Como ya adelantamos en la entrada anterior, el 12 de octubre el colonizado Yotuel se presentó en el WiZink Center; como parte de las actividades de Hispanidad 2021, con el lema Todos los acentos caben en Madrid . Él y los españoles Ana Mena y Omar Montes fueron las “estrellas” “elegidas” para cerrar el “Día de la Fiesta Nacional” y para realizar el primer concierto sin restricciones de aforo en Madrid.
El triple concierto por el “Día de la Hispanidad” fue organizado por la Comunidad de Madrid, presidida por la socia “facha” de Yotuel, Isabel Díaz Ayuso y por Planet Events, promotora de conciertos y agencia de management participada por la gigante del entretenimiento en directo Live Nation y por PRISA, el grupo de comunicación en español número uno del mundo, cuyos medios incluyen Los40 y El País Chen Castaño, la directora de Planet Events, pasó antes por los departamentos de promoción de Warner y Sony.
Para pasar de acoger 7.000 personas a 12.300, los inversores fueron a lo seguro. No se atrevieron a arriesgarse con uno solo de ellos, y apostaron, como dictan los manuales del marketing, por el contagio de significaciones. Ana Mena, la cantante española más escuchada en Spotify; Omar Montes, "el artista más importante de España en cuanto al streaming se refiere", según la Sony Music, y el veterano Yotuel, en una ola politiquera que lo llevó hasta una doble nominación para el Grammy Latino.
La del pasado martes fue una fiesta diseñada para los más jóvenes y para vender el viejo discurso de celebrar el “descubrimiento”; donde, según las señas que nos llegan, brilló el reciclaje de probadas melcochas, para colonizar y asegurar fieles consumidores.
La malagueña Ana Mena, la primera al salir al escenario, contribuyo a la “fiesta” con sus más populares “temazos”, pero según reseñan, “si hubo un momento que erizó la piel de sus fans” fue cuando versionó dos temas muy conocidos de otras estrellas boricuas. El primer cover fue de “Amorfoda”, defendido por Bad Bunny, y el segundo, de “Todo de ti”, lanzado en mayo pasado por Rauw Alejandro y que le hace guiños a la música de los estadounidenses James Brown y Bruno Mars. Una muestra de colonización inversa, de los escenarios europeos por exponentes nacidos en la otra orilla del Atlántico.
Sostenido por el autotune y el featuring, salió el madrileño Omar Montes a celebrar nuevas colonizaciones; la de los cuerpos y las mentes mediante esa música banal, repetitiva y reproductora de un consumidor adicto. Contó con RVFV para cantar temas como “Fake Capo”, “Prendio” y “No quiero amor”. Y al italiano Fabbio Collorichio invitó para cantar “Diablita”. Con Ana Mena interpretó “Solo”, aunque la cantante la había cantado solo una hora antes.
Yotuel, el rapero predilecto de la Ayuso para reforzar su posición “anticastrista” cerró el cartel en el gran estadio. “Nadie mejor que él”, entendieron los organizadores, para vender la falacia de celebrar la “hispanidad”; nacido en una excolonia y descendiente de esclavos, pero adorador de la ex Metrópoli. “Por eso siempre digo ‘De Madrid al cielo’ ”, expresó Yotuel en el coloso madrileño.
“Ya no hace falta cantar en inglés para ser número uno en el mundo. Haciéndolo en español ya puedes conseguirlo. Hoy tenemos que estar todos orgullosos aquí de hablar castellano”, dijo el ex “Gerrero” de Amenaza. Un discurso que lejos de expresar cierto orgullo “latino” o “hispano”, informa de la “miamización” de la música ibérica. Una expresión, a su vez, de la “McDonalización” cultural del proceso globalizador que tuvo su inicio en 1492, con la invasión ibérica a Nuestra América.
Como era de esperar el “patrioterismo” fue el ingrediente principal de su presentación. En el público, con banderas cubanas, parte de los odiadores que intentaron boicotear las presentaciones de Silvio Rodríguez en Madrid.
Para interpretar el clásico de Orishas, “Havana 1957”, el “mulato de UPA dance” invitó a su pareja Beatriz Luengo, ya “célebre” en apropiarse de viejas canciones y en imitar a estrellas del Olimpo Mainstream.
Y para cerrar el concierto, incluido en su primera gira como “solista”, Yotuel llamó a Omar Montes, Moncho Chavea, RVFV y Beatriz Luengo; para cantar el remix de “Rakata”, uptempo callejero que consiguió colarse hace cuatro meses en las listas de tendencias musicales de España y viral en la plataforma TikTok. Un tema que repite el título y la misma intención del “Rakata” de Wisin & Yandel del 2004 y producido por Luny Tunes y Baby Ranks. El rapero Yotuel, antes crítico del reguetón, sucumbe bajo la “mano invisible” del Rey Mercado: “bailemos pegaitos y déja que me ponga atrás”, rapea en el hit.
El folclorismo, el “cubaneo” epidérmico, constreñidos a la piel de chocolate y la sabrosura azucarada, no precipitan en la cubanidad sentida y expandida que es la cubanía. Como reflexionaba nuestro José Martí en el siglo XIX, las posturas anexionistas y autonomistas, son resultantes de un sentirse inferiores, en valorar a su pueblo incapaz de alcanzar el “desarrollo” o a la “modernidad” de las Metrópoli. Un “avance” multiplicado gracias los recursos que robaron en nuestras tierras.
Yotuel fue al Wizink Center a festejar un genocidio, fue a celebrar la “hispanidad”, una narrativa torpe y cínica; sostenida en una mentira. Civilizarnos, traernos la religión y el español, nunca fue el verdadero objetivo de los colonizadores, sino el saqueo, la dominación, la explotación racial y colonial. Con ella, intentan borrar el expolio, la tortura, el genocidio de pueblos indígenas y la esclavitud de millones de africanos. Es defendida por un sector español, la derecha nostálgica del franquismo, que enarbola discursos xenófobos y excluyentes. Los mismos socios de Yotuel en su campaña anticomunista.
Hacia 1600, se estima, alrededor de un 90% de la población indígena había muerto a causa de la invasión de los españoles al continente americano. Sin embargo, los del ultraderechista partido VOX insisten en que el viaje de Colón fue un acto de “salvación” de una “tiranía” -la mexica, que se caracterizaba- dicen- por “antropofabia, esclavitud, prehistoria tecnológica y sacrificios humanos”. “La Hispanidad es el acontecimiento más importante de la Historia tras la romanización, precursora de la globalización y modernizadora de un nuevo mundo”, ha afirmado Pablo Casado el presidente del Partido Popular y quien acompañó a Yotuel en la marcha del 25 de julio.
"El indigenismo es el nuevo comunismo", proclamó la también del PP Isabel Díaz Ayuso en una reciente gira en Estados Unidos. Atacaba así a voces descolonizadoras como la del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para defender el “legado español en América”, a su juicio, "entre los mayores hitos de la historia", caracterizado por "el mestizaje y fusión de culturas que nos han hecho tan fuertes". Para la presidenta de la Comunidad de Madrid "crecen alarmantemente" estos movimientos indigenistas que proponen "una revisión maniquea de la Historia y dinamitar el legado español". Es una nueva leyenda negra la que se está transmitiendo".
Supuestamente, el ex Orishas estuvo allí para representar a los latinoamericanos; pero él como los voceros de estas celebraciones, desconocen el sentir creciente en estas tierras de Bolívar, Hidalgo y Martí. De quienes abogamos por denominaciones alternativas para este día, como Día de los Pueblos Indígenas o Día de la Resistencia Indígena, Día del Respeto a la Diversidad Cultural o del Descubrimiento de los Dos Mundos.
Lo cierto es que Yotuel no nos representa a Nosotros, a los cimarrones e independentistas de hoy, ni a los cubanos ni a los latinoamericanos con orgullo patrio.
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