"Sintiéndome como Lolita", escribió Katy Perry como pie de la foto que publicó a inicios del 2015 a través de las redes sociales. Era su “reacción” —según la fuentes faranduleras— ante la recolecta de su exnovio Diplo para mejorar el trasero de la también celebrities Taylor Swift.
Así reiteraba su predilección por la trama y el personaje de “Lolita” en la novela homónima del escritor de origen ruso Vladimir Nabokov (1899-1977); publicada por primera vez en 1955, por la editorial francesa Olympia Press, caracterizada por la producción mayoritaria de libros pornográficos. La novela en cuestión trata sobre la obsesión y la relación erótica-sexual de un hombre maduro con su hijastra de 12 años que a su vez coquetea y manipula al depravado pedófilo. De ahí que el término “lolita”, se ha popularizado para referirse a menores de edad o preadolescentes consideradas muy seductoras. De igual manera en el mercado de la pornografía, para describir niñas o adolescentes.
Ya otras veces había hecho referencia al polémico personaje. En la portada de su álbum “One Of The Boys”, la intérprete copió una imagen de la cinta de Stanley Kubrick de 1962, primera versión cinematográfica de la novela.
También hizo referencia al personaje en su tema “Dressin' up”, en el que canta fases como: “¿Quieres acariciar a mi gatito? / Eres un perro sucio. / Es tu noche de suerte, porque estoy excitada, / me siento picante, me siento verdaderamente traviesa. (…) una zorra oscura, una Lolita…”.
Se cuenta, que en sus inicios Katheryn Elizabeth Hudson, como realmente se llama, tomó como inspiración la imagen impuesta por la actriz de cine Dominique Swain , quien protagonizara el remake de “Lolita” de 1997. La Swain fue considerada en el 2012 como una de las 102 mujeres más sexis del mundo y terminó a los 21 años posando desnuda, nada más y nada menos que para la causa de PETA (Personas por el Trato Ético de los Animales), movimiento al que se han unido no pocas de las estrellas del pornopop.
Hay que decir, como Pedrosa, que “las relaciones entre animales, sexualidad y erotismo vienen de muy atrás en el tiempo y se han expresado a través de tópicos muy arraigados y perdurables”. Un arquetipo histórico es la afinidad establecida entre la especie felina y la mujer, explotado en la literatura por escritores tan conocidos como Lope de Vega y Charles Baudelaire.
Vínculos manifestados en el lenguaje popular. Por ejemplo, en el inglés, pussy (gatita) significa “la matriz de la mujer” y cathouse, burdel. El término, como en varias lenguas y regiones, tiene connotaciones como: prostituta, acompañante o mujer fácil.
No es de extrañar entonces que, bajo la máxima del marketing de que una mercancía vende a la otra, la imagen sexualizada de la Perry haya “servido” para comercializar fragancias con recipientes en forma de gato y con nombres como Purr (maullido) y Meow! (miau!).
Otro tuvo como etiqueta Killer Queen (Reina asesina), aludiendo a uno de los hits de la legendaria banda inglesa Queen, compuesto por Freddie Mercury, ídolo de la Perry, y que relata la historia de una mujer de clase alta que trabaja como prostituta. A propósito de aquel éxito, la crítica de All music consideró que “Killer Queen [era] la mejor incursión de [Mercury] en el campo del vodevil”.
Como “gatica adolescente” se proyecta Katy Perry en la mayoría de sus presentaciones. Proyección que tiene sus raíces en el vodevil y el burlesque americano. Un fenómeno cultural que transformó la escena estadounidense al sexualizar cualquier tipo de espectáculo y empaquetarlo con nuevos brillos con el surgimiento del vídeo musical y el auge de la televisión por cable MTV. Muchos atribuyen a Madonna esa transformación de la canción de amor en un género visual, con “aparatosas coreografías erótico-festivas” y movimientos de baile típicos de los clubes de striptease y de burlesque.
Imagen que acompaña a la Perry desde su primer videoclip, el aparentemente ingenuo “Ur So Gay” (Eres tan gay), que concluye con un exclamativo “Penis”, después de bajarle los pantalones a su novio (barbie) y descubrir que no tenía su deseado “pavo real”.
“Pavo real”, es otro de los ejemplares de la “fauna sexualizada” empleada por la compositora. En su “Peacock” canta “¿Eres lo suficientemente macho como para dejarme ver tu pavo real? / ¿A qué estas esperando? / es hora de enseñarlo, (…)/ seguro que es precioso, / Vamos, nene, déjame ver lo que escondes ahí debajo…”.
Como un pollo —doradito y apetitoso— se presenta la Perry en el video de “Bon appétit”, el segundo sencillo para promocionar su cuarto álbum de estudio, Witness. ¿Será, como comentaron ciertos cibernautas, para simbolizar el control y manipulación de los artistas por la industria musical? Ver para creer.
Almir Ulises Mestre León
12/10/18 15:31
Me encantó el artículo, veo que tienes mucho conocimiento de la cultura pop. Katy Perry es una de las cantantes pop que sigo, sus canciones tienen ritmos ¨pegajosos¨ y su equipo no escatima gastos a la hora de realizar videos musicales, porque es sabido que en ocasiones los temas de algunos músicos no son los mejores, pero si se les hace un video con gran producción es probable que lleguen al codiciado #1 de la Billboard Hot 100.
Tellez, el autor
20/10/18 15:17
Gracias, por su comentario. Ciertamente se las "gastan todas" para hacer que nos gusten, hasta mordear nuestros gustos.
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