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viernes, 22 de noviembre de 2024

“Clementine”: la desembocadura de muchos ríos

Comentarios y confesiones a propósito de Clementine, el último videoclip del trovador Raúl Torres...

José Ángel Téllez Villalón
en Exclusivo 24/08/2018
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Raul Torres
Raúl Torres

“Dedicado a todos los que descubren la otra parte de la realidad… Y a los que no, también. Yo sé a las cosas que le canto”, puso en su página de Facebook el cantautor Raúl Torres, al compartir el video de la canción Clementine.

Una armónica construcción audiovisual, con la doble autoría de quien Pablo Milanés ha calificado como “uno de los mejores compositores de Cuba”. “Su voz, de estilo personalísimo, su música, al lado de la vanguardia musical del continente, sus imágenes y sus textos en general, conforman a uno de los artistas jóvenes más sólidos del panorama cubano actual”.

Descubrí el videoclip a sugerencia del portal web Cubadebate . Luego de tres reproducciones, lo busqué en Youtube y por Facebook. Noté entonces que había una cuenta más personal que Raúl Torres Candil que desde antes seguía. De inmediato, le mandé una solicitud de amistad que para sorpresa mía fue correspondida pocas horas después.

Lo saludé por chat, le reconocí lo virtuoso de sus creaciones, para desembocar en lo que más me intrigaba: ¿quién era el realizador o el director del corto? En Youtube había averiguado que su hermana Elba era editora de muchos de los videos del trovador y antes había conocido que había estrenado su opera prima como directora del documental “Sencillamente Danzón”. Los ritmos del montaje me recordaban también al de “Carolina”, editado por ella.

Para mi admiración, fue esta la tímida respuesta de Raúl: “eso lo hice yo... humildemente y con el perdón de los realizadores”. Me comentó después Elba que su hermano había hecho otros, pero “este lo hizo de principio a fin”. “De hecho, cuando le pedí que me dejara editarlo no me dejo”, me confesó.

Ya sabíamos, de las cualidades innovadoras de este prolífico creador. De su pasión por experimentar y buscar recursos musicales que se avengan con sus apetencias de retratar y trasformar con sus poemas sonoros. Esta, como realizador de videoclip, es la extensión o progresión de esos impulsos.

Clementine, una de las pistas de su CD “Vendedor de nubes (Producciones Colibrí, 2018), es botón de muestra de la sensibilidad, la sencillez y profundidad poética con que recrea los temas escogidos este juglar contemporáneo. Cualidades trasferidas a su puesta en escena, en la que Raúl Torres desarrolla con eficacia comunicativa en tan solo 5.30 minutos un programa narrativo que cala en las emociones y sentimientos más íntimos e intensos, al concebir e hilvanar breves secuencias que resuenan armoniosamente con la letra y la melodía, multiplicando significados y sentidos. Cementadas por la tonalidad y las texturas empleadas.

Escenas filmadas en Cojímar y sostenidas por la actuación de Elba Torres, quien protagoniza el corto como Clementine, “la reina de los orine”. Una paciente escapada de un centro psiquiátrico que padece de “esquizofrenia onírica” y “en su mirada lleva demasiado sueños”. Un personaje convincente, que según me contaron ambos, no tiene referente real, sino muchos. La actriz me contó que “había muchas locas en Matanzas”. El autor de “Se fue” me expresó: “Es la desembocadura, hermano, de muchos ríos”. “Es que me jode mucho esa parte de la vida y lo frágiles que somos”, añadió cuando intercambiamos sobre las motivaciones del audiovisual.

Días después, el trovador anunció en su muro de Facebook el estreno oficial del videoclip durante su próxima peña “Candil de Nieve”; un proyecto  auspiciado por el Ministerio de Cultura y la Empresa de Promociones Artísticas y Literarias Artex S.A., en el Centro cultural “Barbaram Pepito´s Bar (26, entre Avenida Zoológico y calle 47, Nuevo Vedado).

No sé por qué canales subterráneos ciertos signos y alusiones de Clementine me remiten a “Por la calle Gelabert (o Príncipe sediento)”, compuesto a cuatro manos, dos corazones y una magia por Elba y Raúl. Un tema, plagado de nostalgias y evocaciones al blues, donde expresan: “Son mis oníricos empeños/ Los que me hacen cabalgarte/ Ya no quiero despertar/ Una mentira es un desierto/ Si en tu regazo no encuentro/ La paz que me prometí”.

Una obra que es síntesis de los impulsos líricos y épicos que contrapuntean en el devenir creativo del trovador. Un bello homenaje al poeta, dramaturgo y ensayista matancero José Jacinto Milanés (1814-1863) que evidencia, además, sus motivaciones de siempre por cantarles a las figuras de la historia y la cultura nacionales.

Cuenta Raúl Torres que cuando tenía 12 años hizo la primera, dedicada a Celia Sánchez, tras su fallecimiento. “Mi madre me ayudó a hacer la composición, que luego obtuvo premio en un festival de pioneros aficionados”, dijo. A José Martí le ha dedicado infinidad de temas, algunos con letras de su padre y musicalizados por él.

Ríos todos que lo conducen a su identidad más personal y que lo conectan con la de su gente, su país. Quiso el azar que naciera en la “Cuna de la nacionalidad” y creciera como poeta en la “Atenas de Cuba”; en la humilde barriada matancera de Simpson, donde en 1879 Miguel Faílde Pérez (Matanzas, 1852-1921), con su célebre obra “Las alturas de Simpson”, hizo nacer el danzón, devenido Baile Nacional de Cuba.

Por demás, el merecedor de la Distinción Por la Cultura Nacional en 2017 lleva en sus venas sangre mambisa. El tatarabuelo de Elba y Raúl, el capitán Juan Rondón, fue quien en octubre de 1868 reclutó a Antonio Maceo y sus hermanos para las luchas independentistas iniciadas en La Demajagua hace 150 años.


Raúl Torres, su hermana Elba y su hijo Silvio Raúl. (Foto. Cortesia del Autor).


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José Ángel Téllez Villalón

Periodista cultural


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