Atorados con pizza en la pelota

Con cambios en el lineup, pero sin resultados en la producción ofensiva, el equipo cubano sufrió ante Italia su segunda derrota en el Clásico Mundial de Béisbol y solo un «dale al que no te dio» podría salvarlo de su peor actuación histórica en estos certámenes.

Luego de un anémico ataque de solo tres jits ante Países Bajos, el mentor Armando Jonhson puso a Yoelquis Guibert como primer bate, mandó a Roel Santos a la banca y Alfredo Despaigne asumió su rol de cuarto bate.

Pero su adversario, el ex Grandes Ligas Mike Piazza, firmó otra clase magistral de dirección moderna, que echó en cara de los nuestros que así como el mundo no es el mismo de hace unas décadas, el béisbol tampoco.

Antes los juegos empezaban con el play ball arbitral y ahora los primeros innings se juegan muchísimo antes, sentados en una cómoda oficina, escaneando datos y diseñando estrategias. Países Bajos ganó su partido en esas entradas previas y ahora Italia repite la lección.

Ante los itálicos los problemas fueron más: no solo la improductividad generalizada con el madero, sino que el bullpen fue menos hermético en situaciones claves y la defensa no pudo tapar sus dos vulnerabilidades: receptoría y jardín izquierdo cuando lo asume Yoenis Céspedes.

Roenis Elías cumplió en la apertura (5.0INN, 2H, 3K y 1BB) y a la rotación cubana nadie puede señalarle nada en el Clásico. Los problemas del picheo vinieron después.

Los intermedios no aguantaron. Es frágil el enganche entre los abridores y los hombres encargados de los tres últimos innings, sobre todo porque las reglas limitan en 65 el número de picheos por actuación. De no ser por esa restricción, Elías hubiera podido trabajar otra entrada y entregar el juego en manos más seguras.

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Pero en un partido de tanta significación, luego de la derrota inicial, era muy riesgoso utilizar a los jóvenes José Ramón Rodríguez y Naikel Cruz con el marcador 0-0. ¿Por qué no haber traído en esa situación a un pícher de más experiencia?

Después, Liván Moinelo y Raidel Martínez fueron utilizados como apagafuegos en medio de entradas y no abriéndolas, que es donde ellos son muy efectivos se han especializado. Ya con el juego muy comprometido, Onelkis García tampoco pudo controlar a los italianos en el décimo y soportó los batazos que sentenciaron el choque.

Si el manejo del picheo pudo ser responsable en algo del resultado, la principal deuda sigue siendo la ofensiva. La misma tasa alta de batazos de rolling, falta de oportunidad con corredores en posiciones anotadoras y excesivo uso del toque de bola para adelantar corredores, incluso con Yadil Drake, un hombre que probablemente en su vida no haya hecho esa jugada diez veces.

Si usted batea poco y además entrega el 33 por ciento de los innings, las opciones de completar las vueltas se reducen ostensiblemente.

Elogios para Erisbel Arruebarrena, quien mejores contactos ha logrado en ambos juegos. Ante Italia anotó la primera carrera y empujó la del empate en el octavo con jit al bosque derecho con Despaigne en segunda.

Igual que el Grillo, el capitán Despaigne se anotó par de imparables y el tándem Yoan Moncada (0-5 y Luis Roberts Jr. (1-5, 2K) siguen sin aportar lo que se espera de ellos en los turnos dos y tres en el lineup.  

Se cumplieron los malos presagios referidos al riesgo de ubicar a Céspedes en el bosque izquierdo. Estuvo impreciso y no pudo retener una bola en el séptimo que abrió las puertas del home a la segunda anotación de los europeos.

Y tampoco estuvo hermética la custodia del plato, a Lorenzo Quintana le sigue resultando difícil controlar picheos complejos.

No se descarta que para el juego nocturno sigan los cambios, e incluso, Céspedes y Quintana vayan al banco.

Con saldo de dos derrotas sim victorias, Cuba no depende de sí para clasificar a los cuartos de final. Primero deben ganar los dos partidos restantes y esperar por empates y sacar cuentas.

Ahora mismo, lo más probable es que queden eliminados en la primera ocasión que suman a la nómina jugadores de Grandes Ligas. Así de paradójico es el béisbol.

Respuesta a la segunda pregunta: El venezolano Miguel Cabrera es el único jugador que podría jugar en los cinco clásicos. Al menos está en la nómina de su equipo para esta quinta edición.

Pregunta Clásica: ¿Conoces algún otro abridor cubano que en clásicos haya trabajado durante cinco innings sin permitir carreras, además de Roenis Elías este jueves?