivas adecuadas. Además, también es fundamental prestar atención a cualquier síntoma inusual y buscar atención médica inmediata si se presentan.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.