Ha concluido uno de los playoffs más espectaculares de los últimos años en el béisbol cubano. Ganó el mejor equipo de toda la Liga Élite, pero Agricultores tuvo que excederse para conquistar el título, incluso navegando a contracorriente en la historia.
Estuvo 1-3 debajo en la serie final y de ese abismo nadie se había recuperado en una discusión del titulo. Ellos lo sabían, pero siempre decían lo mismo: siempre hay una primera vez.
Carlos Martí, el mentor más ganador de los últimos años con cuatro coronas desde 2017, jamás perdió la compostura en el banco ni ante la prensa. A los muchachos apenas les hablaba y no era por otra cosa que por confianza: "ustedes saben lo que tienen que hacer en el terreno". Solo eso y nada más.
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Ante los microfonos, repetía lo mismo: el campeón es el que gane cuatro juegos. Se ajustaba la gorra, levantaba la mirada y soltaba alguna de sus ocurrencias campechanas, que nunca eran solo chistes. Bien leídas, había otros mensajes.
En el séptimo partido siempre estuvo delante en el marcador, pero en el noveno, tras un out y las bases limpias, Portuarios emparejó espectacularmente el duelo con tres vueltas que detuvieron la tarde bayamesa y dejaron las gradas quietas, casi mudas.
Portuarios no pudo completar la hombrada, pero jamás entregó las armas. Dejó la ventaja en base y fue a servir al campo, obligado al cero para poner su suerte en la ruleta de la regla Schiller.
Y entregó un boleto al noveno bate que fue sus sentencia de muerte. El hombre llegó a segunda base por sacrificio y tocó el turno a Osvaldo Abreu, uno de esos peloteros que se han vuelto necesarios para los equipos donde juega.
Estaba la opción de caminarlo intencionalmente para buscar doble play, pero Michael González no quiso que le decidieran los hermanos Alarcón, y Abreu se dijo: es mi hora. Sacudió el jit de su vida, una línea que partió el campo en dos mitades y empujó la carrera del oro y el pasaje a la Serie del Caribe.
"Este es el turno al bate más importante de mi carrera", comentó poco después, con los ojos posados aún en el home plate, donde conectó sobre una recta de Marlon Vega y sepultó los sueños de Portuarios de alzar un trofeo que estuvieron acariciando desde el miércoles.
A partir de entonces, todo fue fiesta en Bayamo. Pero al "viejo" Carlos Martí hubo que sacarlo del campo porque no iba a aguantar las emociones. Se lo llevaron para calmarlo y pudiera recibir el trofeo ganado por sus méritos como timonel.
Pero antes, sus alumnos pasaron a darle un abrazo y decirle: "gracias, profe". Y él no podía responder más que con sus manos, con dos palmadas a cada uno en la espalda.
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Seis años exactos después de titularse por primera vez en una Serie Nacional, se corona en la primera Liga Élite, en el mismo estadio y un domingo también.
¿Aún mantienes que te vas? ¿No dirigirás más?, le pregunté con la medalla colgándole en el pecho. Es hora... Y todo el mundo sabe que no es solo por los 73 años de edad. Ahora la afición lo va a pedir y veremos qué decide y cómo deciden tratarlo.
Si no lo vemos más al mando, su leyenda se va a recordar a lo grande. Se iría dominando una temporada completa: Serie Nacional y Liga Élite. Solo Jorge Fuentes y Eduardo Martín Saura lo habían logrado en la época en que había series Nacional y Selectiva.
Nunca Carlos ha perdió un séptimo juego en postemporadas, invicto en cuatro decisiones, igual que el avileño Roger Machado.
Así salió a recibir felicitaciones y aplausos de las gradas. Respondió llamadas y elogios. Siguió emocionado. Parecía despedirse... ¿Será?
Agricultores logró la remontada épica, que empezó el jueves apaleando a Portuarios. "Íbamos de juego en juego, enfocados en el partido del día", nos confesó en medio de las celebraciones el MVP de la postemporada, Rafael Viñales.
Fue una seguidilla de tres éxitos en la que aportaron todos, pero Viñales, los Alarcón y Avilés se echaron sobre sus hombros la mayor responsabilidad y entre los pícheres, Yoel Mojena hizo tres muy buenos trabajos de relevo.
Se acabó la Liga en su versión inicial. Tiene, obligatoriamente, que perfeccionarse para ser élite de veras. Antes del juego, el comisionado nacional de béisbol, Juan Reinaldo Pérez Pardo dejó claro que han tomado nota de los aspectos negativos y buscarán ajustes para consolidar el torneo en lo competitivo y espectacular.
No es poco lo que deben cambiar, y sobre eso hablaremos próximamente. Pero ahora toca la reverencia al campeón, al excelso Carlos Martí, a su afición, a los jugadores, las familias.
Portuarios fue un adversario dignísimo. Creo que tardarán años para vivir otro playoff tan intenso, que tuvo, incluso, una petición de matrimonio en medio del terreno.
Ahora, Agricultores, a por la Serie del Caribe.
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