No hay necesidad de que un boniato se venda hoy a 60 pesos o más; por eso hemos intercambiado con el productor, y de conjunto representantes de la Agricultura, de Finanzas y Precios y del gobierno en La Habana visitamos los mercados, no para poner multas, sino en aras de demostrar que los márgenes de ganancia están muy elevados y ese producto (tal cual sucede con otros) no costó tanto producirlo para que se oferte así.
Tales palabras en boca de Julio Martínez, Coordinador de programas y objetivos de distribución en el gobierno de la capital, aluden a un fenómeno asociado a la inflación en toda Cuba y que pueden servirle a cualquier alimento proveniente del campo, sobre todo aquellos cuya demanda rebasa la oferta.
El asunto de los procesos económicos en la producción y distribución agrícola, del cual trató el domingo 12 el programa televisivo Cuadrando la caja, del canal Caribe, no hay un día que pase por alto en el seno de alguna familia, en la calle, en las colas, en los centros de trabajo… y aunque se vislumbran avances, las soluciones no están al doblar de la esquina porque además de recursos requieren tiempo e incluso se hallan sujetas a los designios de la naturaleza.
Los efectos del huracán Ian, que tantos daños ocasionaron a plantaciones e infraestructura de la agricultura en la región occidental, se están palpando en esas tarimas a veces vacías en muchos lugares, o con productos al parecer extraídos del surco antes de tiempo de cosecha; sin olvidar que en los últimos meses la sequía, causante a su vez de incendios forestales en no pocas zonas, ha llegado a indicadores record de su ocurrencia y consecuencias.
PONER EL PENSAMIENTO COLECTIVO EN EL CENTRO DE ESTA BATALLA
A incentivar el pensamiento colectivo en la búsqueda de soluciones que mejoren la alimentación del pueblo, y el diagnóstico de las causas de los problemas, en aras de poder actuar con rapidez y eficiencia, llamó el martes 14 en La Habana Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
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El líder parlamentario encabezó en el Capitolio el seguimiento a la implementación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN), junto a representantes de varias comisiones permanentes de la actual legislatura y de organismos vinculados a su instrumentación, a cuatro meses de entrar en vigor.
Se interesó entonces por las estrategias que permitan disminuir los precios de los productos, eliminar intermediarios, dar seguimiento efectivo a la contratación y comercialización, y el mecanismo de control existente desde el Ministerio de la Agricultura para verificar el cumplimiento de lo establecido en la ley, con la decisiva participación popular.
La presentación del estado de opinión de la población respecto a esos y otros asuntos sirvió para incentivar el análisis alrededor de estos temas, que al decir de Lazo requieren respuestas urgentes, soluciones con nuestros propios recursos y creatividad.
Ante críticas realidades como las debilidades con las contrataciones entre las empresas y los productores, el no pago a tiempo a estos y la no cabal explotación de las tierras entregadas en usufructo, varios diputados recomendaron fortalecer el papel del municipio en la producción de alimentos y generalizar las mejores experiencias en este sentido.
Como diría en el programa televisivo Cuadrando la caja Fernando Ravelo, presidente de la Cooperativa de Crédito y Servicios Amistad Cuba-México, de Alquízar, Artemisa, la voluntad del Estado apunta a que el productor se beneficie y el pueblo acceda a producciones más baratas.
CUANDO LA OFERTA ESCASEA, LOS PRECIOS SE DISPARAN MAS CON LOS INTERMEDIARIOS
Los retos son bien complejos y difíciles tras un 2021 de mucha escasez de recursos y con una pandemia a cuesta, de un año siguiente en el que el recrudecido bloqueo los campesinos y cooperativistas lo sintieron con mayor perjuicio en la falta de combustibles, de fertilizantes, del llamado paquete tecnológico, de la inestabilidad o éxodo de la fuerza de trabajo y, para colmo, en el caso de los territorios del Occidente, del azote de Ian.
Todo lo anterior incidió en el cumplimiento de los planes de siembra, y por consiguiente en los hoy insuficientes rendimientos y volúmenes de viandas, granos, hortalizas y frutales.
Antes que el domingo 12 el espacio televisivo tratara de nuevo estos temas, en la propia plataforma digital de Cubadebate un tal Emilio Venero escribió que en la cadena de valores de productores intermediarios (acopio, transportista, otros) y de la comercialización el mayor margen de ganancia real lo tiene el intermediario, sobre todo el transportista.
En su opinión los productores venden al mejor postor y cobran al instante de entrega su mercancía, y al parecer en no pocos casos eso suele ocurrir con lo cual incumplen su contrato con el Estado y dan pie a que intervengan tales figuras, las cuales van agregándole nuevos precios al producto escalonadamente.
Julio Martínez, el Coordinador de programas y objetivos de distribución del gobierno en La Habana, explicó que en la capital hay una red de comercialización de mil 457 mercados, y solamente el 6% son estatales, y aunque se procura que el productor le venda sus mercancías a la cooperativa a la cual pertenece -en aras de que lleguen directamente a la tarima-, una cadena de intermediarios hace que se encarezcan, sobre todo si la demanda rebasa la oferta.
De acuerdo con Fernando Ravelo en su cooperativa están trabajando con la ficha real de costo por cultivo, lo cual permitirá saber realmente cuánto cuesta hacer producir una hectárea de boniato, de yuca, de malanga u otro renglón para buscar la forma de que económicamente se beneficie el productor, que cubra sus gastos con un margen de ganancia y poder establecer un precio justo, razonable y nada abusivo.
LA GESTION DE LA TIERRA, OTRA RUTA CRÍTICA
Hay rutas críticas de los procesos productivos como la gestión de la tierra, por lo cual estamos enfocados en agilizar el proceso de entrega, y lograr un mejor uso de la ya dada en usufructo, ha señalado Yoandry Abad, delegado de la agricultura en la provincia de Mayabeque, una de las que casi a diario tributa a la capital.
Precisamente en su exposición el martes 14 ante los diputados de varias comisiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ydael Pérez Brito, ministro del ramo, manifestó que uno de los retos fundamentales del sector resulta la explotación más eficiente de las fuerzas productivas, de la tierra y nuestros recursos naturales.
También subrayó la necesidad de fortalecer los cuadros de dirección en las diferentes entidades, explotar más de manera intencionada el usufructo, eliminar las trabas en materia de producción y brindar mayor atención al campo y a las comunidades rurales, entre otros aspectos.
Entre las reservas existentes, mencionó el fortalecimiento de la atención a los productores, mayor aplicación de la ciencia y la innovación, el extensionismo de las buenas prácticas, el fomento de nuevas áreas agrícolas, el seguimiento y mejoramiento de la contratación, y el estímulo al uso de bioproductos y biofertilizantes.
Lo cierto es que tampoco hay un día en que no se luche por avanzar en tan estratégico asunto como la alimentación del pueblo, y por ello es deber de las instituciones, organismos, actores económicos y las comisiones permanentes del propio Parlamento de pensar qué hacer de forma diferente para salir de esta situación.
En fin, como afirma el colega espirituano José Luis Camellón, del periódico Escambray, apura sacar la agricultura del informe, del discurso, de los planes y aterrizarla en la piel de la familia, porque entre el surco, la tarima y la mesa hay un nudo llamado precio que estrangula y tiene al consumidor de rodillas.
A tono con este imperativo vale retomar el llamado del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de que las excepciones de buenas experiencias agropecuarias se conviertan en regla, en aras de incrementar la producción.
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