Mulata Linda (+Video)

Me enamoré de Brenda, de su propuesta musical, desde que la vi en la TV, creo que en Talla Joven. Con ella me pasó como cuando descubrí a Daymé Aarocena, a Cimafunk o a Mas con menos, percutí mi esperanza con un “No todo está perdido”, “no todos están mareados”.  Nuestra música es vital, y mestiza como es, se empata con lo globalizado como “coser y cantar”.

Brenda es una mulata linda. “Mulata” - y no “parda”, “zamba”, “castiza”, “loba”, “saltapatrás”, “tente en el aire”, “no te entiendo” …-porque aquí ahora, preferimos llamar “mulata” a toda combinación racial, para borrar así aquella división en castas que inventaron los colonizadores para separarnos.

Es linda esta show woman, cantante, percusionista, compositora y bailarina Su figura y sus gestos enganchan a primera vista. Y su extensión espiritualidad también, con una propuesta musical interesante, fresca y atractiva A la que añade una alegría y un entusiasmo contagioso. Canta lindo y toca batá, ella “sí toca batá”.

“Soy percusionista, especialmente batalera. Los tambores batá son mi bendición. Cantar lo hacemos todos. Pero yo quiero dedicarme a la percusión como mujer”- dijo con orgullo en una reciente entrevista. “Las mujeres tocamos diferente. Tenemos una fuerza, sensualidad y una manera de tocar diferente a la de ellos. Lo hacemos con dulzura y ahí está el encanto”.

Brenda Navarrete se inició en la música, acompañando en casa a su hermana Melvis Santa. Estudió en la Escuela Elemental de Música Manuel Saumell y se graduó de nivel medio en el Conservatorio Amadeo Roldán. Estando en segundo año, ese gran músico y promotor que es Joaquín Betancourt la invitó a integrarse a su Jazz Band. Entró como percusionista, pero este le dio los primeros empujoncitos para cantar.

Brenda defiende su original propuesta musical, con una banda propia, integrada por talentosos instrumentistas. (Foto: Tomada de Cubasí).

La joven artista ha integrado agrupaciones musicales de la talla de Interactivo y la orquesta folclórica femenina Obiní Batá. La agrupación Havana Meets Kingstong, compuesta por músicos de varios países, también tuvo entre sus integrantes a la cubana. Colaboraciones tiene con importantes músicos del patio como Telmary, Wiliam Vivanco, Alaín Pérez y Elaín Morales. Actualmente, defiende su original propuesta musical, con una banda propia, integrada por talentosos instrumentistas y cuyo formato cambia de acuerdo con las características de cada concierto.

El pasado año, Brenda Navarrete regó su magia por escenarios de Autralia, Nueva Zelanda, Portugal y Francia. Una gira para promocionar su primer fonograma “Mi mundo”, presentado con esa síntesis de su concepto artístico que es su espectáculo Afro Latin Party.

Con claras alusiones a las tradiciones musicales del Isla, sonoridad jazzística y un toque contemporáneo, “Mi mundo” fue presentado en la más reciente edición del Festival Piña Colada. Incluye otros temas como “Rumbero Como Yo”, “Caravana”, “Taita Bilongo” y “A Ochún”; compuestos por la propia Brenda Navarrete y por Alain Pérez, quien la acompañó en la producción del disco. También cuenta con temas antológicos como “Drume, negrita”.

“Es un disco que defiende nuestra cultura. En este caso la afrocubana. Todos los arreglos tienen que ver con los tambores batá”. Fue licenciado por el sello discográfico canadiense Alma Records, pero según la artista está tratando de negociar con la cubana EGREM para poderlo comercializar en Cuba.

“Mulata Linda”, el primer videoclip oficial de la artista y recrea una de las pistas de “Mi mundo”. Un tema bien cubano, con un background minimalista, en el que se destaca la percusión y el toque magistral del bajo a cargo del Maestro Alain Pérez. Sorprende Brenda al interpretar, sobre esa matriz bien afro, una canción más en el “filin” del bolero-son, que de una rumba. Letra sencilla que la describe, aderezada con frases que toma de temas emblemáticos de la música tradicional cubana, entretejidos armoniosamente.

Evidencia de máxima martiana de que “En la música- la más bella forma de lo bello- es más bello lo que brota de ella que ella misma”. “No es lo bello en la música la nota que se toca: es más bella la nota que se adivina que se desprende”

El audiovisual, dirigido por Day García y May Reguera, fue firmado en el Vedado capitalino. Sirven de fondo al sensual performance de las mulatas que lo protagonizan, las emblemáticas esquinas de 23 y 12, y 23 y M, o el frente del Cine Riviera. “Es un diálogo con los ritmos cubanos y la influencia africana. Tiene mucha sabrosura y sensualidad”-comentó Brenda a Juventud Rebelde.

Facturado por mujeres, explota primariamente los encantos expresivos de Brenda y sus compañeras. Basta captar en planos cerrados lo armonioso de su sentir y proyectarse, el limpio empaste, el homogéneo fluir, de tantas fuentes (jazz, rumba, son, timba, filin….). Destaco la toma en la que tras una frase “¡A comer” !, las flores que antes pasearon por el rostro de la artista terminan en su boca, mordidas por sus dientes. Martianamente bello por esa conformidad de su espíritu con lo indescifrable y lo exquisito.

Si lo hermoso es lo bello legitimado, en el ejercicio de sus virtudes a través del tiempo. Brenda se prueba hermosa con su proyecto para niños y jóvenes en el Centro a+ adolescentes.  Un taller, para niños y adolescentes en edades comprendidas entre diez y 18, con el que se propone “fomentar el folclor, despertar en ellos el gusto por los ritmos afrocubanos, lograr que se interesen más por las tradiciones porque la mayoría está muy metida en el teléfono y no se comunica”. “Es un proyecto –comparte- en el que aprenden percusión, danza y cantos afrocubanos, pero también socializan entre ellos”. “Yo quería saber si verdaderamente estos ritmos gustan o no en este sector de la población y he confirmado que sí”- añadió.

Seguiremos pendientes de esta mulata linda, bella y hermosa. Y no reitero, me admiro.