Durante el cuatrienio que concluyó con los XXXI juegos de la era moderna, surgieron importantes binomios, especialmente en los deportes de combate. Uno de ellos, en la mayor isla de Las Antillas. Lo conforman el campeón mundial de Las Vegas, 2015, y olímpico en 2016, Ismael Borrero, y Leonel Pérez, el estratega que lo ejercita desde 2012.
“El Moro”, como le dicen a Leonel en el ámbito deportivo, fue explícito en el diálogo celebrado en la sala de entrenamientos del Cerro Pelado. “El torneo olímpico —dijo— tuvo más calidad que los anteriores, pues los luchadores demostraron un considerable nivel técnico. Allí se reunió la flor y nata de la especialidad en todas las divisiones, al punto que ningún deportista podía subir confiado al colchón. No obstante, quedaron fuera de las medallas algunos de los ranqueados en los mundiales de Uzbekistán (2014) y Las Vegas (2015)”.
A El Moro le brillaron los ojos cuando se refirió a su alumno en el máximo concierto deportivo. “Cumplió los planes tácticos indicados para cada pelea; confió en su arsenal estratégico porque estaba mejor preparado psíquicamente que cuando se presentó en la ciudad estadounidense durante la temporada preolímpica.
”Siempre pensé que obtendría el título, porque en cada salida demostró buen nivel de concentración y calma, factores esenciales para el triunfo. No me defraudó porque en todo momento ratificó su fortaleza y la conciencia del rol que estaba desempeñando. Esa conducta se tradujo al realizar en el combate las acciones llamadas suplé, y volteo con agarre de dos brazos a uno, entre otras”.
DETERMINADO Y PLENO
Cuando se trata del encuentro inicial, casi todos los técnicos llegan a la sala de competencia muy tensos. Leonel no estaba en el recinto de la “ciudad maravillosa”, pero aseguró que el estado de su muchacho le daba suficiente confianza.
“Preocupa el comienzo, pero en el caso de Borrero la inquietud es mínima, pues a su notable decisión de vencer a toda costa le acompaña la calidad técnica y ello posibilita la victoria. Además, yo sabía que él tenía la ‘bomba’ necesaria para lograr su objetivo en la fiesta de la ciudad brasileña.
”También Borrero es líder de su división (59 kilogramos) en los máximos niveles competitivos porque escucha las orientaciones y se entrega para ejecutarlas perfectamente. Eso le favorece, igualmente, para salir exitoso en las ‘guerras’ sobre el colchón”.
VATICINIOS
Con la autoridad que le confiere estar en el nivel de alto rendimiento, primero como atleta (1970-1983), y luego como guía de otros campeones como Luis Lazo, Reinaldo Peña, Ernesto Peña y Néstor Almanza, El Moro reveló: “Esta primera compaña del actual ciclo será relativamente tranquila. El evento de gran nivel es la Copa del Mundo a celebrarse en Irán, en febrero. Allí obtendremos el tercer gran título de nuestro deporte”.
La conversación finalizó con tres breves preguntas:
—¿Contento?
—Súpercontento. Tengo un alumno situado en lo más alto del deporte.
—¿Satisfecho?
—Claro que sí. Todos los entrenadores deseamos la victoria en el máximo y mejor escenario de nuestra esfera.
—¿Seguro?
—Por supuesto. Si nuestra federación decide preservar a Borrero solo para competencias de élite, mis otros muchachos, Yanier Doménico y Kevin De Cárdenas, tienen calidad para ganar el torneo de los Centroamericanos Barranquilla 2018, así como los Juegos Deportivos Panamericanos de Lima, Perú 2019.
“El otro doble (campeón mundial y olímpico) para Ismael, pudiera ocurrir en 2019 y 2020. Ya él conoce los requerimientos y la intensidad para lograr brillantes desempeños”.
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