Entre las bellezas del béisbol está su magia. Lo que hoy desaparece, mañana sale, ante los ojos de todos, como si nunca se hubiera ido. Dos días estuvieron perdidos los bates cubanos y al tercero aparecieron para dar los batazos que se habían contenido desde el inicio del Clásico Mundial de Béisbol.
Así, cuando la selección de Armando Jonhson moría de sed ofensiva, e incluso había rubricado su juego de menos jits en clásicos, apenas tres ante Países Bajos; en el partido frente a Panamá sonó 21 imparables, una cantidad jamás lograda antes.
Con semejante explote, los nuestros firmaron su primera victoria (13-4) tras par de fracasos. Aunque las opciones de avanzar a los cuartos de final no dependen exclusivamente de ellos, tampoco se despidieron definitivamente de esa posibilidad.
Hicieron lo único que se les pedía: batear, batear y batear. Y producir, producir, producir carreras. Era esa la fórmula y los movimientos hechos por la dirección del equipo generaron la sacudida deseada: al banco Yoennis Céspedes y Lorenzo Quintana, ambos ni bien al bate y menos a la defensa, y toda la confianza del mundo para los Grandes Ligas Yoan Moncada y Luis Roberts Jr.
La victoria reflotó las ilusiones medio perdidas con liderazgos ofensivos de Yadir Drake en jornada perfecta, de 4-4 más un boleto y dos remolques; Moncada y Roel Santos, de 5-3 y cuatro impulsadas para el primero, y Yadil Mujica, de 4-3 con cuatro hombres empujados también.
Mientras, en la jornada en que el picheo abridor no aguantó, pues Ronald Bolaños se desestabilizó inexplicablemente tras un jonrón, fue Miguel Romero quien firmó la mejor actuación monticular con tres escones, cuatro ponches y apenas dos jits permitidos que le valieron para adjudicarse la victoria.
La noticia halagüeña es que no hizo falta utilizar a Raidel Martínez y lo mejor del bullpen cubano estará apto para el partido conclusivo de este sábado ante el anfitrión Taipéi de China, donde se decidirá la suerte de los nuestros y quizá de los adversarios también, en un grupo que vaticina un final para Pitágoras.
Cuba ganó. Convenció, se pareció al equipo que en nómina es, pero ojo, que siguieron mostrando cojeras que le cortan la carrera a cualquiera.
Si antes habían abusado de los tristemente infaltables e “infartables” toques de bola, ante los istmeños ocurrieron groseros corridos entre bases que ojalá no cuesten a la hora de sacar cuentas, si se llega a esa decisión, pues se entregaron outs y posibles carreras, jugadas que no deben existir a este nivel.
Siempre dije que este era el grupo más parejo y lo sucedido hasta ahora lo confirma. Parece, solo parece, que Países Bajos tiene uno de los cupos casi seguro con sus triunfos seguidos, pero también está en las probabilidades hasta un quíntuple empate con saldo de 2-2. ¡Qué bello es este deporte! Lo malo, y siempre hay algo malo, es que, si el campo no decide, la calculadora empuña.
Para suerte de los nuestros, los locales vencieron a los panameños por 11-6 y la tabla de posiciones tiene a Países Bajos halando del pelotón (2-0), Italia y Taipéi de China (1-1) y cierran Cuba y Panamá (1-2).
Y en el otro grupo asiático, el favorito Japón (2-0) puso en crisis a Corea (0-2) al doblegarlo con pizarra de 13-4 y en un juego que nada debe impactar en el liderazgo de esa llave, República Checa se impuso a China por 8-5.
Respuesta a la pregunta anterior: además de Roenis Elías, habían tenido aperturas de cinco entradas sin admitir carreras de Norge Luis Vera (6.0 INN ante Sudáfrica en 2006), Danny Betancourt (6.0 INN. Vs. Taipéi de China en 2013 y Vladimir Baños (5.0 INN, frente a China en 2017).
Pregunta Clásica: ¿Conoces algún mentor que haya dirigido en todos los clásicos?
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