Sherlock Holmes, el famoso detective, producto de la ficción literaria, tendría ya en cuenta todas las huellas. Es que faltan menos de dos meses para los tan esperados Juegos Olímpicos de París 2024 (del 26 de julio al 11 de agosto). Y es por eso que ahora, sin lupa, vine casi corriendo a escribir en la computadora.
Eso es lo que se me ocurre si él fuera cronista deportivo…
Los puntos de partida de este trabajo han sido dos: las definiciones de cuántos judocas cubanos podrán vestir sus kimonos en París 2024, y un par de recientes medallas de los luchadores.
Van a ser cuatro los judocas de Cuba que verán de cerca, o quizás estén, en la Torre Eiffel…, entre otros sitios emblemáticos, y no digo el Río Sena, pues allí se encuentra prevista la inauguración.
Ese cuarteto lo integran, y voy a ponerlos por peso, de menor a mayor, Maylín del Toro (división de los 63 kilogramos), Iván Silva (90), Idalys Ortiz (más de 78) y Andy Granda (más de 100).
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Llevan en sus espaldas un gran peso: el judo de Cuba ha ganado preseas en todos los Juegos Olímpicos celebrados desde los de Montreal 1976, y este es un deporte en el que el país siempre cifra grandes esperanzas para que aporte a la tabla de medallas.
¡Los cuatro!
Quiero ser benevolente a la hora de pronosticar. Y hasta ofrecerles el llamado “beneficio de la duda”. Los cuatro, al menos en principio, tienen posibilidades de subir al podio.
Y no excluyo incluso a Del Toro, de menos palmarés que sus otros tres compañeros, pero, por citar unos ejemplos, ganadora de medallas no solo en Grand Prix (1-0-2), sino también en los más exigentes Grand Slam (0-2-4).
Voy a seguir en el orden en que los mencioné: Iván Silva fue campeón mundial en Bakú 2018, un elemento que a Sherlock Holmes lo hubiera llevado a seguirlo con la lupa. No ha podido repetir una presea en ese tipo de tan duros certámenes. Llegó con posibilidades a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (celebrados en 2021 por la pandemia), pero salió de allí con una espinita clavada. Aquel día se planteó desquitarse en París 2024. Y calidad tiene. Ojalá le llegue la luz en la Ciudad Luz…
Idalys Ortiz ha sido la carta casi siempre segura del judo cubano desde hace ya mucho tiempo. Tiene 34 años y unos éxitos impresionantes: cuatro medallas olímpicas (1-2-1), ocho mundiales (2-2-4), cuatro de oro consecutivas en Juegos Panamericanos (Guadalajara-2011, Toronto-2015, Lima-2019 y Santiago-2023).
Sí, pero no
Es verdad que Idalys Ortiz no ha estado bien en los últimos tiempos, en lo cual también han incidido lesiones, enfermedades, ¿algunas libras de más?; pero, además de su maestría deportiva, tiene la aureola de los triunfadores en la vida, un expediente poderoso, es muy respetada, y va con una gran sana ambición.
"Volveré en los Juegos en busca de mi quinta medalla", dijo en febrero.
Andy Granda, campeón mundial de Taskent 2022, tiene todo muy claro: “Mi meta es clara: subir al podio en París. Es el desempeño que me falta”. Lo dice sin preocuparse porque en su peso debe competir, y haciéndolo en casa, el fenomenal Teddy Riner, multimedallista olímpico y mundial. Sí, crucemos los dedos. Y enviémosle energías positivas.
¿Y los luchadores? Las dos medallas las alcanzaron en el Memorial Polyak Imre y Varga Janos de Budapest. Luis Orta (67), campeón olímpico en 60 de Tokio 2020, y mundial en 67 de Belgrado 2023, terminó con la de oro. No fue todo: Yosvanys Peña (77), también clasificado para París 2024, llegó al podio gracias a un estimulante bronce.
No quiero dejar de recordarlo: las luchas es el único deporte en el que Cuba ha podido ganar al menos una medalla de oro en todos los Juegos Olímpicos desde los de Barcelona 1992 (¡ni el boxeo!). En otro momento, por supuesto, entraremos en los colchones…
Yo quiero tener el atrevimiento de escribir que, si el ayudante de Sherlock Holmes existiera, y fuera cronista deportivo, también pronosticaría medallas para los judocas y los luchadores de Cuba en París 2024. Y Holmes le diría: “Elemental, Watson…”.
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