Reservas materiales y movilizativas para borrar lo que Óscar nos dejó 

Las intensas e ininterrumpidas acciones para la recuperación de los municipios guantanameros afectados severamente por el huracán Óscar requieren de cuantiosos recursos, incluidos los financieros, cuando por otra parte sabemos de las enormes carencias que padece nuestra economía.

Aunque quizás no es suficiente todo lo que dispone el país para enfrentar grandes contingencias como las que vivimos por estos días con la electricidad y el azote del organismo atmosférico, por suerte desde el triunfo de la Revolución el Comandante en jefe Fidel Castro asumió la prédica martiana de que en prever está todo el arte de salvar.

En correspondencia con ello siempre ha sido una política del Estado contar con las llamadas reservas materiales y movilizativas, constituidas por el conjunto de bienes que se acumulan desde tiempos de paz para garantizar, durante situaciones excepcionales, la vida de la población, mantener y elevar la capacidad de resistencia del país, asegurar la realización de las acciones combativas, mantener la seguridad y el orden interior y continuar la actividad económica- productiva.

A partir del año 1994 el Ministerio de Economía y Planificación, de conjunto con el de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, dirige y orienta la creación y mantenimiento de las Reservas Movilizativas, mientras que el Instituto Nacional de Reservas Estatales controla el cumplimiento de las regulaciones y disposiciones establecidas sobre dichas reservas.

Con el ejercicio militar estratégico Bastión 2004, dirigido personalmente por Fidel en su condición de Presidente del Consejo de Defensa Nacional (CDN), se le concedió a esos recursos provenientes de organismos, instituciones y gobiernos locales, el papel preponderante y su incremento en los volúmenes según sus designaciones, y bajo una idea lógica: la desconcentración y su disponibilidad territorial por todo el archipiélago.

Pues ahora, con la excepcional situación que tras el azote del huracán Óscar viven los municipios de Baracoa, Maisí, San Antonio del Sur e Imías, el CDN orientó el envío de recursos hacia esos lugares del oriente cubano.

"Yo sé que son tiempos difíciles, pero los vamos a superar. Ya de hecho los estamos superando. Guantánamo no se puede sentir abandonado; tiene todo el apoyo del país”, dijo en su reciente recorrido por zonas afectadas Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República.

La ayuda llega a diario desde toda Cuba y el exterior, consistente también en donaciones hechas por compatriotas, organizaciones de la sociedad civil, centros laborales y educacionales, gobiernos y amigos de la Revolución en otras latitudes, incluidos organismos internacionales como la ONU.

Se trata de ropa y calzado, productos de aseo, utensilios de limpieza, alimentos, medicamentos, equipos electrodomésticos y cuantos bienes puedan paliar el desolador y triste panorama que dejó Óscar, al dañar viviendas, cultivos, carreteras, centros de producción y servicios, infraestructuras eléctricas y de comunicación y otras tantas instalaciones.

Lo más doloroso e irreparable ha sido la pérdida de siete vidas humanas, sin olvidar que fuerzas y medios de las instituciones armadas laboran en el rescate y protección de familias y personas aun en zonas aisladas y de difícil acceso, debido a las enormes inundaciones y crecidas de ríos.

Por ello a través de helicópteros hacen llegar suministros de agua, alimentos y muchos de los recursos donados y los enviados por el Estado, mientras se ejecutan vías de acceso por carretera.

Pero a Baracoa, Maisí, y sobre todo a San Antonio del Sur e Imías, tal cual reseñan la televisión, la radio y los espacios digitales de los medios de comunicación, y las redes sociales, también continúan llegando brigadas de linieros y de la empresa de Telecomunicaciones, así como personal de la salud, de la construcción, de las FAR y el Minint, entre otros, para apoyar en la recuperación.

Ésas y otras tantas operaciones requieren de combustible, materiales de la construcción, de bienes diversos, parte de los cuales estaban en la reserva y que de inmediato habrá que reponer, como a su vez resulta necesario revisar los planes contra huracanes, intensas lluvias y otros desastres en los que la Defensa Civil insiste tener siempre actualizados.

No por gusto en comprobaciones, inspecciones y ejercicios de control se miden aspectos como la planificación, acumulación, almacenamiento, rotación, conservación, mantenimiento, calidad y control  de los productos declarados como reservas.

Cualquier deficiencia puede poner en riesgo la vitalidad de tan importantes recursos para enfrentar situaciones excepcionales, la vida de la población, capacidad de resistencia, continuidad económica – productiva y la defensa del país.

Sin dudas al disponer de ellos, y con el concurso de todo un pueblo y naciones amigas, la recuperación de los territorios afectados por el huracán se intensifica, en aras de borrar cuanto antes  las huellas de lo que Óscar nos dejó.