Después de una caída del Producto Interno Bruto (PIB) sin precedentes en 2020, de casi un 11%, el país intentará recuperar mejor su economía para el próximo año. Esa expectativa, explicó el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, está dada por un control de la COVID-19 y avances positivos para la inversión extranjera.
No obstante, persisten dificultades como las restricciones del bloqueo estadounidense contra Cuba, el aumento de los precios de materias primas en el mercado internacional, la inflación, la falta de activación de la empresa estatal y el estado de las producciones nacionales, además de un déficit fiscal de unos 68 mil 126 millones 600 mil pesos, señaló.
Por lo tanto, en 2023 avanzar en la estabilización macroeconómica del país estará entre los principales objetivos, al igual que aumentar las exportaciones y el nivel de oferta de bienes y servicios esenciales.
Se estima, además, que no solo aporte la empresa estatal socialista con la implementación correcta de las nuevas medidas para perfeccionarla, sino que participen los nuevos actores de la economía, un sector en crecimiento. Según informó el titular de Economía se prevé unos 4 000 nuevos actores, cuya participación en el PIB entre un 12 y un 14% a precios corrientes.
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Para llegar a las metas previstas, planteó Gil Fernández, deben cumplirse varios factores, entre ellos que las ventas de bienes y servicios en el exterior deben reportar ingresos, como mínimo, en el orden de los 9 755 millones de dólares, 1 037 millones más que en 2022. Una meta que clasificó de ambiciosa, pero con respecto a 2019 son unos 3 000 millones de dólares menos.
Además, debe reactivarse el aporte del sector turístico a la nación. Para generar los ingresos necesarios para el plan se deben recibir un mínimo de 3,5 millones de visitantes internacionales, indicó.
Asimismo, se apuesta por la inversión en sectores claves. Un 49% de ella estará destinada a los alimentos, fuentes renovables de energía, la fábrica de cemento y acero, el programa de la vivienda y el turismo.
Gil Fernández anunció que la circulación mercantil minorista estatal prevé crecer un 15%, aunque todavía no logre satisfacer toda la demanda existente. En cuanto a la alimentación, se planifican incrementos en las producciones de frijoles, viandas, arroz, hortalizas, entre otros.
Además, la industria azucarera tiene como objetivo llegar a las 455 200 toneladas, con unas 90 000 toneladas destinadas a la exportación.
A pesar de las medidas de crecimiento económico, el país no desistirá de sus programas sociales, ni aplicará AAA terapias de choque para reducir su déficit fiscal, comentó la ministra de Finanzas y Precios, Meissi Bolaños al presentar la Ley de Presupuesto del Estado para 2023.
“La política fiscal para el 2023, expresada en el Presupuesto del Estado, tiene como premisas fundamentales la necesaria reducción del déficit fiscal y el respaldo al principio de justicia social, que se traduce en la financiación de los servicios básicos en los sectores de educación, salud pública, cultura, deporte, seguridad y asistencia social, la atención a las situaciones de vulnerabilidad de personas, hogares y comunidades; y el desarrollo territorial”, expresó.
Explicó en su informe que se requiere de sistemas de control en el cumplimiento tributario, que permitan una mayor recaudación para dar cobertura a los gastos prioritarios y mejorar el resultado presupuestario.
El 2023 será otro año de retos para la economía nacional, que espera alcanzar mejores resultados que el que termina, todo sea por el bienestar del pueblo cubano.
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