Resulta simbólico, pero ha de interpretarse en su real sentido. YouTube que tiene su sede en el "estado dorado" de California, uno de los territorios arrebatados a México en el siglo XIX, está siendo invadida por lo "latino", a golpe de reguetón. Esa, es la ilusión que nos venden las élites mundiales a través de sus intelectuales orgánicos. Lo real es que la plataforma más poderosa para crear súper estrellas “latinas” es yanqui y mediante adorados “caballos de Troya” coloniza las mentes y la sensualidad de nuestros jóvenes, para proseguir su saqueo mercantilista.
No debería extrañarnos que, en Wikipedia en español, nada digan del origen oscuro de esta región y solo recojan como hecho histórico de San Bruno, aquella madrugada del 4 de abril de 2018, en que una mujer entró a tiros en la sede de YouTube, dejando cuatro heridos antes de suicidarse. Tampoco recoge las causas de su indignación. Razones que dejó explícitamente la youtuber Nasim Aghdam, en su página web oficial. En el comunicado señaló dos verdades de capital importancia para el tema que tratamos: no hay “libertad de expresión en el mundo real” y “serás reprimido por decir la verdad que no apoya el sistema”. “No hay oportunidades de crecimiento iguales en YouTube ni en ningún otro sitio para compartir vídeos, ¡Tu canal solo crecerá si lo desean!”. Para Nasim Aghdam su contenido era discriminado bajo el pretexto de que no cumplía las normas de YouTube, aunque aseguraba que cantantes como Nikki Minaj, Miley Cyrus y otras subían videos explícitos sin sufrir ninguna consecuencia.
Con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, en 1848, México perdió por partida doble. Estados Unidos no sólo se apoderó de la mitad del territorio mexicano que incluía principalmente las áreas de California, New México, Arizona y Texas, sino que pagó la mitad de lo que propuso antes para comprarlas. Se creaban así una nueva minoría, los primeros “latinos”, los méxicoamericanos o chicanos, quienes desde entonces mantienen una lucha por el respeto de sus derechos civiles. Un tratado que más bien fue un chantaje, muchas veces después aplicado, “algo es mejor que nada”.
Fue precisamente en México y como resultado de otra ambición imperialista, en este caso de Francia, que se puso Latina como apellido para Nuestra América, cuando Napoleón III impuso a Maximiliano de Habsburgo como emperador allí. Expresiones de un interesado “panlatinismo” galo, en oposición del “hispanoamericanismo”, defendido por el imperio Español, y del naciente “panamericanismo” del Norte anglosajón. Fue Michel Chevalier el principal promotor e ideólogo del “panlatinismo”, con el pretexto de una “civilisation occidentale”, de origen cristiano-católica en todo el mundo latino.
Se dice que, en 1836, en la Introducción de Lettres sur l’Amérique du Nord, Chevalier esbozó la idea de “América Latina”, pero en Des Intérêts matériels en France, presentó algo mucho más elaborado, cuando afirmó que la “Civilisation” moderna tiene una doble raíz que es complementaria y contradictoria a la vez: la tradición romana y la tradición germánica. Dos “civilisations” o culturas complementarias, pero confrontadas, existían en el continente americano. Una sajona y protestante, discriminadora y rechazadora de todo lo que es diferente a ella, y la otra América, latina y católica, de raza mestiza, europea pero bárbara a la vez, sin miedo al otro, que le gusta conocerlo, confrontarlo, enseñarle y aprender de él.
En paralelo, intelectuales nacidos en este lado del Atlántico, como reacción antiespañola y por temor a las apetencias de la América anglosajona, asumieron el término “América Latina”. Una postura más bien defensiva y de repliegue, no propositiva o emancipadora como el concepto martiano de “Nuestra América”. Es el caso del colombiano José María Torres Caicedo, quien emplea el término “América Latina” en 1856, antes que se hiciera popular por los ideólogos bonapartistas. A pesar de que mantuvo una postura crítica hacia una Europa y Francia conservadoras, tal fue su temor hacia el expansionismo norteamericano que a partir de 1860 se convirtió en el principal propagandista de la política panlatinista en el continente americano.
El término "latino”, se retomó en los EE. UU. luego del fallido "hispano", utilizado en la década de 1970 por la Oficina de Censo, para denominar al grupo de mexicano-estadounidenses, puertorriqueños y otras comunidades que tenían sus ancestros en los países donde se habla español. Se dice que el término latino había sido usado por los estadounidenses en las décadas de 1920 y 1930 para referirse a personalidades de Hollywood provenientes de Italia y Francia, donde se hablan lenguas originarias del latín". Para las industrias del entretenimiento, es la etiqueta de unos de los nichos del mercado.
Sin embargo, el “aldeano vanidoso” de hoy siente orgullo de ser “latino”. No se pregunta el origen, ni el devenir colonizador del término, que esté de moda basta. Que se etiqueten así a sus ídolos, millonarios y famosos como Shakira, JLo, Ricky Martin o J Balvin, es más que tentador. Efecto de la colonización cultural que el capitalismo hoy emprende, con naves más poderosas que La Niña, La Pinta, y La Santamaría. Dentro de las cuales YouTube es La Niña, la niña de los ojos de nuestros adoradores, por sus canales ven al mundo y lo valoran. Dentro de las cuales YouTube es La Niña, la niña de los ojos de nuestros adoradores, por sus canales ven al mundo y lo valoran. Los “sietemesinos” modernos festejan la escalada de las estrellas “latinas” en el Billion Views Club de YouTube
Las estadísticas de YouTube reflejadas en el reporte anual The Global State of Digital in 2019, creado por Hootsuite y We Are Social, la posicionan como la red social más usada en la mayoría de los países de habla hispana. En esta plataforma, el latino-americano es el mercado musical que más rápido crece en el mundo. Por demás, como tendencia, observable desde el 2017, la música latina ha venido escalando en las listas de los videos más vistos en sus canales. Desplazando de las primeras posiciones a las estrellas anglosajonas. En 2017, seis de los 10 del top de videos publicados en YouTube incluyeron artistas latinos y 45 de los 100 videos musicales más vistos en YouTube eran de artistas de "Nuestra América" , de la ex-Metrópoli y de la comunidad latina en los EE.UU
En marzo del 2018, 15 canciones en español superaban los mil millones de visitas en Youtube. Los cinco primeros fueron: “Despacito”, de Luis Fonsi y Daddy Yankee (4,972 mil millones de reproducciones), “Bailando” de Enrique Iglesias con Gente De Zona y Descemer Bueno- (2,483 mil millones de reproducciones), “Chantaje” de Shakira con Maluma - (2,126 mil millones de reproducciones), “Mi Gente” de J Balvin y Willy William - (1,701 mil millones de reproducciones) y “Vente Pa' Ca” de Ricky Martin con Maluma - (1,381 mil millones de reproducciones). Los tres artistas con más visitas en la plataforma este año fueron latinos: Ozuna, J Balvin y Bad Bunny. El 63% de todos los videos de 2018 que alcanzaron los mil millones de reproducciones eran vídeos de música latina.
Recordar que un anuncio de Nike con el futbolista brasileño Ronaldinho se convirtió en el primer vídeo en llegar a un millón de visitas. Lideran la lista global de los videos más vistos, las estrellas latinas Luis Fonsi y - Daddy Yankee con su “Despacito” (6.633 millones de visualizaciones). El reguetonero boricua Ozuna fue el primer artista con siete vídeos con más de 1.000 millones de visitas YouTube, superando al rey hasta entonces el anglosajón Justin Bieber. Lo logró con su vídeo musical de “Taki Taki·”.
Una reciente lista de artistas latinos con más de 1.000 millones de reproducciones en YouTube, coloca en primer lugar a J Balvin con nueve videos, en el segundo lugar al puertorriqueño de origen dominicano Ozuna, con ocho, y en el tercero al también boricua Daddy Yankee, con seis. Prosiguen el Top Ten: Nicky Jam (6) y Maluma (5), nacidos en Medellín como J Balvin, los puertorriqueños Bad Bunny (5) y Anuel (3) y el español Enrique Iglesias (3). Cierran la nómina las únicas marcas femeninas, la dominicana Natti Natasha (3) y la colombiana Shakira (2), que suma realmente cinco si se cuentan sus interpretaciones en inglés. Nótese que predominan los defensores del reguetón y del trap.
Natti Natasha fue la primera mujer del género reguetón en llegar a 2 mil millones vistas en YouTube. Lo hizo en colaboración con Ozuna con el video de “Criminal”, un tema compuesto a seis manos, las de Natalia Gutiérrez Batista, Juan Carlos Ozuna y Jesús Manuel Nieves Cortez, pero con muy pocas palabras y valores musicales. Declaran en ton de fiesta que su amor es ilegal, como un delito. El audiovisual fue dirigido por Nuno Gomes y fue filmado en una prisión abandonada y en Puerto Rico. La intérprete de “La mejor versión de mi” y “Sin pijama”, tiene más de 6 millones de suscriptores en YouTube y superó la barrera de los 23 millones de seguidores en Instagram.
Entre las últimas en sobrepasar la barrera de los mil millones está la española Rosalía, considerada “latina” en los EE. UU. Fue con el video “de Con altura”, interpretado junto a J Balvin y El Guincho. El clip, estrenado en marzo del 2019, fue dirigido por Julien Christian Lutz, "Director X", quien ha trabajado en repetidas ocasiones en video musicales de Rihanna, Drake y Black Eyed, entre otros artistas. Con este videoclip el cafetero empató con Ozuna en la cima del YouTube Billion Views Club, con siete videos como artista principal, invitado o colaborador. Una colorida ensalada de estereotipos, hasta una guantanamera se menciona.
En el verano del 2019, J Balvin alcanzó el título de ‘Mejor Artista Global’ que le otorgó la plataforma de videos YouTube por haber por haber logrado llegar a los 244 millones de vistas semanales. “LATINO GANG EL MÁS VISTO EN YOUTUBE GLOBAL #1”, escribió el colombiano junto a una foto suya en su cuenta de Instagram.
En la posición nueve, entre los videos más vistos en su primer día, se encuentra el “Espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LIV”, protagonizado por las estrellas “latinas” Shakira y Jennifer López. Otra calara operación del promovido marketing multicultural.
Esta invasión de lo “latino” en los Top Ten de la industria musical, es una manifestación del llamado “marketing multicultural”, de lo que hace más de una década apuntó Naomi Klein en su libro No logo. Para la autora el tono del marketing a finales de la década de 1990 no lo marcaba “el Hombre Malboro, sino Ricky Martín: una mezcla bilingüe de Norte y Sur, algo de latino y de R&B, con letras de canciones que celebran la fiesta mundial”. Y añade la politóloga canadiense, “este enfoque de restaurante étnico crea una ubicuidad, un mundo unívoco, un centro comercial global donde las corporaciones pueden vender un producto único en diversos países sin provocar las antiguas protestas de la ‘Coca-colonización’”. La clave del marketing mundial no es vender Estados Unidos al mundo, sino lograr una especie de condimento de marketing para todos los habitantes del mundo”. Liquidar la identidad haciendo cada vez más líquida la etnicidad, con el añadido de blanquear su imagen colonizadora. “Al encarnar identidades corporativas que son radicalmente individualistas y perpetuamente nuevas, las marcas intentan vacunarse contra la acusación de que en realidad están vendiendo una sola cosa y la misma”-resume Klein.
Observar estas listas, sus rostros y signos de identidad, es observar los tonos y sabores de la “paella” que las industrias culturales hegemónica pre-cocinan para colonizar la región que más consume y crece en los últimos años; menú atractivo, además, en el extendido “mundo latino” en el que incluyen la creciente comunidad hispanohablante en los Estados Unidos, además de España, Portugal e Italia.
Su espectro es una proyección del mimetismo cultural de las comunidades de origen: Puerto Rico, Colombia, los Estados Unidos (comunidad latina allí) y República Dominicana. El lacayismo de sus gobernantes y las posturas anexionistas de las oligarquías locales, pre-condiciona una postura similar a los aspirantes a ricos, mediante el negocio de la música, que, por demás, son de origen humilde y de familia disfuncionales, en la inmensa mayoría. Listar los países y las estrellas asienta sentidos en las cosmovisiones de los jóvenes: ser aliado del Imperio y de los ricos es la mejor opción.
A Cuba se prefiere excluir, y por si acaso se descubre los casos de Gente de Zona y Descemer Bueno, afloran los mismos fundamentos del ordenamiento “natural”: son marcas apadrinadas por la Sony, residentes en Miami, y con videos de colaboraciones con otras marcas “latinas”: Enrique Iglesias y Marc Anthony.
Así, para ir induciendo un sabor único, a futura McDonald, se nos venden “paellas” de 2 o 3 condimentos, los llamados featuring, y hasta de 4, como en el tema “China”, con Anuel AA, Daddy Yankee, Karol G, Ozuna y J Balvin. Para el mismo propósito, se combina los sabores latinos con los anglosajones. Con tales platillos se nos conduce hacia una especie de sabor “promedio”, no localizado en ninguno de nuestros pueblos, y si acaso en la pretendida capital del mundo latino, Miami. Como meros retardo, de lo que vendrá, la estandarización de los gustos, para maximizar los beneficios de las trasnacionales, con el menor gasto en marketing.
Colonización que se facilita cuando los consumidores obvian las significaciones de lo “latino”, cuando subvaloran que en la historia del término se sintetiza en gran medida la genealogía de la región que nuestro José Martí llamó “Nuestra América”. Devenir que informa una telaraña de operaciones de dominación y conquistas (de territorios, cuerpos y mentes”), financiadas por las oligarquías de los imperios culturales; con Biblia y espada, ayer; con enajenación y estulticia, hoy.
Por eso Martí nos ha de seguir alumbrando, todavía con más virtud.
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