El estereotipo fija, simplifica y constriñe. El cubano y su cultura, suelen ser encuadrados, congelados en un tiempo (antes de 1959) y un espacio (de cabaret). Viñeta sobre la que se montaron fenómenos internacionales más recientes como el Buena Vista Social Club o Gente de Zona. La identidad cultural, sin embargo, no es una construcción inmutable y fija, sino un proceso “con representaciones discutidas- y rivales-, muchas veces llenas de contradicciones y e incoherencias, pero casi siempre en movimiento.
El cubano es bailador se dice. Hay gestos al hablar que identifican a los nacidos aquí, como hay un caminar cubano. Un ritmo y una clave. Una ecuación cubana cocida con luz, armonía y tumbao. Y cubanos auténticos que extienden los límites de esa identidad, que la empujan hasta el misterio. Que prodigados con esencias y mucho orgullo patrio, nos representan sin parecerse al estereotipo.
Alicia es y será siempre cubana. ¿Quién lo duda? No porque le gusten los gallos y el potaje dormido. Por ese impulso de ser feliz donde nació y por defenderlo. “Toda mi esperanza y mis sueños consisten en no volver a salir al mundo en representación de otro país, sino llevando nuestra propia bandera y nuestro arte. Mi afán es que no quede nadie que no grite: ¡Bravo por Cuba!, cuando yo bailo. De no ser así, de no poder cumplir ese sueño, la tristeza sería la recompensa de mis esfuerzos”- dijo hace medio siglo.
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Por girar y girar sobre el mismo eje, un fouetté una y otra vez, con todas las escuelas y con ninguna escuela. Como inspiración eternizada en los latinos, en poemas y pinturas hechas aquí. O como más feliz era, en expresiones cinéticas que configuran imágenes.
Como en “Gimboró”, aquel video facturado por la artista visual Glenda León, con la música de Joyvan Guevara Díaz, mejor conocido como Djoy de Cuba. Con un exergo que reza: “La repetición es la base de la evolución”, el corto - entre el videoarte y el videoclip-, es una exquisita metáfora de eso que hablábamos. Repetitivos “giros perfectos de la excelsa bailarina, manipulados de acuerdo con los retrocesos, brevísimas pausas y repeticiones que impone el arreglo electrónico” del DJ. Sedimentación de esencias, de lo compartido y consensuado, bajo fuerzas centrípetas y centrifugas, el milagro de esos pies “anclados en la encrucijada de tres mundos” por esa danza imparable, concentrando lo nuestro.
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En el que la imagen de Alicia, la “mujer cisne” y “representación indiscutida de la alta cultura iluminista y sofisticada”, se contrasta con el fondo musical de El Beny, el “mulato rumbero”, que gloza, entre onomatopeyas, esa manida y folclórica síntesis de cubanía: “en Cuba se corta la caña, en Cuba se toma el café, en Cuba se baila bembé, se fuma tabaco, se toma guarapo, detrás de la comparsa, se va echando un pie”. El clasicismo académico y la espontánea música popular, lo hispano y lo africano, de cuyo diálogo brota la genuina cultura nacional.
A propósito de Gimboró, opinó Rufo Caballero: “Ahora mismo, por ejemplo, a Lucas ha llegado un vídeo clip para promocionar la variación electrónica de un tema del Benny: Yimboró. Y visualmente es Alicia Alonso. A mí me parece tan bueno: Alicia Alonso, el Benny con el Yimboró y la música electrónica. Entonces la televisión casi no lo quiere poner porque es más un vídeo arte que un vídeo clip. En realidad, es un vídeo clip que se sirve de las ganancias y aportes del vídeo arte, porque hay un hibridismo y una promiscuidad intergenérica que es en muchos casos, no digo que en todos, saludable”.
Por su parte, el también crítico y miembro del jurado de los Lucas Joel del Río destacó la singularidad del video, al “representar otras conspicuas abstracciones y símbolos de la cubanía en tiempos posmodernos”. Y especialmente, porque “en lugar de elegir el camino fácil de mostrar al DJ haciendo música o fotos y videos de El Beny, la directora Glenda León prefirió valerse de una única imagen, con encuadre estático, en la cual Alicia Alonso emprende la galopante ronda de fuetés en el tercer acto de El lago de los cisnes, según un video muy televisado en Cuba que data de finales de los años 60”.
“Gimboró” fue nominado a los Premios Lucas 2010, el año de "Cerro Cerrao" de Insurrecto, en la categoría de Video del año y Mejor video música electrónica. Entre los 49 videoclips seleccionados por el jurado entre los 216 videos clip presentados aquel año.
También Alejandro Pérez, el más demandado internacionalmente entre los realizadores de videoclip cubano, concibió un extraordinario videoarte en homenaje a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso. “Par Alicia”, estrenado en el verano del 2015, fue idea del propio Pérez y acogido con entusiasmo por Viengsay Valdés. “Estoy muy emocionada de lo que significa este videoarte” -dijo la Primera Bailarina en la Cinemateca de Cuba- “sobre todo porque durante la filmación tuve a Alicia tan cercana; tuve ese lente de Alejandro tan preciso, tan activo, tan detallista; y tuve la música de Frank que fue la que logró la magia en esa tarde”.
Viengsay escogió una música especialmente compuesta para esa ocasión por el gran maestro Frank Fernández. El pianista que se le ve tocar en un extremo del salón dijo en el estreno del video: “Alicia es una de esas artistas que, sin tener que dar una clase magistral, solamente con su arte, cuando levanta un brazo o hace un giro, da una enseñanza de ese misterio tan grande que es el verdadero arte”. La coreografía estuvo a cargo de la maestra Tania Vergara, que concibió un arcoíris de movimientos que con el virtuosismo de Viengsay consiguen emocionar.
Antes, el propio Rufo Caballero, había incursionado con Viengsay como director de “Sobre tus ojos”, un corto entre el videoarte y el documental, y de un videoclip “Soy lo que ves”, del duo Buena Fe, y con la fotografía de Alejandro Pérez.
Este tipo de audiovisuales se apropian de la experimentación y la liberalización protagonizada por el videoarte. Una disciplina artística nacida en los 60 que intenta alejarse de los cauces comerciales y la banalidad de la televisión como medio de masas. Mediante la combinación de diferentes propuestas interdisciplinares y culturales.
Un punto de confluencia de artistas procedentes de diferentes artes. También de bailarines y coreógrafos, manifestados en lo que se conoce como videodanza. Un género que surge de la experimentación entre la danza y la técnica de captura de imagen. Resultante del apareamiento entre uno de los medios de expresión más antiguos del hombre y uno de los más contemporáneos; de un medio encarnado en la materialidad del cuerpo con un medio descorporeizado, abstracto. Pues si la finalidad del video es el registro del movimiento, la danza es en sí misma movimiento.
Así, como en un influjo seguirá bailando nuestra Alicia, aludida en un ballon, suspendida el espacio. En las transiciones de formas que proyectan los cuerpos de los continuadores del Ballet Nacional de Cuba. Aprehendida en fotogramas y capturada en videos.
Portal Del Vídeo Clip Cubano
22/11/19 14:24
Buen trabajo.
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