El presidente de Argentina, Javier Milei, en cinco meses de mandato aseguró a medias sus planes para la posible implantación de la ya reformada ley de Bases cuando la Cámara de Diputados le dio vía libre para ser tratada en el Senado este mes. Lo que ocurrirá en esa instancia del Congreso Nacional es otro capítulo –el más importante- en el futuro de los argentinos que verían desmoronarse al Estado y con él una parte fundamental de su subsistencia.
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Tras 29 horas de debate, en ocasiones subido de tono, los legisladores opositores que apoyaron al gobierno del partido La Libertad Avanza (LA) se impusieron por 142 votos a favor, 106 en contra y cinco abstenciones. La Cámara está compuesta por 257 miembros.
El proyecto de ley en general, que se discutía en segunda ocasión, pues la primera fue retirada, resultó aprobado tras 29 horas de debate este martes gracias a la conciliación lograda por el gobierno con los diputados opositores llamados dialoguistas, que son mayoría en ese recinto.
A ese grupo pertenecen, entre otros, Propuesta Republicana (PRO), el partido fundado por Mauricio Macri, la Unión Cívica Radical, Hacemos Coalición Federal, Coalición Cívica e Innovación Federal y Unidad Federal.
También recibió ese día su media sanción positiva, a nivel general, la Ley de Medidas Fiscales Paliativas y Relevantes, que obtuvo la misma cantidad de votos positivos, 103 en contra y seis abstenciones.
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Con esos dos logros, el gobierno del exprofesor de Economía, reconocido aliado de Estados Unidos (EE.UU.) e Israel, declarado crítico del progresismo y enemigo del socialismo, si logra pasar la prueba senatorial, iniciaría una etapa de reformas claves a favor del gran capital, pues contaría con las herramientas necesarias para la administración absoluta de los recursos estatales.
Tras la aprobación del paquete fiscal en general, los legisladores trataron los capítulos del segundo proyecto de Ley, con el controvertido punto relativo a la Regularización de activos, también conocido como blanqueo, y los cambios referidos a Bienes Personales.
La anterior Ley Bases (conocida como Ley Ómnibus) fue rechazada en la sesión del 2 de febrero. Fuentes de los bloques opositores dialoguistas indicaron esta semana que, ahora, ¨el oficialismo mostró mayor apertura a la negociación¨ lo que analistas interpretan como un paso atrás del gobierno para ganar, pero a cambio de negociaciones políticas internas.
Aunque ganó la mitad de la partida, Milei recortó de 664 a 232 el articulado de la original ley de Bases, y cambió su estrategia con sus supuestos enemigos, además de cambiar a su jefe de bloque en Diputados: reemplazó a Oscar Zago por Gabriel Bornoroni.
Ahora, la gran batalla se proyecta en el Senado, presidido por la vicepresidenta Victoria Villarruel.
En Casa Rosada quieren que la iniciativa se apruebe de manera definitiva antes de la firma del llamado Pacto de Gobernadores, a ser efectuado en la provincia de Córdoba el próximo 25 de mayo.
Pocos minutos después de que Diputados aprobara la nueva Ley, la secretaria general de la presidencia y hermana del mandatario, Karina Milei –a quien él llama ¨el jefe¨- cruzó el recinto y se dirigió al Senado para almorzar a solas con Villarruel, quien encabezará la sesión definitoria del proyecto oficialista.
Aunque estas dos mujeres mantienen un clima tenso, ya que ¨el jefe¨ es, según cercanos, la que toma las decisiones y dirige el país, haciéndole sombra a la vice, también son inteligentes. La reunión y el almuerzo forman parte de la imagen de unidad que ambas pretenden brindarles a los senadores, en cuya votación descansa que pase o no el plan del anarquista.
Las autoridades gubernamentales pretenden que las dos leyes sean sancionadas por el Congreso antes de la reunión solo con los gobernadores que le son leales. Así Milei analizaría con los jefes provinciales los cambios que pretende implantar en la rica nación suramericana que ahora exhibe 40 000 000 de pobres y la cifra sigue subiendo a medida que se cierran entidades públicas y crecen los despidos.
Este martes, Karina Milei y otros miembros del gabinete libertario visitaron la Cámara de Diputados para felicitar en especial a los dialoguistas, con quienes había consensuado la aprobación de las leyes.
Hasta el Congreso llegaron, entre otros, el ministro del Interior, Guillermo Francos, encargado de las negociaciones con los opositores; el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo ¨Lule¨ Menem, y el secretario ejecutivo de Gobierno, José Ronaldi.
Luego del pase de las leyes, Milei estuvo conversando con Federico Sturzenegger, autor principal de las reformas que propone el Ejecutivo.
Ahora el Gobierno mueve todas sus fichas para tratar de ganar también en el Senado aunque en ese ámbito la situación es más compleja, pues el movimiento kirchnerista cuenta con mayoría, con 33 legisladores y las posibles negociaciones tienen mala pinta.
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Si bien Francos manejó a los dialoguistas y logró un consenso gracias a los encuentros con líderes de esa bancada, los números en la Cámara Alta complican al partido oficialista.
Además de los del Frente de Todos, el gobierno tiene que considerar el posible voto negativo de legisladores que responden a los gobernadores de Río Negro, Neuquén, y Santa Cruz, que ya expresaron su rechazo a varios capítulos de las leyes.
Fuentes parlamentarias filtraron a la prensa que es muy posible que este próximo viernes sean enviados al Senado las leyes en debate, las que antes deben pasar por un proceso de correcciones técnicas y burocráticos.
Para Milei resulta preocupante que no haya una fecha específica para la aprobación, si eso ocurriera, de las reformas, que deben –según el criterio oficial- estar rigiendo al momento de la firma del Pacto de Mayo, un acuerdo fundacional de 10 puntos.
Si el Senado, que actúa como cámara revisora, modifica algún artículo, el proyecto debe retornar a Diputados para ser tratado de nuevo.
En este contexto, el régimen ultraderechista intenta evitar que el Senado comience sus funciones en torno al próximo día 9, cuando se espera la paralización general del país, en respuesta a una convocatoria de la Confederación General del Trabajo (CGT) efectuada este primero de mayo.
El paro –tercero contra el gobierno en cinco meses- forma parte de la denuncia que de manera sostenida realizan los sindicatos, gremios y movimientos estudiantiles y sociales sobre el ajuste brutal que Milei aplica a los sectores más vulnerables.
Este nuevo llamado ocurre una semana después de la marcha nacional universitaria, a la que se sumó la central obrera junto con estudiantes, organizaciones de izquierda, entre otros, opuestos al recorte presupuestario de las casas de altos estudios.
Uno de los directivos de la CGT, Héctor Daer, instó al Senado a no aprobar las normativas en pauta las que vulneran, precisó, los derechos de la población.
La Confederación acusó al gobierno de la carencia de un programa económico sustentable y consistente, que proyecte expectativas alentadoras hacia un crecimiento integral con inversión productiva.
La batalla final se librará pronto en el Senado, pero también en las calles, con una población que aunque en parte llevó a Milei a la Casa Rosada, ya no le resulta simpática su controvertido carácter, sus mañas, sus perros, y su motosierra.
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