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sábado, 23 de noviembre de 2024

Las mentiras presidenciales de Perú

Conocida por sus incongruencias, la presidenta Dina Boluarte evadió  varios escándalos gracias a su complicidad con el Congreso Nacional...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 13/04/2024
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Presidenta peruana
La presidenta peruana ha exhibido desde su asunción relojes y joyas de alta gama valorados en 500 000 dólares. (Foto: Tomada de Internet)

La presidenta de Perú, Dina Boluarte, primera mujer en ocupar ese cargo en el país andino por sustitución reglamentaria, subsiste en el cargo en medio de varios escándalos –desde plagio hasta corrupción- pero burla pedidos de vacancia e interrogatorios fiscales. No se trata de buena suerte sino de su presunta complicidad con los legisladores de derecha del Congreso Nacional, quienes la auparon para que sustituyera a Pedro Castillo y no les conviene sacarla ahora del Palacio Nacional.

 

Si destituyen a Boluarte, que solo tiene un 10 % de respaldo popular, el siguiente paso sería convocar a elecciones generales. Tanto la mandataria como la mayoría de los 130 legisladores desean terminar su mandato en 2026. Si quisieran sacarla ya lo hubieran hecho porque el Congreso peruano lidera los movimientos presidenciales, según los intereses de los grandes emporios de la derecha local.

 

Allí están, para dar fe de la actuación del Congreso peruano no solo Castillo, quien de la pléyade de políticos sustituidos es el único que fue encarcelado sin robarse –dijo- un centavo en el año y meses que duró su mandato después de ser ignorado y burlado por su origen campesino, y por ultimo encarcelado.

 

Para destituir a los mandatarios, el órgano legislativo, considerado uno de los más corruptos de América Latina, con el respaldo de un 5 % de la población, usa la figura de ¨vacancia por incapacidad moral¨.

 

En ese sentido, Omar Cairo, profesor de Derecho Constitucional considera que "Perú es el único país en el mundo que tiene la institución de la vacancia por incapacidad moral. Pero (…) esa figura aludía en el siglo XIX a la incapacidad mental del presidente". En los últimos 10 años hubo siete jefes de gobierno.

 

Es en ese escenario tan especial de Perú que Boluarte, exministra y exvicepresidenta del vilipendiado Castillo, asume el cargo sin objeciones del Parlamento, lo cual es indicador, según analistas, de un acuerdo entre las partes: ella gobernaría sin meterse en los asuntos legislativos, y las fuerzas políticas que en ese órgano representan a los poderes económicos de la nación, la mantendrían en el cargo.

 

El Congreso peruano está conformado por una mayoría derechista que responden a intereses particulares y no a programas e ideologías, lo cual hace muy difícil a los mandatarios respaldos sólidos a su gestión.

 

La dignataria, por su actitud contra Castillo y su alianza con la derecha es altamente rechazada por la población. Los sectores más pobres de la sociedad vieron esfumarse con la salida de Castillo, el primer y único líder de origen rural –maestro de profesión en Cajamarca- sus esperanzas de un cambio en las estructuras de la nación.

 

Consciente de las experiencias de sus antecesores, la primera jugada de Boluarte fue llamar a una ¨tregua¨ a los parlamentarios y a construir ¨un gobierno de unidad nacional¨, indican medios de prensa de ese país.

Hasta hoy intocable, la dignataria se ha visto sumida en situaciones escandalosas. El reciente revuelo armado por su presunción de relojes marca Rolex y joyas –valorados en su conjunto en 556 000 dólares no acordes con sus entradas- es uno más de los momentos críticos de la vida política de esta mujer que respaldó a Castillo en su momento, luego lo negó y aceptó las condiciones de sus enemigos.

 

Aunque dos partidos de izquierda solicitaron su vacancia por esta situación, Boluarde, resguardada por la derecha, negoció con los partidos de esa fuerza y la medida, como se esperaba, fue rechazada.

 

Sin embargo, luego de citarla en dos ocasiones y no comparecer, la Fiscalía de Perú ordenó el registro de su domicilio y despacho oficial por la Policía, y la citó a declarar otra vez el mes pasado por ¨presunto enriquecimiento ilícito y omisión de declaración de numerosos objetos de lujo¨.

 

Durante cinco horas, la presidenta se defendió ante el Ministerio Público, y en su defensa admitió que los Rolex y las joyas Cartier y Van Cleef que exhibió en actos públicos les fueron prestadas por su amigo y gobernador de Ayacucho, el distrito más pobre del país, Wilfredo Oscarima, quien negó, mediante su abogado, haberle hecho cualquier obsequio. Pero corroboró el préstamo de ¨tres relojes¨, con la intención de regalarle uno, gesto rechazado por la primera mandataria, según indicó.

 

A Oscarima le fueron confiscados todos sus artículos de alta gama, aunque en su defensa alegó que es coleccionista de objetos de marcas famosas y caras, aunque sin explicar de dónde sale el dinero con que los adquiere.

 

La Fiscalía, que también investiga a Boluarte por posible genocidio durante las movilizaciones populares de diciembre de 2022 y enero de 2023 cuando ordenó tirotear a los manifestantes que protestaban por el atropello contra Castillo, con saldo de más de 80 fallecidos- puede continuar el proceso del escándalo de los relojes y joyas por otros ocho meses. Si decide acusarla debe esperar que termine su mandado en julio de 2016, según indica la Carta Magna.

 

El Ministerio Público también solicitó explicaciones sobre el origen de depósitos bancarios por 269 000 dólares en sus cuentas cuando se desempeñaba como ministra entre 2021 y 2022. Hasta ahora, el silencio por respuesta.

 

Las declaraciones presidenciales presentan inconsistencias, precisó el portal de noticias La Encerrona, autor de la investigación que dio lugar a la causa, y que ahora cataloga de inverosímil las declaraciones de los dos implicados en el escándalo denominado Rolexgate.

 

En su primer informe publicado el pasado 14 de marzo, ese portal difundió que ¨en base a la revisión de más de 10 mil fotografías oficiales, búsquedas inversas de imágenes, consultas con expertos y documentos fiscales, La Encerrona ha identificado 17 relojes en posesión de la presidenta¨.

 

El periódico La República también estudió fotografías de Boluarte en presentaciones públicas oficiales y descubrió que ha lucido pulseras, anillos, collares y pendientes de oro, diamantes, rubíes y perlas.

 

Para la jefa de Estado, los pedidos de vacancia, así como la investigación que le sigue la Fiscalía constituyen un acto ¨abusivo¨ que pretenden interrumpir su mandato. Con rostro de víctima, apeló a su condición femenina por supuestos ataques de la prensa.
 

El Congreso, además de protegerla, le dio un voto de confianza al gabinete encabezado por el primer ministro, Gustavo Adrianzén. Días antes, seis ministros habían sido sustituidos.

 

Es fundamental el parecer del Congreso para que el gobierno conforme o recambie piezas en su gabinete, según la Constitución peruana, algo que al depuesto Castillo la derecha parlamentaria le negó sistemáticamente.

 

Además de supuesto enriquecimiento ilícito y de genocida, Boluarte también es indicada como mentirosa. Dos hechos comprobados así lo demuestran.

 

Cuando buscaba acceder a un cargo público en 2007, presentó un libro de su autoría sobre derechos humanos en su currículo. Sin embargo, una denuncia del programa televisivo Punto Final, de Canal Latina, reveló que la presidenta habría plagiado el 55 % del volumen ¨Reconocimiento de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario¨, del 2004. Copió tesis, monografías y artículos académicos publicados por expertos de México, Argentina y Costa Rica.

 

El libro de 176 páginas, que no consigna editorial ni tiraje, fue hallado por el periodista Christopher Acosta en la Biblioteca Nacional y, al someterlo a Turnitin, conocido software antiplagio, obtuvo la aparente copia.

 

Más de 20 páginas incluyen contenido copiado de la argentina Gisele Jaquenod de Giusti, del mexicano David Sower Valencia Duran y hasta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, advirtió el reportaje. Incluso, la conclusión del libro fue calcada de manera íntegra.

 

Al parecer, mentir forma parte de la agenda de la presidenta y de sus asesores.

 

En septiembre del pasado año, su despachó publicó en redes sociales que ella mantuvo una reunión con su homólogo de Estados Unidos, Joseph Biden, para tratar temas relacionados a la cooperación bilateral. De inmediato, la Casa Blanca desmintió la noticia.

 

La fotografía en que aparecen los dos mandatarios corresponde a un saludo protocolar durante una recepción celebrada en el contexto de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la que ambos participaron.

 

La invención de una próxima visita de Biden a Perú y el apoyo que le dará a esa nación desprestigiaron aun más la figura presidencial, poco después de que el medio digital Ojo Público diera la negativa sorpresa a una población que ya no cree –y con razón- en la clase política nacional.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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